Universidad Veracruzana

Blog de Lectores y Lecturas

Literatura, lectura, lectores, escritores famosos



303, de Juan José Luna

Por: Sergio López

303 parece el título apropiado para un libro cuya temática no puede ser completamente abarcada con palabras. Esta obra del escritor Juan José Luna se enfoca primordialmente en las desventuras de la vida cotidiana, maquilladas tenuemente con un poco de excentricidad y fantasía.  

El concepto detrás del libro es algo muy simple que contrasta con lo enigmático que pudiera sonar. Se trata de un compendio de historias cortas cuyos protagonistas, a veces anónimos, son algunos de los inquil303inos de un edificio de tres plantas. Del departamento 101, pasando por el 207 y terminando en el 303, nos enteramos de eventos tragicómicos, escandalosos e increíbles.

Las historias no se entrelazan una con otra, lo cual las hace más misteriosas, pues pareciera que ninguna tiene un inicio ni un final concreto. Como una ráfaga de pensamientos desordenados, los relatos son fugaces y sorpresivos, dejando emociones fuertes y mensajes de melancolía, soledad, insatisfacción, mala suerte o vergüenza.

Sí, todo pareciera indicar que se trata de una lectura de connotaciones negativas, y en cierta medida lo es. Con ocasionales escaparates chusos, 303 se inclina por lo nefasto, al punto en que como lector, puedes dar las gracias al saber que no eres uno de sus personajes. No obstante, esto no vuelve tedioso el libro en lo absoluto, sino todo lo contrario, es prácticamente imposible no querer continuar leyendo una vez que hayas empezado, como si un ávido morbo te posesionara.

Que el inquilino del 107 sufre por tal mujer; que el del 202 atraviesa por una cruda soledad; que el del 203 se siente desdichado al padecer insomnio, y más, muchísimo más.

Así es como se van descubriendo pequeños mundos, pensamientos y soliloquios acompasados por una prosa indetenible.

La influencia de Rulfo es la más notoria en el texto, pero aunque existen pasajes que realmente se parecen al Llano en Llamas o al mismísimo Pedro Páramo, el autor encuentra su propia voz inmersa en la época actual, que ya poco tiene que ver con el México de mediados del siglo XX.

Habrá partes que por su naturaleza confusa, se antojen releer de nuevo, sólo por el ánimo de saber si hemos comprendido totalmente la historia, lo cual es bastante bueno ya que muy pocos libros consiguen ese efecto.

303 tiene originalidad, y además da la impresión de ser honesto; dos de las cosas fundamentales en cualquier novela o historia. Hay una razón en particular por la que lo afirmo, y es que el mismo Juan José Luna ha dicho que al escribir deja que todo salga en bruto desde su inconsciente, y ya posteriormente, pule y da el correcto orden. Pues, así es cada relato, algo tan sincero y real, que quizá por eso adopta un matiz trágico.

Luna, J. (2014) 303. Capítulo Diez. México.



Piedras para un Puente – Laura Muñoz

Por: Sergio López

Laura Muñoz es una joven escritora de Barcelona, quien este año ha publicado su primera novela, titulada Piedras para un Puente.

Radicando en París, Francia, Laura decidió después de mucho, apostar por este texto y dedicarle tiempo completo para que se convirtiera en libro debut.

Laura realizó la presentación de su libro en la ciudad de Salamanca, ciudad donde se desenvuelve su trama.

Aquí comparto el review:

Cambiar al mundo ha sido la máxima ambición de muy pocos hombres. Sin embargo, ¿quién está a la altura de semejante hazaña? ¿Cómo es posible dominar los océanos, cuando a veces un simple vaso de agua basta para ahogarnos?

Pedro Ferrer es un profesor de filosofía que reside en la bella ciudad de Salamanca, España. En sus años de docencia, apenas ha logrado trasc_20150908_133103ender más allá del aula donde imparte clases. Aun así, en su modesto estilo de vida, guarda desde hace tiempo algunas reflexiones profundas sobre el mundo que le rodea.

