La fotografía cambió la forma en que veíamos el mundo y a nosotros mismos.
Transformó nuestra forma de compartir la información y democratizó el conocimiento. La fotografía nos ha permitido observar, desde imágenes de seres tan diminutos como covid19. Hasta fenómenos inmensos que suceden en los confines distantes del universo.
La fotografía fue una innovación disruptiva desde que aparecieron las primeras impresiones. Era una forma nueva y objetiva de representar la realidad. Lejos de la subjetividad del arte, o al menos eso se creía al principio.
Creó imágenes y copió la realidad de una manera que no se conocía, ni se esperaba.
Las artes, la ciencia y la tecnología, se unieron con asombro para reproducir el mundo. Tomando conceptos unas de otras. Los artistas se convirtieron en inventores. Las y los científicos tomaron las bellas artes y las aplicaron en su campo de estudio.
Desde el punto de vista etimológico, la palabra «imagen» debe estar vinculada a la raíz “imitari”. Cuyo significado es “imitar”. Algunos pensaron en la obsolescencia del arte. Pero los artistas usaron fotografías como control para sus sujetos pintados. Y en el mismo periodo del nacimiento de la fotografía, nacieron corrientes artísticas igual de disruptivas. Por ejemplo, el impresionismo.
Los objetos y sujetos científicos, no dejaron de ser ilustrados por los artistas. Pero los referentes fotográficos disminuyeron la mano de obra. Además, permitían un mayor número de copias fieles a menor costo. Ese fue uno de los principios de la democratización del conocimiento. Las fotografías en las ciencias, permitieron para hacer visible lo invisible. También, reproducir la naturaleza con extraordinario detalle.
La creación de imágenes a través de una máquina, fue un poderoso símbolo de objetividad. Un elemento tan buscado en muchas ciencias. Durante un tiempo se creyó que lo que estaba en una fotografía, tenía que ser real. Por muy extraordinarias o sobrenaturales que parecieran.
Al venir de una máquina, una imagen tenía tres características principales: 1) Se podía hacer reproducir miles de copias idénticas; 2) Era inmejorable; y 3) No estaban contaminadas por la interpretación.
Las primeras fotografías conocidas datan del siglo XIX, un siglo de grandes cambios. Nunca la ciencia estuvo en el foco central de la vida laboral y productiva. Con las revoluciones industriales, la ciencia y la economía se retroalimentaban por primera vez. Un siglo de grandes inventos: locomotora, anestesia, termómetro clínico, fonógrafo, la pastilla de jabón, el cinematógrafo, la pasteurización y la coca cola… entre muchos más.
Al mismo tiempo, nacen grandes Teorías que cambiarían radicalmente la forma en la concebíamos el mundo:
La Teoría de números de Carl Friedrich Gauss, 1801.
La Teoría de la Evolución de Charles Darwin, 1859.
La Teoría microbiana de John Snow, Luis Pasteur, Robert Koch y Joseph Lister.
La Teoría atómica de John Dalton, 1801, y
La Teoría Psicoanalítica de Sigmund Freud, 1896.
Todos ellos, con excepción del Gauss, fueron entusiastas de la fotografía. Lo que puede atestiguarse en sus numerosos retratos fotográficos. Así, actualmente podemos conocer a Darwin y sus afectos, el consultorio y las mascotas del Freud, y el gran parecido de John Dalton con Jon Lennon.
De los microbiólogos John Snow, Luis Pasteur, Robert Koch y Joseph Lister conocemos sus laboratorios gracias a la fotografía. También fueron de los primeros médicos en utilizarla para estudiar la enfermedad.
Esta fue una de las utilidades más destacadas: la representación de la enfermedad con la fotografía médica. Cada fotografía iba más allá de las ciencias médicas, tenía incrustados entendimientos culturales y morales del significado de la enfermedad. La fotografía pronto se convirtió en la visión del médico y paciente capturada a través de la lente.
Esta «objetividad» favoreció una mayor comprensión de la enfermedad. Redujo su complejidad. Convirtió los padecimientos en objetos para la lente de la cámara. Quizás demasiado. Una crítica que todavía se hace hoy hacia la medicina “on-line”.
Para la biología representó una oportunidad de intercambios botánicos, conservar las características de ejemplares perecederos y capturar al organismo junto con su hábitat.
Pronto otras ciencias como el urbanismo, la arqueología, la historia y muchas más encontraron utilidades. A la par, la tecnología de la cámara y la impresión mejoraba rápidamente.
Entonces, pronto también se incorporó a las ciencias sociales. Capturó los momentos más representativos del nacimiento, ocaso y renacimiento de revoluciones liberales y burguesas. Y del desarrollo de los nacionalismos.
A lo largo de lo Siglos XIX, XX y lo que va del XXI, el viaje de la fotografía a través de las técnicas y tecnologías es impresionante. A cualquiera de nosotros nos costaría mucho trabajo reconocer una de las primeras impresiones fotográficas. Acostumbrados a la fotografía digital.
En su último salto se incorporó a microscopios y telescopios, cada vez con mayor resolución. Permitiéndonos extender nuestras barreras de la percepción, más allá de lo imaginado. La fotografía puede recopilar datos que el ojo humano no podía detectar ni procesar.
Entre las técnicas de fotografía que existen, Alexandro G. Alonso Sánchez del Instituto de Ecología A.C. nos cuenta que la cianotipia, una de las primeras técnicas para imprimir imágenes. Un proceso fotográfico alternativo. Su origen se encuentra en un descubrimiento químico que cambió al mundo sin darnos cuenta. Las impresiones en estas técnicas son de color azul, de ahí el nombre.
¿Te gustaría conocer más sobre la cianotipia? Entonces te esperamos el próximo martes 6 de abril a las 5 de la tarde por https://sabadosenlaciencia.webex.com/meet/tardesdeciencia
Las charlas son totalmente gratuitas y también se transmiten por Facebook Live en @SabadosenlaCienciaXal
¡Te esperamos!