- Por cuestiones políticas y desconocimiento
- Se trata de la mejor herramienta para resolver colisiones de derechos humanos relacionadas con las manifestaciones públicas
Gustavo González Galindo, investigador y profesor de la Facultad de Derecho.
Paola Cortés Pérez
La teoría de la ponderación, usada por juristas para resolver pugnas entre derechos humanos, no es aplicada en México por desconocimiento y cuestiones políticas, planteó Gustavo González Galindo, investigador y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana (UV).
El académico explicó que la teoría es neutra y, por lo tanto, no debe considerar líneas o directrices de un gobernante en turno o de tinte político, pues sería contaminada y no habría cabida para ello en la solución de colisiones de derechos humanos, como sucede en las manifestaciones públicas.
En su libro La ponderación de los derechos fundamentales. Estudio de las colisiones de derechos derivados de manifestaciones públicas, publicado por la Editoriales UV y Porrúa, González Galindo buscó ejemplificar la pugna entre los derechos de libertad de expresión de ideas y de reunión versus la libertad de tránsito –todos derechos constitucionales– y la manera en que debieron ser resueltos.
Lo anterior a partir del análisis de algunas de las más importantes manifestaciones públicas (comerciantes y ejidatarios en San Salvador Atenco, los del SNTE y la Asociación Popular de Pueblos de Oaxaca y la toma de la Avenida Reforma en el Distrito Federal por integrantes de la coalición “Por el Bien de Todos”).
El académico advirtió que la ponderación establece que en cada caso de colisión, la autoridad correspondiente debe hacer un estudio y análisis de características específicas, pues no hay un manual o proceso para resolverlo ya que cada situación es diferente.
“La directriz es que se aplique la ley, pero siempre siendo flexible y razonable en qué tanto se va emplear mano dura del gobierno; creo que simplemente debieron haber utilizado la herramienta de la ponderación, lo cual evidentemente no se llevó a cabo por eso hubo esos excesos”, expresó.
Añadió que uno de los objetivos es que las autoridades y la sociedad en general conozcan esta herramienta jurídica que debe ser aplicada y exigida por los ciudadanos, pero antes debe tener conocimiento de todos los derechos humanos.
“No da una receta de cocina, no es un manual de ponderación, lo que hace es que a través de estos ejemplos de casos que han sido paradigmáticos en la realidad mexicana, señala como la autoridad debió utilizar estas herramientas”, puntualizó.
Por último, Gustavo González dijo que su libro será de gran ayuda para los estudiantes de la Licenciatura de Derecho y para los juristas, dado que abarca dos ramas jurídicas importantes: los derechos fundamentales, que es un estudio básico para todo abogado, y la argumentación jurídica que será muy socorrida en el estado con motivo de la reforma en materia de juicios orales.
