- Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias
- Se pensaba que los meteoritos eran fragmentos que nunca se lograban juntar, sin embargo provienen de planetas ya formados
- Al analizar la estructura química de la Tierra y otros planetas encontramos que es la misma, afirmó
Jaime Urrutia Fucugauchi en la Universidad Veracruzana.
David Sandoval
Los descubrimientos de la geofísica han permitido conocer más acerca de los orígenes de nuestro planeta y del sistema solar, expresó Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y de la Sociedad Mexicana de Física, al presentarse en la Universidad Veracruzana (UV).
Dentro del marco del 70 aniversario de la institución y como parte del evento “Presencia de El Colegio Nacional en la UV”, Urrutia Fucugauchi habló sobre el estado actual de la geofísica.
Explicó que la mayor parte de la actividad científica en la materia se da en la exploración de recursos naturales y energéticos, particularmente de petróleo y gas. En las últimas décadas, con el incremento de la población, se ha generado mayor investigación acerca de la búsqueda de agua y los geofísicos trabajan en dicha exploración.
En Europa , agregó, los geofísicos trabajan principalmente sobre problemas ambientales mientras que en México se enfocan en el petróleo. Así, “más del 70 por ciento de los miembros del Colegio de Geofísica están contratados por Pemex o en compañías petroleras”.
Detalló que la red satelital denominada Global Environmental Satellite Observation Network brinda, cada vez con mayor precisión, “la posibilidad de ver las diferentes partes del sistema con un detalle que hace unos años era difícil de alcanzar, lo que se refleja en la cantidad masiva de datos que permiten elaborar modelos para ver cómo está funcionando el planeta”.
El ponente destacó que uno de los nuevos retos es entender cómo se relacionan los procesos en superficie con los procesos que ocurren en el interior del planeta.
“Desde su inicio la Tierra ha tenido continentes y océanos que se están formando continuamente. A lo largo de los cuatro mil 568 millones de años de historia del planeta, siempre hemos tenido océanos y continentes”.
Señaló que con el Global Environmental Satellite Observation Network “es posible hacer mediciones dentro del sistema solar y contemplar al planeta como uno de los cuerpos que lo componen, tratando de entender cómo se forma, qué diferencias hay entre los planetas, para tener una perspectiva de cómo es la Tierra y qué posibles cambios esperar”.
Desde mediados de los años noventa, expuso, se ha ampliado la perspectiva del estudio de los planetas dentro del sistema solar y otros alrededor de nuevas estrellas, la cual ha cambiado la concepción misma sobre cómo se formó el sistema.
Parte de la información que hay al respecto proviene de los meteoritos; dentro de ellos hay un grupo que cayó en México y dentro de éste destaca uno nombrado “Allende”, observado el 8 de febrero de 1969 sobre el estado de Chihuahua, el cual debe su nombre al poblado donde cayó.
“Éste es uno de los meteoritos primitivos, formado en las etapas iniciales del sistema solar. Contiene aparentemente los objetos sólidos más antiguos del sistema y es particularmente interesante porque su composición es semejante a la de la corona solar ”.
Urrutia Fucugauchi comentó que “si se compara su estructura química con la de la Tierra y otros planetas, encontramos que es la misma, entonces nos indica claramente que todos provenimos de la misma nube de gas y de polvo”.
Usando una variedad de técnicas se está tratando de determinar la cronología de los eventos del sistema solar, que se formó en un tiempo geológico relativamente corto: se piensa que en menos de diez millones de años se formaron los primeros núcleos de los planetas.
Originalmente se pensaba que los meteoritos eran fragmentos que nunca se lograban juntar, ahora los nuevos datos, incluidos los del “Allende”, indican que provienen de planetas ya formados.
“Si esto es correcto, y todo indica hacia esta posibilidad”, advirtió, “implica que el sistema solar en sus inicios tenía muchos más planetas; las estimaciones son variables pero oscilan en el orden de cincuenta planetas que se destruyeron, de sus fragmentos quedaron los meteoritos y esto indica un sistema muy dinámico en su formación”.
Ejemplificó este proceso con la conformación de la luna terrestre, que se piensa provino de un cuerpo que colisionó con nuestro planeta, ya que en nuestro sistema solo Plutón y la Tierra tienen lunas con semejantes dimensiones, “muy grandes, comparadas con el resto de los planetas”.
Consideró interesante que desde los registros más antiguos de la Tierra el agua esté presente, al igual que la actividad volcánica y sísmica, “lo único que falta es la vida en esa primera etapa”.
Las perspectivas de exploración espacial han cambiado radicalmente en un tiempo muy corto y actualmente se registra la presencia de mil 700 exoplanetas, ya que de febrero a la fecha el número de registros crece de manera impresionante.
Afirmó que con el ritmo presente del desarrollo tecnológico será posible procesar la -cada vez mayor- información generada por los telescopios que orbitan fuera de la atmósfera terrestre, lo que ensancha aún más las posibilidades de investigación de la geofísica.