La dura crisis económica, social y moral que padece su país desde hace años, y que se ha vuelto parte de la cotidianidad de la gente, le terminan por impulsar a escribir un manifiesto donde expone 10 puntos que él considera necesarios para recuperar la felicidad y superar el vacío de indolencia que parece estarse adueñando de la gente.

Armado de una pluma y los filósofos que le han servido de guía, se toma un año sabático y se embarca en este proyecto que paulatinamente se va transformando en una especie de autobiografía. Ferrer recurre no sólo a los juicios morales y lógicos tan propios de su profesión, sino también se vale de sus experiencias y las de sus amigos más cercanos para plantear dilemas y respuestas con las que el lector seguramente se sentirá identificado.

Una de las cosas más llamativas es ver cómo, al externar sus constantes preocupaciones sobre una funesta sociedad, Pedro siempre termina sacando a la luz los problemas con su esposa, Ester. Aquí pareciera que cae en una contradicción, por un lado queriendo cambiar al mundo, pero hundiéndose cada vez más en los baches de un matrimonio desgastado.

Se descubre pues, que a pesar de sus vastos conocimientos y amplio criterio, Pedro carece de la suficiente inteligencia emocional para comprender la crisis por la que él y su mujer están atravesando. Este defecto es una de sus más terribles debilidades y al mismo tiempo un elemento clave que definirá su futuro.

Con un poco de ensayo, narración y novela, la historia adquiere un estilo dinámico que se lee con facilidad. Quizá el único punto bajo sea la falta de riqueza en el lenguaje, ya que se torna por momentos un poco lánguido y simplista. Sin embargo, siendo la primera novela de esta autora, consigue un gran trabajo en el que se percibe su honestidad al invitarnos, sino a cambiar el mundo de un día para otro, a comprender que no merece la pena permanecer inmóviles e indiferentes ante los desafíos que se nos presenten, ni mucho menos resignarnos a nuestras limitaciones y a nuestros más entrañables defectos.



Redescubriendo El abanderado, de Eusebio Ruvalcaba

Por: Sergio López** 

Desde los clásicos a los modernos, el cuento es un acto deleitable que al releerse, provoca nuevas percepciones sobre los detalles, personajes y moralejas.

Eusebio Ruvalcaba, escritor nacido en Guadalajara en 1951, tiene fama de poeta y ensayista, pero como cuentista nos deja algunas enseñanzas que, sin importar cuanto tiempo transcurra, siguen acoplándose a la vida cotidiana de cualquier mexicano promedio.

El abanderado historia publicada en su antología Cuentos pétreos, de 1994, es una exhibición de ello. Una pequeña historia que con gran estilo habla de la devastación moral que padece el mexicano desde muy temprana edad.

Narrando la vida de un niño que ha sido elegido para portar la bandera en un acto patrio en su escuela, Ruvalcaba nos lleva a confrontar la anodina existencia de un mexicano más entre millones; que acude a la escuela, resuelve sus tareas, se mantiene al margen de conflictos y como muchos, sabe que no hay nada bueno en la tierra que lo vio nacer, y sólo espera la oportunidad para abandonarla.

Con una madre común y corriente, y un padre consternado por la guerra de Chiapas entre zapatistas y ejército, el niño es elegido para portar la bandera dado su excelente comportamiento. En su encomienda se le unen otros compañeros de su salón, quienes no tienen ningún talento o aspiración en la vida, más que existir. Todo parece indicar que será un lunes como cualquier otro, excepto que el día del homenaje, el abanderado comete un acto casi involuntario y poco convencional, que si bien podría contener matices patrióticos, es inaceptable para la institución educativa.

Al terminar el cuento, el lector comprenderá el aforismo principal: un mexicano que nunca se salga del molde es siempre el más ejemplar; o mejor aun, ser un mexicano que no contribuya en nada y que sepa permanecer en el anonimato, es una posición demasiado cómoda para darle la espalda.

Lo importante es que la moraleja, tan simple como parece, está cubierta de una gran similitud con nuestra realidad.

A más de 20 años de ser publicado, el cuento sigue transpirando la esencia de una típica escuela pública de nuestro país, llena de típicos estudiantes con un típico comportamiento.

