Objeto de estudio

El café es el único producto alimentario producido a nivel mundial (excepto en Europa) asociado con muchos proyectos de sostenibilidad, comercio justo, salud y educación implementados en las regiones donde se cultiva, lo que denota la importancia de este cultivo en la economía mundial. Siendo la bebida no alcohólica más importante tiene una facturación cercana a los US $ 10 mil millones de dólares por año, convirtiéndolo en uno de los principales productos negociados en los mercados mundiales. Actualmente los 10 países con mayor producción de café en el mundo son: Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia, Etiopía, Honduras, India, Uganda, Perú y Guatemala.
La cafeticultura mexicana ocupa el sexto lugar entre los países productores latinoamericanos, muy por debajo de Brasil y Colombia que son los principales cultivadores del aromático en el continente americano (OIC, 2017) y se ubica como el segundo productor mundial de café orgánico, después de haber estado en el primer lugar (FAOSTAT, 2014;
http://faostat.fao.org.
El cultivo del café en México es importante económica, social y ecológicamente, ya que en la zona cafetalera se presentan altos niveles de pobreza y marginación, así como poca diversificación productiva, que se refleja en los bajos ingresos de los productores y trabajadores. Sin embargo desde que se desmontó la regulación mundial del comercio del café en 1989, fecha que coincide con la desaparición del Instituto Mexicano del Café – INMECAFE, el sector cafetalero mexicano lucha por sostener su producción en medio de pequeñas unidades productoras (promedios de 1,38 hectáreas), con bajos rendimientos, problemas fitosanitarios (principalmente broca –Hypothenemus hampei– y roya –Hemileia vastarix-), plantaciones viejas, mezclas de variedades a nivel de lote y surco, baja generación de valor agregado, no acceso a crédito y seguros, poca transferencia de tecnología y ausencia en asistencia técnica a los productores. Adicionalmente, problemas socioeconómicos como la migración interna e internacional y la ampliación de la mancha urbana incrementan la crisis en el sector cafetalero. Actualmente los productores cafetaleros buscan soluciones a la crisis social y ambiental por medio de iniciativas de cooperativas, esto no ha sido suficiente para incrementar la producción y enfrentar el cambio climático en el sector.
Para el estado de Veracruz, específicamente la región productora de Coatepec la problemática es muy similar a la nacional. En esta región el marco institucional relacionado con la cafeticultura es escaso, entidades de orden estatal y federal incipientemente adelantan acciones para solventar los problemas de los productores. No obstante, se evidencia que en algunos casos ayudan a agudizar la crisis, por ejemplo: iniciativas como la del Consejo Regulador del Café Veracruz encubrió la desigualdad que pretendía combatir al someter las políticas agrícolas a los intereses del capital agroindustrial y comercial. En otros casos, no existe regularización de las variedades producidas por regiones en los viveros apoyados con fondos gubernamentales, ni observa un control en la trazabilidad de la semilla o sanidad del sustrato utilizado en los almácigos, lo que puede fomentar la dispersión de problemas fitosanitarios. Sin embargo, son ampliamente conocidos los servicios ambientales que brindan los cafetales, pero se desconoce el papel de los atributos agroecológicos en la producción del café y los rendimientos reales para la zona.
Alcance territorial de actuación
Todas las zonas cafetaleras del estado de Veracruz, con mayor enfásis por la cercania geográfica con la Region Cafetalera de Coatepec, que incluye los municipios de Coatepec, Cosautlán, Emiliano Zapata, Jilotepec, Ixhuacán de los Reyes, Teocelo y Xico.
Estado del arte
El café es uno de los productos de exportación más importantes, pues su cultivo, procesamiento, comercio, transporte y comercialización proporciona empleo a millones de personas en todo el mundo, paralelamente, el cultivo de café tiene una gran importancia ambiental, en cuanto a la preservación de diversos servicios ambientales.
En cuanto a su producción mundial, los principales países productores de café de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hasta el 2021 son Brasil con el 29% de la producción mundial de café, seguido de Vietnam 18.39% e Indonesia con el 7.63%, en cuanto a México, nuestro país paso de ocupar el sexto lugar como productor de café en el año 2009 al onceavo lugar con el 1.73% de la producción mundial para el año 2019.
La producción de café en México se concentra en 16 estados de la república, siendo los principales productores Chiapas, Veracruz, Oaxaca y Puebla, de acuerdo con los datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP, 2021). En el estado de Veracruz los municipios que concentraron para el 2021 la mayor producción de café son Tezonapan, Atzalan, Zongolica, y Coatepec.
En este contexto y derivado de la importancia del cultivo del café en el mundo y en México, son diversos los institutos de investigación, universidades y organizaciones civiles que han desarrollado investigaciones de corte social, económico, político, y de análisis ecológico/ambiental acerca del café. Destacan los trabajos realizados por la Universidad Autónoma de Chapingo, el Instituto de Ecología, el INIFAP, así como por la Universidad Veracruzana. Cabe mencionar que la investigación en café no es reciente en Veracruz, ya que aquí se encontraba la sede principal del desaparecido Instituto Méxicano del Café (INMECAFE).
Dentro de la investigación realizada en la Universidad Veracruzana, destacan los trabajos realizados en la Facultad de Ciencias Agrícolas-Xalapa, Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada, Facultad de Economía, el IEESES, entre otras entidades académicas. En este contexto, y a partir del año 2017 surge el primer observatorio de café en México, adscrito a la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana, el Observatorio de la Cafeticultura Veracruzana (OBSERVACAFÉ), con el objetivo de Generar, analizar y comunicar permanentemente datos e información referentes a la producción, transformación, consumo y comercialización del café, como de los actores sociales involucrados, a nivel local, nacional e internacional, mediante información recopilada directamente en campo y de la consultada en otras fuentes.