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Nota: Navidad, paz, amor y felicidad

💡 #InformaciónConCiencia Navidad: paz, amor y felicidad

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Publicado por Oliva Noticias en Miércoles, 16 de diciembre de 2020

 

La Navidad es uno de los acontecimientos más esperados a lo largo del año. Y aunque es solo un día, su celebración puede implicar semanas de preparación. Es tan importante que incluso, puede provocar sentimientos de estrés que, a su vez, pueden conducir a una reducción de nuestro bienestar y generarnos problemas de salud.

La ciencia se ha interesado en este fenómeno, encontrando que el período navideño está relacionado con una disminución de la satisfacción con la vida y del bienestar emocional. Esta relación tiene niveles tales, que los hospitales muestran un aumento de muertes por día en la semana antes de Navidad. También aumentan  los casos de enfermedades respiratorias y las cardiopatías isquémicas. Y, como podrás ya imaginar, aumentan los problemas por enfermedades mentales: estados de ánimo disfóricos (tristeza, ansiedad, irritabilidad o inquietud), los intentos de suicidio y los comportamientos de autolesión.

Las y los científicos han dado diferentes explicaciones: puede deberse al descenso de la temperatura ambiental, a los excesos que nos permitimos, al aumento del estrés emocional y todas las anteriores juntas. La Navidad puede ser una época de mayor estrés, conflictos familiares, abuso de alcohol, falta de ejercicio y preocupaciones financieras del año. Estos hallazgos representan una medida promedio, es decir, aunque la mayoría lo vivimos así, habrá personas para quienes estas fechas sean únicamente felicidad y tranquilidad, y otras para quienes representan un evento tan insoportable, que incluso las lleve a huir por la puerta falsa.

Las personas que experimentan una serie de eventos críticos a lo largo del año (o por más tiempo) tienen un nivel más alto de estrés permanente y se considera que son más vulnerables a los problemas de salud, no sólo en estas fechas. La investigación ha proporcionado amplia evidencia de que los niveles de estrés individual predicen la probabilidad de contraer una enfermedad o de sufrir problemas graves de salud mental. Desafortunadamente, la salud mental es la menos atendida en nuestro país y así llegamos a cada fin de año como ollas de presión.

Pero, ¿Qué es la Navidad? ¿Por qué nos afecta tanto? Por un lado, la Navidad es un día que se conmemora el nacimiento de Jesucristo, hijo del Dios de las religiones cristianas y uno de los profetas religiosos más importantes de la historia universal. La figura de Jesús representa valores básicos en todo el mundo, por ejemplo: compasión, caridad, perdón, renuncia a la violencia y a los excesos. Esta celebración llega a México con la Conquista y la evangelización de los pueblos originarios y se ha convertido en una tradición familiar de la que participan, incluso, muchos no-cristianos.

Como celebración religiosa, la Navidad está íntimamente relacionada con el ejercicio de los valores. Implica asistir a servicios religiosos, intensificar la oración, adornar en conmemoración con nacimientos, donar a personas pobres y necesitadas, pasar tiempo e intercambiar regalos con familiares y amigos, pueden considerarse formas en las que los valores cristianos básicos se manifiestan y se refuerzan.

La frecuencia de asistencia a servicios religiosos (independientemente de la religión que se profese), al igual que la práctica cotidiana de la auto-evaluación y de la meditación, se asocia con una mejor salud mental y un mayor bienestar personal. En el caso de la asistencia a servicios religiosos, puede explicarse por cómo nos sentimos al ser parte de una comunidad. Estar integrado en un grupo religioso puede mejorar el sentido de pertenencia y el sentimiento de aprecio de una persona. La auto apreciación es un predictor importante de la satisfacción con la vida. Además, los estudios han demostrado que gastar dinero en otros promueve la felicidad, por lo tanto, donar, ayudar y cuidar a otros nos hace felices.

Por otro lado, hemos convertido a la Navidad en el evento culminante del consumismo en el año, que contrasta fuertemente con las raíces de los valores espirituales y religiosos. Las ventas aumentan drásticamente en este periodo: comprar se ha vuelto el centro de la celebración y la experiencia religiosa de la Navidad ha perdido gran parte de su carácter sagrado.