La intención del autor no fue mostrar esta realidad como algo inevitable, a lo que nos debamos de acostumbrar; por el contrario, es una denuncia que por dos décadas ha ido cobrando más fuerza para hacernos reflexionar que un país donde las instituciones educativas no permiten la libertad de pensamiento entre sus estudiantes, está condenado al fracaso.

Este y otros cuentos de Ruvalcaba contienen alegorías parecidas, que valen la pena leerse y releerse.

**Especialista en Promoción de la Lectura



El Nombre de la Rosa, de Jean Jacques-Annaud

Por: Teresa Pérez Ornelas

El Blog de Lectores y Lecturas de la UV presenta a continuación una reseña de la película basada en la novela del filólogo italiano Umberto Eco, realizada por la alumna de segundo semestre de la Especialidad en Promoción de la Lectura, Teresa Pérez Ornelas:

El personaje central, William de Baskerville, magistralmente representado por el actor Sean Connery, y su asistente novicio, Adso, llegan a una abadía en el extremo norte de Italia, para asistir a una discusión con otros miembros de la iglesia católica, sobre la pobreza de Cristo. William representa a la orden de los franciscanos, monjes que siempre se han distinguido por seguir las enseñanza de San Francisco de Asís quien, entre otras cosas, cultivó la pobreza y la protección a los más desvalidos.

La historia está situada en plena época medieval donde el pensamiento del hombre estaba dominado por el oscurantismo y las supersticiones, situación que gobierno e iglesia católica aprovechaban para dominar a los más débiles. En la abadía estaban sucediendo una serie de crímenes, y el abad esperaba que William, con su mente racional y espíritu observador, ayudara a esclarecer los oscuros acontecimientos que estaban asustando a los monjes. William representa el inicio de la ciencia y la investigación, en otras palabras, el empirismo, ya que su aguda observación sobre los acontecimientos y ayudado por los primeros instrumentos científicos, como el astrolabio, los espejuelos, etc., junto con su gran sentido de la investigación, así como de la búsqueda constante de información para llegar al conocimiento, fueron despejando las incógnitas y los hechos que por miedo se atribuían a entidades oscuras.

La historia incluye mitos como la historia del laberinto, representado por la inmensa biblioteca que encierra el conocimiento, y en donde William se enfrenta a la tarea de salir por medio de un hilo; una vez más otro mito está presente, el de Ariadna la tejedora. También encontramos otro elemento simbólico dentro de la biblioteca, el espejo que representa el pensamiento versus la práctica.

En cuanto a la película, se puede decir que está muy bien alcanzada. Los ambientes son oscuros, lúgubres, propios de una abadía del siglo XIII. La catedral1986-El-nombre-de-la-rosa-004----Sean-Connery está llena de simbología en sus relieves con la intención de asustar a los mortales. Presenta también la variedad de lenguas y dialectos en boca del jorobado quien trata de comunicarse por medio de ellas, pero este manejo de lenguas, le sirve más bien para hundirlo ante la inquisición por sus crímenes del pasado. Los cambios de música y de luz son muy evidentes, las escenas están bien logradas, la música es lenta cuando suceden los crímenes y en la vida cotidiana de la abadía, pero se vuelve alegre cuando se da el encuentro con los libros: el conocimiento.

¿Por qué se dan los crímenes en la abadía?, precisamente por querer tener dominio de la información, por querer retener libros prohibidos que llevarían a los monjes a la apertura del pensamiento oscuro y medieval. El antagonista está lleno de complejos y frustraciones, no permite que los monjes jóvenes despejen sus miedos por medio del conocimiento.

Se presenta la vida de una abadía de esos tiempos con toda la carga social de dominio sobre los lugareños que tenían la obligación de sostenerla mediante la aportación de víveres, fruto de su trabajo y su pobreza, a una iglesia soberbia y arrogante, con su más reprobable entidad: la inquisición, que muy poco le importaba el abandono y las necesidades de los campesinos que la sostenían. En respuesta, para ellos solamente había sobras que eran arrojadas por un basurero. La necesidad está representada por una jovencita que vende su cuerpo por comida, misma que le da nombre a la historia.

