- Afirmó Riccardo Pace
- El tercer personaje, obra más reciente del escritor, permite trazar el retrato literario de un artista comprometido con una intensa y rigurosa búsqueda personal e interpersonal, que abarca los ámbitos estético y ético, aseguró el académico
- El libro se presentará el jueves 13 de febrero a las 19:00 horas en el auditorio del Museo de Antropología de Xalapa
Juan Carlos Plata
Por la comprensión de su identidad, sin encerrarse en ella sino abriéndose al mundo y frecuentando otras culturas –principalmente de Europa–, Sergio Pitol es el prototipo perfecto del intelectual y artista hispanoamericano, aseguró el académico Riccardo Pace, quien presentará el más reciente libro del Premio Cervantes 2005, El tercer personaje, el 13 de febrero a las 19:00 horas en el auditorio del Museo de Antropología de Xalapa, evento organizado por la Dirección General de Difusión Cultural de la Universidad Veracruzana (UV).
En la presentación participarán además Nidia Vincent, Elizabeth Corral y Christian Frías.
“Se puede hablar del cosmopolitismo cultural de Pitol y, a la vez, afirmar que su escritura tiene sus raíces firmemente plantadas en lo mexicano y en lo hispanoamericano. Es más, el cosmopolitismo es justamente una marca de la identidad cultural del continente. Así como sucede con los grandes maestros de América, Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, el mismo Borges (entre otros), de los cuales, de alguna manera, puede considerarse un heredero”, sostuvo.
Pace dijo que Pitol puede ser considerado, con todo derecho, un referente de primer nivel tanto para la cultura mexicana como para la universal, ya que a través de su labor literaria, su pensamiento y su análisis sobre las cosas del mundo, más que ser el fruto de su racionalidad y su lógica, lo son (en gran parte, al menos) de su intuición estética y de una escritura que por sí sola piensa y analiza, estructura, cataloga y da forma.
“Es a raíz de todas estas cualidades –en las que también debe incluirse la especial atención al lenguaje– que las reflexiones contenidas en los textos de El tercer personaje se postulan como voces que pueden participar en la dialéctica del conocimiento y del crecimiento cultural tanto en el panorama nacional como en el universal”, explicó.
Sobre la relación que puede tener la producción literaria de Pitol con la ensayística, Pace sostuvo que es inmensa. “En los ensayos, por ejemplo, encontramos todos los ingredientes de la narrativa del autor: los escritores y las obras que lo han influenciado, las tramas que ha transfigurado para inspirar los episodios de sus relatos y novelas, los ejemplos de lenguaje que lo han inspirado a buscar su propia voz, aquellos que lo han guiado hacia la revolución humorística de su escritura culminada con el cuento Nocturno de Bujara y con la trilogía novelesca del carnaval.
”De la misma manera, es posible suponer, como lo han hecho muchos críticos y como el mismo Pitol lo sugiere con el ensayo El tercer personaje dedicado a Cervantes, que en su narrativa de ficción abunden los elementos autobiográficos.”
Sobre el libro de ensayos El tercer personaje, Pace dijo que los textos permiten trazar el retrato literario de un artista comprometido con una intensa y rigurosa búsqueda personal e interpersonal, que abarca tanto el ámbito estético como el ético.
“Es una valiosa clave para comprender el punto de vista del autor sobre la literatura, las otras artes, e incluso algunos temas cruciales para el ser humano tanto de hoy como de antaño, como por ejemplo el diálogo entre el individuo y la cultura que lo rodea, los angustiantes problemas de las injusticias sociales, de la intolerancia, de la violencia o de la represión aplicadas por los grupos en el poder contra los disidentes o las minorías de todo tipo.”
Acerca de lo que el lector puede encontrar en este libro, Pace sostuvo que, en primera instancia, son excelentes ensayos, en los que un escritor culto y sensible se adentra en la lectura atenta y nunca fácil de sus autores favoritos, abarcando tanto la literatura como otras artes como el cine, la pintura, la escultura.
“En una segunda lectura podrá empezar a vislumbrar una especie de relato autobiográfico que el autor traza mediante una serie de indicios ocultos, de reflejos propios en la imagen ajena, de alusiones, medias verdades o evidentes mentiras, y ya en una lectura a conciencia, el lector podrá convertirse en un investigador que detrás de la escritura ensayística rastrea la trama de una novela, sus vericuetos insondables, sus mecanismos ocultos, su portentosa vitalidad”, explicó.