¿Por qué no se pueden tocar las piezas arqueológicas?

  


 
 

El espejo empañado

 

Una pregunta frecuente que nos hacen los visitantes del museo es ¿Por qué no se pueden tocar las piezas arqueológicas? Eso sucede sobre todo con las piezas monumentales de piedra, que llaman la atención y mucha gente quiere palpar. -Total, es piedra –dicen- ¿Qué les puede pasar? La respuesta es simple. Lávese las manos, séquelas y toque un espejo. Seguramente se empañará, y quedarán sus huellas digitales impresas. Eso pasa con las pantallas de las computadores y celulares, los cuales siempre tratamos de limpiar y proteger. ¿Ha visto cómo queda el volante de su auto? Eso mismo pasa con las piezas arqueológicas. Al tocarlas dejamos grasa que el cuerpo produce naturalmente, pero también quedan células muertas, así como bacterias y virus. Con tocarlas una vez no pasa nada, pero multiplique por cientos de personas que visitan diariamente el museo, por 365 días, por 65 años que llevan las piezas expuestas, y tendríamos una capa de grasa que provocaría daños irreversibles a la superficie, pues no olvidemos que estamos hablando en realidad de ácidos grasos. Por eso a las piezas arqueológicas se les manipula con guantes, por eso están expuestas para ser vistas, pero no para ser tocadas.

 

Disfrutemos nuestro patrimonio y dejemos que los hijos de nuestros hijos también lo disfruten.

 

Alfredo Delgado Calderón