💡 #InformaciónConCiencia El huerto medicinal: qué podemos comer en tiempos de pandemia
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Sábados En La Ciencia #OlivaNoticias #MultimediosPublicado por Oliva Noticias en Miércoles, 30 de junio de 2021
La pandemia nos impuso una nueva forma de vida. Cambió muchas de nuestras rutinas e influyó en nuestros hábitos alimentarios. El encierro y las restricciones de movilidad tuvieron efectos directos en nuestra salud y nos llevaron a alimentarnos desordenadamente: refrigerios y botanas frecuentes, saltándonos las comidas principales y los rituales que las acompañaban, consumiendo exceso de bebidas altamente calóricas y poquísima actividad física. Con ello, muchas personas tuvimos una pérdida de control sobre los alimentos y la condición física.
Con este desorden vinieron algunos sentimientos con mayor frecuencia: estrés, angustia y emociones como el miedo y la tristeza. Lo anterior, sumado a la poca aceptación social que tiene el hablar abiertamente de estos sentimientos y emociones consideradas negativas, se retroalimentaron hábitos dañinos. En nuestra soledad obligada, nos vimos en la necesidad de atender o negar dicha situación, con muy pocas herramientas a la mano.
Hoy a más de un año de iniciada la pandemia y sin una fecha segura para volver a la normalidad, donde podremos incorporarnos a nuestras rutinas nuevamente, ya hemos encontrado el modo de mantener a raya estos desordenes.
Por otro lado, en este mundo de extrema desigualdad, la pandemia agravó otro problema: el desabasto de alimentos. En un mundo donde se espera que la población mundial alcance más de 9 mil millones de personas para 2050, existe una necesidad continua de aumentar la producción de alimentos. Nuestro país presenta una desnutrición crónica en más población de la que deberíamos tolerar, además de volatilidades poco predecibles en la producción y cambio en los precios de los alimentos.
Dos caras de una misma moneda. Por un lado una abundante disponibilidad de alimentos con exceso de calorías vacías, que satisfacen de manera adictiva nuestra necesidad de consumo, pero no de una nutrición saludables Por el otro, una gran población sin acceso, siquiera, a los productos de la canasta básica. Nuestro mundo está de cabeza y en la tienda de la esquina cuesta más barato y es más atractivo un pastelito de grasa que una manzana.
En medio de esta contrastante situación, surge una esperanza. Una oportunidad de reconexión con nuestra cultura, con nuestro cuerpo y con nuestra capacidad de producir nuestros propios alimentos: el huerto. La tradición de plantar y mantener huertos familiares es una expresión propia de la humanidad y representa una intensa interacción histórica entre nosotros y las plantas.
Como la mayor parte de la población de Xalapa, vivo en una zona netamente urbana. Totalmente rodeada por superficies de cemento. Como una persona precavida, prefiero quedarme en casa que salir y arriesgar mi salud. Así que inicié un huerto en mi azotea. La verdad no fue fácil.
Lejos de lo que podemos ver en las publicaciones sobre huertos en las redes sociales, construir uno no es nada fácil. Imagino que tiene que ver con esta desconexión que tenemos con los medios productivos que nos dieron autonomía en el pasado. Supongo que para unas personas debe ser más fácil que para otras, pero para mí fue y es muy difícil.
Estudié la carrera de biología y me especialicé en restauración ecológica. En teoría, conozco todos los principios necesarios para cultivar un brócoli, pero en la práctica resultó ser toda una incógnita. Sumemos nuestra desconexión con lo acostumbrados que estamos a las verduras en su versión de supermercado. Perfectas, verdes, enormes y con una vida de anaquel muy larga.
Cuando cultivas un huerto en casa, descubres que las verduras que nacen en tus macetas no se parecen en nada a las del supermercado. Al menos no al principio y no todas las que lograrás producir. Pero saben mejor.
También descubres que tus perros aman el olor a tierra tanto como tú, que su instituto de escarbar surge cuando te das media vuelta y que les gusta comer zanahorias que apenas se están formando. Descubres que los gatos de tus vecinos te visitan durante la noche y que les gusta abonar tus plantas sin consultare. También descubres, que incluso en medio de todo este concreto, hay insectos muy hambrientos y que, sorprendentemente pueden comer una gran cantidad de espinacas en una sola noche.
Con todos los retos y las dificultades, subir a cortar eneldo para cocinar una sopa de tomate, cortar lavanda, yerbabuena y cedrón para un té o albahaca para el espagueti, me resulta realmente reconfortante. Pasar una hora al día, deshierbando, acomodando, quitando insectos y removiendo mi composta me hacer sentir bien. Aunque, después de un año, no he logrado cosechar una sola verdura madura y completa.
Debe ser porque los huertos son una práctica comunitaria. Si bien cada uno puede tener un huerto propio, necesitamos del intercambio de experiencias con otras personas que también están en el intento de cultivar. Esto es parte de las características disruptivas de los huertos: rompen con muchos malos hábitos y con un mal moderno, el individualismo.
¿Te gustaría charlar más sobre el huerto y sus beneficios?
La Dra. Yaqueline Antonia Gheno Heredia es Académica de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Veracruzana, la cual está ubicada en la localidad de Peñuela, Municipio de Amatlán de los Reyes, Veracruz. El próximo martes 6 de julio nos compartirá la charla “El huerto medicinal: qué podemos comer en tiempos de pandemia”.
Con ella colaboran Rossana Inés Castellanos Oliveros, Ana María del Pilar Navarro Rodríguez, Lizbeth de Jesús Solano Hernández, Paulina María Morales y Marlene Jiménez Castro. Quienes nos platicarán acerca de los conceptos de huerto tradicional y huerto urbano. Nos hablarán sobre las plantas funcionales que podemos cultivar y que nos pueden servir de alimento y de medicina.
También nos platicarán sobre el Proyecto de «Botiquín-universitario con plantas medicinales» que propone alternativas para el cuidado de la salud y la alimentación sana.
No te lo puedes perder, recuerda, es el próximo martes 6 de julio a las 5 de la tarde por https://sabadosenlaciencia.webex.com/meet/tardesdeciencia
Las charlas de acceso abierto y también se transmiten por Facebook Live en @SabadosenlaCienciaXal
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Gladis Yañez de Sábados en la Ciencia