Las investigaciones sobre consumismo y bienestar, apuntan principalmente a efectos negativos: las personas que consumen y gastan más dinero en posesiones materiales informan una menor satisfacción con la vida y menor bienestar emocional. Hay varias explicaciones para esto: 1) Las personas afines al consumo, regularmente se declaran insatisfechas con su nivel de vida, porque se comparan frecuentemente con aquellos que poseen más, lo que puede resultar en sentimientos de envidia o de injusticia. 2) Los consumidores suelen sobrestimar las recompensas que conlleva consumir un determinado producto, lo que conduce a la decepción después de la compra y al deseo de algo mejor. 3) La cultura del consumismo está acompañada de mensajes, vacíos pero poderosos, de superación personal continua para “tener más” y estar siempre “positivos”, una carga estresante muy fuerte para cualquiera.

La característica más notable de la cultura del consumo, es el deseo de querer más: tan pronto como tenemos un bien en particular, queremos otro. En una cultura de «querer más», sin embargo, la insatisfacción se convierte en normalidad. Los estilos de vida basados en el consumo material, centrados en la adquisición de posesiones y estatus, sólo pueden perseguirse a expensas de otras necesidades humanas y planetarias básicas.

Finalmente, muchas personas experimentan el tiempo antes de Navidad como un período de mayor presión y demandas sociales: terminar el trabajo para salir de vacaciones sin pendientes, organizar la decoración, planear las vacaciones, y especialmente comprar los regalos, sumámosle hacer todo eso en la nueva normalidad. Como consecuencia, las personas que informan haber hecho muchas compras para Navidad, también reportan niveles más altos de estrés, más emociones negativas y menor disfrute en las vacaciones de la temporada.

En este punto, ya puedes hacer conclusiones: se vive una Navidad de mayor felicidad cuando las experiencias familiares y espirituales son especialmente destacadas, y se produce menor bienestar cuando predomina el gasto de dinero. En resumen, todos hemos pasado un año estresante con esto de la pandemia,  nos merecemos una Navidad… como dice la canción: de paz, amor y tranquilidad sin tanto gasto.

Para cerrar, entre los resultados  de los estudios sobre bienestar se encontró niveles de mayores entre en quienes practican consumo ambientalmente consciente, en personas mayores y en hombres. Siendo los adolescentes y las mujeres quienes tienen un mayor riesgo de estrés en estas fechas. No tenemos que pensarlo mucho, las mujeres son las principales encargadas de la organización, administración del gasto y cuidado de las celebraciones, mientras que los adolescentes los principales objetivos de la mercadotecnia de consumo y quienes tienen las mayores expectativas en estas fechas (porque todos se portan bien).

Y ya sabiendo esto, y a menos de diez días de la esperada fecha, podemos hacer los preparativos para pasar una Navidad donde nuestro bienestar se base en el verdadero motivo de la celebración. Sin olvidar balancear las tareas domésticas, cuidar nuestras finanzas personales y compartir con las nuevas generaciones qué es lo que verdaderamente importa y nos hace felices.

 

Información con ciencia para Oliva Noticias Multimedios
Gladis Yañez y Rodrigo López de Sábados en la Ciencia.

 

Nota: cuando hablamos de bienestar, se trata de un bienestar subjetivo (lo que hace sentir bien a cada uno de nosotros) y no de algo con los mismos componentes para todos.

 

Chancellor, J., & Lyubomirsky, S. (2011). Happiness and thrift: When (spending) less is (hedonically) more. Journal of Consumer Psychology, 21(2), 131-138. Descargado de https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1057740811000222

Kasser, T., Sheldon, K.M. What Makes for a Merry Christmas?. Journal of Happiness Studies 3, 313–329 (2002). https://doi.org.ezproxy.uv.mx/10.1023/A:1021516410457

Mutz, M. Christmas and Subjective Well-Being: a Research Note. Applied Research Quality Life 11, 1341–1356 (2016). https://doi.org.ezproxy.uv.mx/10.1007/s11482-015-9441-8

 

 

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