Universidad Veracruzana

Skip to main content

Discurso por el 69 aniversario de la Universidad Veracruzana

En el 69 aniversario de la UV

Sara Ladrón de Guevara

 

¿Alguno de ustedes ha tenido la excepcional oportunidad de presenciar la representación de El anillo del Nibelungo de Richard Wagner? O, en otro caso, de una manera más sencilla y humilde, ¿ha tenido la oportunidad de ver en DVD o de escuchar en CD esta verdaderamente monumental composición musical? Según los críticos, después de La pasión según San Mateo de Johann Sebastian Bach, El anillo del Nibelungo es una de las más ambiciosas y bien logradas creaciones musicales.

Para quienes no han tenido oportunidad de presenciar, ver o  escuchar esta obra, permítanme referirme a ella brevemente. Según el Diccionario enciclopédico de la música, coordinado por Alison Latham, El anillo del Nibelungo es “el último gran ciclo épico que se ha escrito. [Wagner] estaba consciente de que ello sólo se podía lograr a través de la música, aunque sus ideas nacieron del amor por la épica griega […] y de su cuidadosa lectura de la antigua épica alemana.” Se trata de un ciclo de cuatro óperas que a Wagner le llevó escribir… ¡veintiséis años! Su representación completa puede durar cuatro noches o quince horas, según se escoja.

Según Wikipedia, “la historia sigue la lucha entre dioses, héroes y criaturas mitológicas. El drama se sucede a través de tres generaciones de protagonistas. La música, por otra parte, es profunda y llena de texturas, y crece en complejidad a medida que el ciclo se desenvuelve. El leitmotiv o motivo temático musical es utilizado de manera magistral por Wagner a lo largo de la tetralogía. Los motivos van sonando a medida que los principales personajes, las emociones, los lugares y otras circunstancias van apareciendo en la obra, y reaparecen evolucionando de muy diferente manera a lo largo de ésta”.

Wagner escribió El anillo… para una orquesta de muy grandes proporciones. Pero no sólo eso. Además, promovió la construcción de un teatro ex profeso que cuenta con un escenario especial, “concebido para equilibrar el sonido de la orquesta con la voz de los cantantes”.

Pues bien, retomando la imagen a la que acudí el día que tomé posesión como rectora, quiero decirles que hoy que se cumplen 69 años de la fundación de nuestra querida Universidad Veracruzana, es así como me la imagino: como una representación especial, cuidadosa, detallada de El anillo del Nibelungo.

¿Cuál ha sido nuestro leitmotiv —el motivo que nos ha guiado— a lo largo de estos 69 años? Formar profesional y humanamente a las numerosas y variadas generaciones de estudiantes que han tenido el honor y el privilegio de pasar por nuestras aulas, y que ayer y hoy —y seguramente mañana— fueron, son —y serán— hombres y mujeres de bien que han contado con las herramientas necesarias para ganarse la vida con honestidad, decoro y dignidad, y que como profesionales han contribuido al desarrollo y la grandeza de nuestro estado y de nuestro país, refrendando a nuestra alma máter como la máxima casa de estudios de nuestro estado y una de las más importantes del país.

Por supuesto, ese motivo ha sido, como en El anillo…, un motivo que evoluciona, que reaparece, que cambia; siempre atento a la realidad a la que le corresponde servir, siempre dispuesto a hacer los cambios y los ajustes necesarios, siempre marcando el paso en materia de educación superior.

Como en El anillo…, son numerosas las generaciones de protagonistas de este gran ciclo épico que ha dado forma a lo que hoy es nuestra casa de estudios: estudiantes, profesores, investigadores, personal administrativo y de confianza, autoridades, todos ellos empeñados en hacer bien lo que les corresponde, y todos ellos aportando su propia contribución a la construcción de esta casa de estudios.

Como El anillo…, la UV también nació del amor por la épica, por la épica clásica, por los grandes hechos legendarios, por la narración, por el diálogo, por conquistar las hazañas.

Como en El anillo…, la música que ha acompañado nuestra épica es profunda y llena de texturas, y crece en complejidad a medida que el ciclo se desenvuelve.

Como El anillo…, la UV está escrita para una orquesta de muy grandes proporciones. Pero no sólo eso. Además, como El anillo…, la UV requiere de un teatro ex profeso que cuente con un escenario especial, “concebido para equilibrar el sonido de la orquesta con la voz de los cantantes”.

Como El anillo…, la UV es una obra de largo aliento. Veintiséis años le llevó a Wagner escribir este ciclo. Sesenta y nueve años nos ha llevado a nosotros construir la UV… pero nuestra representación aún continúa afinándose.

Las bases de nuestra casa de estudios están sentadas… y muy bien sentadas. La UV es una universidad que nació grande y para ser grande. Desde sus orígenes mismos dejó marcados su amplitud de miras, sus alcances, sus horizontes. Esto es lo que le ha permitido ser la gran universidad pública que el día de hoy es.

Debemos sentirnos orgullosos, muy orgullosos, de nuestra historia, de nuestro pasado, de estos primeros 69 años de vida de la UV. Debemos, sin embargo y al mismo tiempo, estar conscientes de que las nuevas generaciones, los nuevos tiempos, los nuevos retos nos exigen mirar hacia el futuro con igual amplitud de miras, con semejantes alcances, con similares horizontes. Preservar nuestro pasado, sí, pero también construir nuestro futuro. Aprender del pasado, sí, pero también  heredar al futuro. Honrar a las generaciones pasadas, sí, pero también preparar el camino para las generaciones venideras. Sepamos, en fin, dirigir a esta gran orquesta que es la UV.

¡Viva la UV en estos sus primeros 69 años de vida!

Enlaces de pie de página

Ubicación

Lomas del Estadio s/n
C.P. 91000
Xalapa, Veracruz, México

Redes sociales

Transparencia

Código de ética

Última actualización

Fecha: 30 marzo, 2022 Responsable: DGCU Contacto: jutrujillo@uv.mx