En la vida de la abadía sucede de todo: miedo, dominio, asesinatos, así como también la pobreza y marginación del pueblo, situaciones bien llevadas a la pantalla con música adecuada y ambientes propios de la época. La película cumple sin duda y con apego a la obra escrita por Eco.

Hay que darse la oportunidad de verla y disfrutarla, pero es mejor darse el tiempo de disfrutar la obra escrita que siempre nos dejará vivir con la imaginación, hechos, ambientes y lugares.

Referencias:

Eco U. (1998). El nombre de la rosa. Barcelona : Lumen.

El nombre de la rosa [videograbación] por Eichinger, Bernd; Annaud, Jean-Jacques; Connery, Sean; Murray Abraham, F; Warner Home Video, Inc.

 

 



Ser dichoso, ser divino y ser bueno: Esta barca sin remos es la mía, de Carlos Pellicer

Por: Antonio López*

La poesía, un género a veces incomprendido por la magnitud en que nos sumerge. Aun así, Carlos Pellicer supo cómo hacer de esta su único lenguaje, logrando que quien lo leyera, entrara en comunión con su vida.51b85f65cf7e050b2b2997c303e9914b

Nacido en Tabasco en 1897, atravesó por la desdicha del abandono de su padre, quien se enlistó en el ejército carrancista cuando la revolución empezó. En su madre y su segundo hermano (el primero murió siendo muy chico) encontró cobijo de las adversidades, que a menudo tocaban a su puerta, y en las rimas depositó el gran amor que sentía hacia Dios, Latinoamérica, su madre y a final de cuentas, todo lo humano.

Esta barca sin remos es la mía es un compendio que permite conocer al Pellicer de todas las épocas. De 1915 destaca el poema En medio de la dicha de mi vida, pues nos introduce a esa melancolía sonriente que siempre llevó consigo. En 1949, año en que muere su madre, Doña Deifilia, escribe Nocturno a mi madre, el reflejo de una voz que palpita al recordar a su creadora. “Estoy pensando en ella con tal fuerza que siento el oleaje de su sangre en mi sangre” exclama.

Los Sonetos dolorosos y Sonetos postreros, escritos a mediados de los años cincuenta, dejan ver la etapa en que se consagró y perfeccionó el arte de hablar con el corazón. De aquí deriva el poema que da título al libro. “Todo ha perdido ya su jerarquía” murmura el poeta, para luego sentenciar “Estoy lleno de nada”.

Las Reincidencias aparecen ya al final de su ciclo, como una llama todavía ansiosa por asuntos siempre pendientes, como el amor y la soledad. “Todos los sueños estaban despiertos; y la vida con los ojos cerrados y la muerte con los ojos abiertos” son las últimas líneas que se pueden leer.

Al recorrer este libro una y otra vez, el lector volverá a sorprenderse, y comprenderá de lleno al autor, quien poseía una sensibilidad en sus palabras que adquiría numerosos tonos. Además, fue un viajero constante que nunca olvidó sus orígenes: el azul del mar que su madre le llevó a conocer cuando era pequeño, y al cual retornaba siempre que podía, literal y figuradamente. Su inquebrantable fe en Dios también lo acompañó en todos los paisajes; devoto y fiel, supo que en esta vida no había más que hacer el bien. “Ser dichoso, Señor, no es ser divino, pero ser bueno, sí”.

Con esas palabras deja su recuerdo, y demuestra que ante la poesía, nadie puede quedar indiferente.

* Alumno de segundo semestre de la Especialización en Promoción de la Lectura

Pellicer, C. (2008) Esta barca sin remos es la mía. México. Editorial UV.



Las cosas bellas son difíciles: La muerte en Venecia, de Thomas Mann

Por Antonio López**

Explicar la belleza es por lo regular, caminar por un territorio inexplicable. Vaya paradoja.

