Los gradientes altitudinales de las montañas son experimentos naturales poderosos para evaluar las respuestas ecológicas y evolutivas de la biota a las influencias geofísicas del ambiente. Los nutrientes en el suelo de las montañas constituyen los frágiles cimientos de ecosistemas que proporcionan agua y alimento a la mitad de la población mundial. Conocer los factores que determinan la concentración y transformación de nutrientes en el suelo aporta herramientas para la conservación de los suelos de montaña. Se ha reportado que la concentración de nutrientes en el suelo disminuye al aumentar la altitud debido a la disminución en la temperatura, sin embargo, la influencia de otros factores como la influencia de la vegetación en el gradiente de alta montaña ha sido poco explorada. El objetivo de este trabajo fue evaluar la concentración y transformación de nutrientes del suelo de montaña respecto a la altitud y los distintos tipos de vegetación. Se analizaron los patrones de concentración y transformación de C, N y P; así como las concentraciones de K, Mg, Ca, Na en el Parque Nacional Cofre de Perote, en un gradiente altitudinal de 3200-4200 m s.n.m.
Además, se analizó la variación de estos patrones entre los distintos tipos de vegetación existentes. Nuestros resultados indican que el porcentaje de materia orgánica y el C disminuyen al aumentar la altitud sin diferencias entre tipos de vegetación. Sin embargo, otras concentraciones nutrimentales no sólo difieren con la altitud, sino que lo hacen diferencialmente entre tipos de vegetación. El bosque de pino (BP) presenta la mayor influencia sobre los parámetros del suelo analizados, principalmente sobre los procesos biológicos asociados a la actividad microbiana. Parámetros como el Mg, la mineralización de N y la actividad fosfatasa difieren entre tipos de vegetación en mayor proporción que por efecto del gradiente altitudinal. Estos resultados sugieren que la vegetación alterar las propiedades químicas del suelo superficial e influye sobre los ciclos de nutrientes. En este sentido, es importante seguir conociendo con mayor detalle acerca del efecto de los tipos vegetación y su influencia en la actividad microbiana del suelo en altas montañas. Lo anterior podría mejorar nuestra capacidad para predecir cómo responderán los suelos de ecosistemas terrestres a los cambios de temperatura y uso del suelo.