Crecimiento y el desarrollo desde una perspectiva multidisciplinaria
A lo largo de los años se han creado diversas conceptualizaciones del crecimiento económico y del desarrollo económico. Es posible encontrar situaciones donde crecimiento y desarrollo se utilicen como sinónimo, sin embargo, habría que establecer las características y las diferencias que existen entre estos conceptos, para entender su importancia e impacto en el bienestar.
Antunez (2010) define al crecimiento económico como el incremento porcentual del producto interno bruto (PIB) de una economía, en un periodo determinado. Por su parte, González de Jesús (2009) describe el crecimiento económico como una de las metas de la sociedad, cuyos indicadores son la inversión, las tasas de interés, el nivel de consumo, las políticas gubernamentales, entre otras.
El concepto desarrollo económico hace referencia a las capacidades que los países tienen para generar condiciones de bienestar, de manera sostenida, donde los hacedores de políticas y la sociedad promueven condiciones de vida estándar. El desarrollo económico implica cambios cuantitativos, pero también cualitativos en la economía. Entre otros elementos, contempla: desarrollo de infraestructura, competitividad, sustentabilidad, sostenibilidad, inclusión social, salud, seguridad y capital humano.
El debate entre crecimiento y desarrollo económico radica en cuál debe ser la perspectiva que direccione las acciones del Estado para crear condiciones de bienestar en la sociedad. Dicha concepción es la que permea las acciones, pero también las variables a considerar para su planeación, ejecución y evaluación. Este debate agrega a la discusión en dicho debate, a la variable de bienestar, estableciéndola como una de las finalidades tanto del crecimiento económico, como del desarrollo humano y social.
Para Antunez (2010) el crecimiento económico es el resultado de la combinación de los componentes del crecimiento y de la política económica que un gobierno aplica, partiendo de la postura de que un crecimiento económico elevado, genera condiciones de bienestar para la gente, y consecuentemente, bienestar en sus niveles de vida.
Es importante destacar que al definir al crecimiento económico, se asume que es uno de los principales indicadores de bienestar en la sociedad, tal como lo han definido la teoría económica de Adam Smith. En otras palabras, se establece una relación causal donde si hay crecimiento económico, entonces hay condiciones de bienestar.
González de Jesús (2009) al hablar de desarrollo económico está implicando que hay un incremento en los ingresos y por ende, en las formas de vida de los individuos de una sociedad.
De manera muy especial, el desarrollo económico identifica la variable de bienestar social como resultado de políticas con esta perspectiva, donde el resultado es la productividad del mercado y con ello, el incremento del PIB. Esta perspectiva destaca que el crecimiento económico es una parte del proceso de desarrollo económico (Sen, 1983).
En dicha perspectiva, se menciona que el desarrollo económico tradicional ha tenido menos éxito para desarrollar capacidades en las personas, por lo cual es eficiente en términos económicos, pero no en términos sociales. Plantea la necesidad de integrar nuevos indicadores en la medición del desarrollo económico, por las limitaciones propias del PIB, para hacer frente a los retos del análisis del desarrollo económico.
En busca de generar procesos y condiciones de desarrollo económico, más allá del crecimiento, que impacten en el bienestar de la sociedad, surge la importancia de considerar otros esquemas de representación de la realidad, paradigmas que permitan la explicación de fenómenos cada vez más complejos, que complementen los principales postulados de la economía, sumados a los de las ciencias sociales, como los de la psicología.
La multidisciplinariedad una vez más se presenta como una alternativa necesaria ante realidades complejas. Puesto que se ha descuidado al ser humano en la perspectiva de entender al mundo mediante cifras que indiquen el estado de la humanidad. Por ello, es necesario incluir al bienestar, como un indicador para su medición y promoción. Su inclusión tendría la finalidad de ayudar a comprender las realidades sociales específicas y también de plantear soluciones adecuadas a contextos específicos, en una integración multidisciplinaria.
En el caso de países como México, es difícil generar condiciones de bienestar cuando las condiciones de inequidad en cada una de las entidades federativas son significativas. Es por ello que, se requiere un análisis más profundo, considerando a su vez diferentes perspectivas, ya que 1) las necesidades y características de las entidades son también distintas, y con ello, las prioridades para los gobiernos estatales y locales; 2) los indicadores de crecimiento y desarrollo carecen de homogeneidad en el país cuando se analizan de forma particular.
Beltrán Guerra, L.F. y López Suarez, A. (2016). El bienestar con indicadores objetivos y subjetivos en los estudios del desarrollo. Una revisión teórica. Orientaciones metodológicas para el estudio del desarrollo. Pp. 63-78. México: Universidad Veracruzana