Lo sublime, lo excelso, lo que nos conduce a un nivel espiritual; a eso podría llamársele belleza y aun así, estaríamos lejos de definirla.IMG_20150207_184825

Thomas Mann (1875-1955), escritor alemán nacido en una cuna de intelectuales, publicó esta historia en 1912, sobre un artista de edad madura llamado Gustav von Aschenbach, quien ya consumado por el trabajo de su vida, decide abandonar todo y despegar hacia lugares desconocidos. Su decisión, o más bien, necesidad de liberarse, lo conduce a Venecia, ciudad italiana hundida en el esplendor.

Inquieto a su llegada, explora el hotel donde se hospeda, creándose una rutina tan monótona como satisfactoria. De la playa va a las calles, y de ahí a su habitación, descubriendo un poco de tranquilidad en cada recoveco. No está seguro de lo que busca, hasta que cierta mañana se encuentra con un huésped muy especial. Un joven cuya imagen cobra fuerza impronunciable ante sus ojos. Es su piel y su cabello, su mirada y actitud lo que evoca luz y pureza. El chico, de quien poco sabe, se llama Tadrio, o al menos eso ha escuchado.

Al pasar los días, el hombre comienza acercársele, aunque no demasiado, pues es suficiente con sólo mirarlo, saboreando cada detalle que se le impregna. Si es amor o deseo, habrá espacio para debatirlo, aunque primordialmente es su belleza la que le consterna.

Tiempo después, surge una alerta de peste en la ciudad, y Aschenbach debe decidir si irse y cortar de tajo este encuentro fantástico, o permanecer a riesgo propio.

Mann se abandonó totalmente al momento de describir sus sentimientos, poniendo en versos claros aquello que es difícil entender. La sensualidad que despierta en Aschenbach, por otra parte, no rinde cuentas en ningún momento a la concepción de género, si hay algo que le incomode en todo caso, es sentirse indigno de la belleza de Tadrio, incapaz de retenerla mas que en sus recuerdos, al contemplar su propio cuerpo avejentado y poco atractivo.

Como su título lo sugiere, hay mucho de tragedia griega en la historia, pues el héroe emprende un viaje largo para encontrarse con un destino incierto.

La muerte en Venecia es una obra que merece toda nuestra atención, obviamente por su belleza inherente, pero además por el ímpetu que está reflejado no sólo en el personaje, sino en todos nosotros, de querer alcanzarla.

Mann, T. (1912) La muerte en Venecia. México. Editorial de la Universidad Veracruzana.

**Alumno de segundo semestre de la Especialidad en Promoción de la Lectura.



Para conocer a Tolstoi: cuentos y moralejas

Por Antonio López**

Seguramente los títulos Guerra y paz o Anna Karenina, le resulten familiar a más de uno; se trata de dos de las novelas más famosas escritas por el ruso Leon Tolstoi, hoy consideradas obras inmortales de la literatura universal. Con más de mil páginas cada una y temáticas cargadas de los fatalismos que sufrió Rusia ante la invasión napoleónica y las desventuras de una mujer de alta sociedad con tendencias suicidas, respectivamente, su lectura puede ser de entrada algo sumamente pesado. Sólo imaginen el escenario: Rusia, finales del siglo XIX, guerra, hambre, muerte y más de mil páginas. Sin embargo, Tolstoi fue más que un escritor de tragedias que llevó a la cúspide el realismo literario, también tuvo grandes dotes de cuentista.

Elementales, concisas y atrapantes, sus historias, a veces de una página, apelaban a la moraleja con lucidez mediante situaciones de la vida cotidiana entrelazadas con algo de fantasía. Zares y siervos, artistas, aristócratas y viajeros, personificaban los escenarios donde la bondad del espíritu humano superaba la vileza. La ambiciosa lucha por poseer riqueza, poder, salud o conocimiento, era inservible ante la cristalina honestidad del más humilde. Los engaños se pagaban con el mismo peso que eran fraguados y le hombre de fe, abatido por la vida, recibía su justa retribución a punto de claudicar. Aunque los cuentos fueron escritos hace más de un siglo, la enseñanza y el lenguaje son claros; aun así, no se tratarían de buenas moralejas si se justificaran a costa del sufrimiento de otros; ciertamente todo mal era perdonado y comprendido, de modo que no se volviera a repetir, sin necesidad de que existieran santos que mostraran el sendero de luz.

