La Facultad de Odontología (FO) de la Universidad Veracruzana, en la región Orizaba-Córdoba nació el 1 de abril de 1977 en Ciudad Mendoza, compartiendo las instalaciones con la escuela de medicina. Fue fundada por dentistas sin experiencia docente, algunos migrantes con enormes ganas de entregarse a una comunidad ajena, como el caso del Dr. Guillermo Meraz Zúñiga, primer director de la FO y oriundo del norteño estado de San Luis Potosí. Fueron entonces miradas externas, objetivas y críticas las que identificaron las carencias de la salud bucal en la región y encontraron un área de oportunidad en la enseñanza de la odontología.
La facultad creció y tuvo un espacio propio, así el 5 de diciembre de 1994 inició con una segunda etapa al mudarse de Ciudad Mendoza a la congregación de Tenango, en Río Blanco. Puede decirse que la facultad ha tenido dos inicios geográficos bajo una misma línea histórica, su segundo arranque fue en lo alto, en un sitio donado sobre el cerro de Tenango. Con el cambio conservó su identidad intelectual al mismo tiempo que las nuevas instalaciones impactaron positivamente en el desarrollo académico de los alumnos y profesores. A partir de la etapa en Tenango, el proyecto de los primeros fundadores logró consolidarse con la labor de los directores, alumnos y profesores siguientes. De esa manera llegaron las acreditaciones por el Consejo Nacional de Educación Odontológica (CONAEDO) y el Consejo para Acreditación de la Educación Superior (COPAES), las cuales dieron a la FO reconocimiento estatal y nacional. En el año 2002, bajo el respaldo de los logros, se celebró el 25 aniversario con un magno congreso. En los años que siguieron la facultad continuó su andar siempre hacia el frente. Quizá a paso más lento, quizá luchando contra la costumbre, contra la conformidad por haber ganado una posición y espacio propios. Quizá en un letargo originado del aislamiento sicológico auto impuesto por la influencia de estar situada en una zona “alejada de todo”. Sin intención de criticar bajo un argumento ignorante, podría decirse que el empuje dinámico de la FO terminó por agotarse poco a poco luego de subir a la cuesta de Tenango.
Dicen que “los cuarenta son los nuevos veinte”. La frase tiene sentido en el contexto de la vida de un ser humano, también suena adecuada como una buena analogía para la FO: sus 40 años son sus nuevos 20. No porque esté viviendo una vuelta al pasado, sino porque ha retomado el paso dinámico en el presente. Hay momentos en la vida de una institución en los cuales se conjugan una serie de aciertos para dar un excelente resultado. Y no son ciclos cósmicos, apareciendo cada tantos años por el influjo de las estrellas, son procesos humanos resultantes de la vocación por la enseñanza, el amor por el lugar de trabajo y por el trabajo en equipo. La FO posee actualmente muchos aciertos. Primero, tiene en su dirección un liderazgo institucional, confiable y abierto al diálogo, que se mueve al paso de las exigencias de la Universidad Veracruzana. Y sobre todo, es una dirección sensible a las necesidades de la comunidad de la FO y de la región. Se fortalece por una secretaría académica experimentada y una administración financiera pulcra y activa. Tiene un cuerpo académico conformado por los profesores que han impartido clase a lo largo de los años, con valiosa experiencia y formadores de la identidad de la facultad; a ellos se suman los profesores jóvenes que inyectan dinamismo e innovación al equipo. Por consecuencia existe una refrescante mezcla generacional con opiniones diversas para ganancia de los alumnos. Además la FO incluye un grupo de trabajadores comprometidos que mantienen la marcha de la facultad durante 24 horas. Y por supuesto, más de 400 alumnos pertenecientes a la generación millennial, conocedores de la exigencia de una vida académica y profesional que evoluciona a la velocidad del internet y las nuevas tecnologías. En sus 40 años, todos los elementos humanos han entendido que lograr la excelencia es una responsabilidad compartida.
El mayor logro en el 40 aniversario es indudablemente la recuperación de la acreditación del programa por los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior A.C. (CIEES). La acreditación por CIEES es un respaldo a la calidad de la FO, colocándola donde por interés propio debe estar siempre, en el mayor nivel de calidad de enseñanza y aprendizaje. Es por otro lado, un triunfo comunitario obtenido no únicamente como una medalla para presumir, sino como una oportunidad para la autocrítica, para mirarse al espejo y reconocer que la escuela no es ni de lejos perfecta pero con disposición es posible llevarla a la excelencia. En tiempos en los cuales la educación a nivel superior padece de cuestionables modelos académicos de “usted pague y yo le hago creer que usted aprende”, la acreditación por CIEES tiene por igual un valor ético: la FO cumple con sus alumnos y la sociedad al ofrecer una educación de calidad respaldada por la Universidad Veracruzana.
Aunque hay diversos logros a mencionar, conviene destacar la realización del Congreso Internacional por el 40 aniversario, otro triunfo de equipo. El congreso fue mucho más que una serie de conferencias, fue la muestra de la habilidad organizativa, colaborativa y la capacidad de ser centro de transmisión y producción de conocimiento de la facultad. La presencia de conferencistas del más alto nivel nacional e internacional para disfrute de la población universitaria y de la comunidad odontológica posicionó de nuevo a la FO como el punto de referencia en la región.
Nuestra escuela celebra sus 40 años más fuerte que nunca. Si hubo en el pasado algunos momentos inciertos, conviene terminar de enterrarlos para ahora mirar claramente el presente. La Facultad de Odontología en Tenango ha dejado de ser imagen de la cuesta agotadora a subir, para transformarse en la cumbre del conocimiento odontológico en la región Orizaba-Córdoba.