Existen muchas especies que requieren condiciones específicas para su desarrollo y reproducción, tal es el caso de los insectos que necesitan tomar el calor del medio exterior para realizar sus funciones metabólicas que se traducen en amplios beneficios al ambiente, pero también existen aquellos que provocan daños por su estilo de vida, como sucede con la mosca de la fruta del Mediterráneo Ceratitis capitata Wiedemann. Este organismo al cumplir su ciclo biológico daña los cultivos frutales, lugar donde suelen depositar sus huevos para que las larvas que saldrán de ellos tengan alimento y protección; el punto crítico proviene del hecho de que la mayoría de estos cultivos son la base de la alimentación del ser humano, por lo que su presencia debe ser tomada con importancia y proceder a la búsqueda de su control y erradicación. En México por ahora se tiene el estatus libre, pero Guatemala, país con el que se comparte la mayor parte de la frontera sur, sí tiene presencia y desde ahí existe un alto riesgo de introducción a nuestro territorio.
Considerando el riesgo permanente en el que se encuentra nuestro país, lo realizado en este estudio se relaciona con la identificación de las condiciones de temperatura ambiente y la obtención del número potencial de generaciones (ciclos biológicos) que esta especie puede tener en los estados de Chiapas, Tabasco, y Guatemala. El resultado obtenido indica que la temperatura le es muy favorable porque en casi todo el año, hablando climatológicamente, la temperatura ambiente se encuentra dentro de los umbrales de desarrollo que tolera, que para este estudio se definieron en 7 °C en el mínimo y 36 °C como máximo, dando un estimado de que en esta región se pueden presentar entre 1 a 23 generaciones de este insecto.