- Expresaron investigadores de FLACSO y CIDE
- Son una respuesta del gobierno cubano a una sociedad que cada vez es más universal y heterogénea
Paola Cortés Pérez
Armando Chaguaceda, Alberto Olvera, Velia Cecilia Bobes y Rafael Rojas.
Las reformas económica y migratoria, aprobadas el año pasado por el Estado Cubano, traerán consigo cambios notables en el ámbito político y social de la isla, coincidieron Velia Cecilia Bobes, Rafael Rojas y Armando Chaguaceda, moderados por el politólogo Alberto Olvera, durante su participación en el foro “Cuba: escenarios de cambio y nuevos actores”.
El foro fue organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), a fin de discutir y analizar las últimas transformaciones acontecidas en el país caribeño, a partir de las reformas impulsadas por el presidente Raúl Castro.
La reforma económica implica abrir el régimen de cooperativas, ampliar la extensión de tierra entregada en usufructo y el tiempo de la concesión (ahora 10 años prorrogables).
En el panel “Cuba: transformaciones sociales y nuevos escenarios”, que tuvo lugar en el auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán”, Rafael Rojas Gutiérrez, del Centro de Investigación y Docencia Económicos, A.C. (CIDE), destacó que las reformas cubanas avanzan hacia un modelo de economía mixta, sin un discurso de negociación o compensación simbólica.
En la ponencia “La libertad de información y los derechos políticos en Cuba”, comentó que es una respuesta del gobierno cubano a una sociedad que cada vez es más universal y heterogénea, que demuestra que el sistema institucional no es capaz de representarla equitativamente.
Apuntó que las reformas actuales están determinadas por un contexto internacional favorable, a diferencia de las aprobadas en la década de 1990, ya que ahora, “por primera vez tenemos un liderazgo que asume el avance hacia una economía de mercado”.
En tanto, Armando Chaguaceda, del IIH-S, dictó la conferencia “Cuba: políticas de participación y prácticas de autonomía”, en la que dijo que si bien las reformas en curso tienen un sesgo económico, también propiciarán cambios sociopolíticos que impactarán de manera directa entre la población cubana.
“Una reforma económica puede mejorar la vida de la población y generar una participación protagónica de los habitantes”, destacó. Respecto de este punto, Chaguaceda expuso que el espacio electoral es uno de los más fuertes y merece ser preservado, sea cual fuese el cambio político.
“Efectivamente, la sociedad cubana es más plural porque hay un debate más profundo, resultado de la invitación por parte de grupos y personas que quieren reivindicar el movimiento de izquierda”, señaló.
La reforma migratoria
Velia Cecilia Bobes, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) sede México, opinó que en la última década se han registrado cambios significativos en Cuba, sobre todo a partir del traspaso del poder a la figura de Raúl Castro como presidente del país.
En su presentación titulada “Migración e inclusión: los desafíos de una reforma”, dijo que uno de esos cambios es la reforma migratoria, aprobada en octubre de 2012 y que entró en vigor el 14 de enero de este año.
La reforma plantea una ampliación de la residencia de los ciudadanos cubanos en el exterior, de 11 a 24 meses; se facilitan las entradas temporales de emigrados, incluso de aquellos que dejaron ilegalmente el país; se suprime el permiso de salida y la presentación de la carta de invitación a las autoridades cubanas. Sin embargo, puede negarse el pasaporte por razones de interés público o de seguridad y defensa nacional.
Dijo que para los ciudadanos esto significa una ampliación de sus derechos, al pasar de un Estado desinteresado y acusador de los migrantes a uno estratégicamente selectivo con sus diásporas.
“Esta reforma es el gran paso que ha dado el Estado Cubano al legalizar el fenómeno de la migración, al decir que ya dejaron de ser enemigos, no obstante todavía esta reforma no abandona algunos puntos que pueden ser trabas para potenciar la ayuda de las diásporas”, añadió.
Dijo también que en 1992 se dio la entrada a las remesas, convirtiéndose para muchos hogares cubanos en el principal insumo para adquirir productos de primera necesidad, y dio pie a que el Estado colocara las tiendas de recaudación de divisas que financian los programas sociales de salud y de educación, por ello “la migración ya no puede ser vista como enemiga sino como una necesidad”.
Asimismo, aseveró que ha coadyuvado a la proliferación de tiendas y empresas dedicadas al envío de dinero; agencias de viaje y vuelos chárter; empresas privadas con capital proveniente de las diásporas; de familias transnacionales y comunidades online.
Aseguró que la isla caribeña es uno de los países que expulsan más personas, muestra de ello es que 12 por ciento de su población vive en el extranjero, no sólo en Estados Unidos sino en otras latitudes del mundo.