Hombre profundamente espiritual, sencillo, colmado de dudas que la guerra le dejó, soñador y sentimental, profundizó en una búsqueda por aliviar su desencanto con los conformismos de la alta sociedad de su tiempo, de la que formaba parte como descendiente de condes rusos. Su conducta filantrópica y pacifista despertó tanto admiración como risas en su círculo social. Ya viejo y enfermo de neumonía, había decidido repartir sus tierras a los campesinos, pero se encontró con la decidida oposición de su mujer. Incómodo y harto de su familia, trató de escapar, y cuando finalmente lo logró, acompañado de su hija Alejandra, sólo alcanzó a llegar a una pequeña estación de ferrocarril, donde murió a los 82 años.

Sus cuentos son una excelente manera de adentrarse en el pensamiento de Tolstoi, y si se tienen pretensiones de sumergirse en sus novelas más elaboradas, qué mejor. Una buena lectura para compartir tanto con niños como adultos.

Tolstoi, L (1985) Cuentos Escogidos. México. Ateneo

** Alumno de segundo semestre de la Especialidad en Promoción de la Lectura.



La adicción y el vacío: Una mirada en la oscuridad, de Philip K. Dick

Por: Antonio López **

Esta novela escrita por el estadounidense Philip K. Dick y publicada en 1977 es considerada parte emblemática de la ciencia ficción literaria al igual que una declaración acerca de una realidad bastante cruda: el descenso al limbo provocado por el abuso de psicoactivos prohibidos (drogas pues).

Es un futurístico 1994, en California, el agente anti drogas Bob Arctor se infiltra en un grupo de drogadictos con el fin de encontrar a su proveedor y tratar de diezmar el tráfico de la llamada Substancia D, (Death, en español muerte) una poderosa droga cuyo uso se ha propagado como una epidemia. Arctor reporta a la policía bajo el pseudónimo de Fred, y aquí es cuando la ficción entra de lleno, pues los informantes encubierto deben usar un traje de combate, vestimenta de alta tecnología capaz de reproducir aleatoriamente y en combinación los rasgos de millones de personas, a fin de evitar que las autoridades descubran su identidad y así puedan permanecer seguros.

A medida que Bob interactúa y se sumerge en su papel de yonqui, la delgada línea que lo separa de un criminal comienza a difuminarse. El mundo se desquebraja cuando la droga se apodera de él, mientras sus supuestos amigos no hacen nada por ayudarlo.

Pese a que el estilo del autor es bastante mecánico en sus narraciones, la historia toca emociones de una manera profunda. Tristeza es una palabra que resalta con frecuencia en los pensamientos de Arctor, quien mira su vida y la de los demás, desperdiciarse sin poder hacer algo al respecto. El mismo Philip fue adicto durante un tiempo y perdió a varios de sus amigos de esta manera, ante un enemigo invisible e intocable.

El personaje principal quizá sea Arctor, pero indudablemente el más recurrente es la Substancia D, inventada para representar a todas y cada una de las drogas que puedan existir. A su vez, la novela no trata sobre el futuro de una sociedad enferma, sino el presente donde la desesperación, el vacío o cualquier otra razón, conduzcan a una persona hacia el precipicio.

Philip, D. (1977) Una mirada en la oscuridad. España. Minotauro.

** Alumno de segundo semestre de la Especialidad en Promoción de la Lectura.



Jis – Sexo (A eso sabe la reina)

Por Antonio López**

La sexualidad es el epicentro de todos los tabús que tiene nuestra sociedad (según muy) moderna. Se le censura, se le condena y al mismo tiempo se le añora con devoción. Ante tanta tensión y vergüenza perniciosa, quizá no quede otro camino que destaparla con júbilo y harta falta de seriedad. Jis, nacido con el nombre de José Ignacio Solórzano, tapatío prodigio del monero, es un artista que por años ha llevado a cabo esta tarea con cinismo y hedonismo, dejando que el sexo sea la guía de su pluma. Colaborador frecuente del diario Milenio, sus tiras cómicas hipersexuales son el resultado de la perversión puesta al servicio de la imaginación: el inconsciente volcado casi en bruto.

