Por Winston Manrique Sabogal
La escritora, conocida como «la Chéjov canadiense», obtiene el galardón después de varias ediciones en las listas de candidatos
Después de muchos años el Nobel premia al cuento. ¡Y qué cuentos! La escritora canadiense Alice Munro ha ganado hoy el premio Nobel de Literatura 2013. “Maestra del relato corto», según el dictamen de la Academia sueca, «su estilo es claro y de un realismo sicológico”. Munro, nacida en Wingham (Ontario) en 1931, es la decimotercera mujer que obtiene el galardón más importante de las letras universales y la primera que se apunta el tanto para el país norteamericano. Conocida como «la Chéjov de Canadá», la narradora ha colocado los cimientos del realismo moderno literario de su país. Mundos corrientes que tras su serenidad esconden tormentas afectivas y sentimentales a punto de desatarse.
«Era un castillo en el aire que podía suceder, pero probablemente no sucedería. Sabía que estaba en la carrera, sí, pero la verdad es que nunca pensaba que fuera a ganar”, ha reconocido la premio Nobel a The Canadian Press. “Estoy feliz y muy agradecida y en particular orgullosa de ganar este premio y agradar a tantos canadienses”, ha declarado en un comunicado a través de su agente.
«Está al nivel de los mejores como Chéjov, Maupassant y de Borges», afirma Javier Marías. Parte de esa maestría, agrega el escritor madrileño, que le concedió a Munro el titulo de duquesa del Reino de Redonda en 2005, se debe a que «consigue transmitir una profunda emoción con personajes normales en una época en la cual se privilegian los buenos o malos sentimientos que rozan la cursilería. Ella escribe sobre gente normal sin, cargar las tintas, y consiguiendo unos niveles de emoción profunda con poco parangón en la literatura actual».
«Es un genio en la construcción de las historias», asegura Colm Tóibín.
La aportación de Munro a la Literatura y su universo literario los define así el escritor y crítico argentino Alberto Manguel: «Las grandes obras de la literatura universal son vastos panoramas globales o minúsculos retratos de la vida cotidiana. Alice Munro es el genio indiscutible de estas últimas, capaz de hacernos ver a través de una banal circunstancia toda la gama de nuestras pasiones y de nuestras pequeñas derrotas y victorias». Sobre su inequívoco mundo femenino añade un interesante matiz el crítico, escritor y traductor estadounidense Davil Homel: «ella escribe sobre mujeres y para mujeres, pero no está demonizada por los hombres».
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