Su nuevo libro publicado por la editorial Sexto Piso se llama Sexo (A eso sabe la reina), un efluvio de cartones libidinosos, hipertrofia genital surreal y una cruza humorística entre lo porno y lo erótico. En sus páginas se vislumbran cuerpos trastornados que copulan flotando en el espacio, vaginas chorreantes de las cuales beben criaturas desconocidas, penes con la cabeza roja de descomunales tallas, seres antropomorfos que son todo testículos, senos retorcidos y nalgas prominentes. Jis tampoco escatima en expresiones orgásmicas y pies femeninos desnudos, que como ha confesado, son una debilidad que está fuera de su control. Los hombres, representados por cromañones de trusa y portafolios, o entes grotescos, encausan toda su energía en la búsqueda de una hembra, y a su vez las mujeres son retratadas como seres de insaciabilidad carnal.

Habría que fijarse también en esos trazos suyos, que a veces son débiles e imprecisos, casi un delirio psicótico y en otras ocasiones delimitan formas que provocan la sensualidad del observador. De cualquier manera son innegablemente honestos, y en esta sociedad de ataduras recias pueden tomarse como una válvula de escape directa y a la vez enigmática, no sólo de sus pulsiones, sino también de las nuestras. Adicionalmente, el dibujante ha reconocido abiertamente que ante la politización del país y las situaciones apremiantes, se siente un poco consternado porque sus imágenes de sexo y coito estrafalario no aportan ningún tipo de crítica constructiva, sin embargo, más de uno coinciden en que precisamente son esas proyecciones desenfrenadas su forma de satirizar a la sociedad mexicana, con toda su hipocresía y sus defectos incorregibles.

Sea la interpretación que se quiera hacer de su trabajo, lo mejor sería afrontar su inconsciente con el inconsciente del lector, sucumbir ante las fibras que sus dibujos lleguen a tocar y entregarse al juego de sus trazos sin tomarlos tan en serio, al fin y al cabo es sólo sexo.

Solórzano, J. (2014) Sexo (A eso sabe la reina) México. Sexto Piso.

** Alumno de la Especialidad en Promoción de la Lectura.



Así empieza lo malo – Javier Marías

Por Iris Cabellero**

La nueva novela de Javier Marías aborda el tema de la memoria desde varias perspectivas. Sí, la memoria como aparato cognitivo a través de la cual construimos y reconstruimos individualemnte nuestros recuerdos, pero también la memoria social con la que otorgamos significados a los eventos que enfrentamos en colectivo y marcan la convivencia entre uno y otro.

Adoptando este punto de vista, Marías realiza un análisis de las decisiones políticas tomadas después de la muerte de Franco y sus consecuencias en la sociedad. La obra se ubica en el Madrid de los años ochenta, y retrata la efervescencia social que en ese momento se vivía en la ciudad: los vientos de cambio y la necesidad de renovar los ambientes, pero también la amnistía otorgada por igual a vencedores y vencidos, los secretos que debieron callarse y la instauración del olvido obligado para las víctimas llenas de resentimiento y dolor.

El texto relata la historia de Muriel y Beatriz, matrimonio desdichado en espera de que se apruebe en España el tan ansiado divorcio. Mientras tanto, la pareja atraviesa engaños, infidelidades e intentos de suicidio. La voz de Marías desarrolla sutilmente en el contexto de lo cotidiano, tramas llenas de humanidad que sobrepasan la situación política de la época, logrando de ese modo ofrecerle al lector algo más atemporal y perpetuo: el dolor y la venganza.

El título, por cierto, fue tomado de un verso de Shakespeare que reza: «Así  empieza lo malo y termina lo peor».

 Marías, J (2013) Así empieza lo malo. México. Alfaguara

**Alumna del segundo semestre de la Especialidad en Promoción de la Lectura.