Este jueves 19 en la facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación, de la Universidad Veracruzana, tendrá lugar la Junta Académica en la que se definirá la terna desde la cual se designará la nueva dirección que, para el siguiente periodo de administración, buscará (re)definir el rumbo de un proyecto académico que ha venido desdibujándose últimamente.
Por supuesto que hay depositadas esperanzas en virtud de que todo cambio representa un “renacer”, sin embargo estas no dejan de ser mesuradas en virtud del tipo de prácticas que caracterizan estas coyunturas en nuestra institución, pues como se ha tenido conocimiento, existen rumores que no son para regocijarse, pues representan la constatación de viejos hábitos que en una institución universitaria se esperaría estuvieran erradicados.
Así, la presunción de contar con una cantidad de votos que hace difícil una fórmula vaya por delante en la selección de la terna, como el ofrecimiento de becas o beneficios laborales a algunos miembros que conforman la Junta Académica, solo confirma el resquebrajamiento de la vida institucional.
En fin, que mientras algunos confían en este tipo de prácticas, habemos otros que abogamos por un giro en el timón, por lo que no nos queda mas que confiar en aquellos docentes y estudiantes que con dignidad, ética y responsabilidad entienden que el compromiso debe ser en pos de la vida académica y no en beneficio de quien detente el puesto de dirección.
Por ello, como he venido escribiendo desde hace un año aquí y en otros espacios, confío en una generación de jóvenes que hace poco sacudió los cimientos de las rancias estructuras políticas del país, para reclamar por la democratización, la transparencia y que hoy en nuestra universidad tienen esa oportunidad para hacer la diferencia frente al pasado inmediato. A los docentes que ayer tuvieron sueños, vamos sumando voluntades para contribuir a generar las mejores condiciones para una generación de estudiantes a quienes desde hoy se les niega sus inteligencias pero igual pretenden empeñar su futuro.
Jóvenes, demuestren a sus adultos, a sus profesores, a quienes se han acercado a ustedes con “espejitos y visutería” para convencerlos de un voto convenido, que pueden actuar en plena libertad de conciencia, que no los engañen como lo hacen allá afuera, quienes cercanos al poder, han modelado un mundo a su entera conveniencia y donde se niega todo lo Otro. Observen, sientan, analicen, recuperen su experiencia en la facultad y pregúntense si quieren seguir igual.
Apelo a lo que siempre he dicho de los jóvenes estudiantes: son un cúmulo de saberes e inteligencias que algunos niegan a diario y denostan con comportamientos y actitudes mezquinas. Pido pues sean razonables, reflexionen, mediten y decidan por quién votar, pero con la conciencia de que en ese voto puede estar o no la posibilidad de que ustedes y quienes pronto vendrán a la FACICO, tengan una experiencia formativa distintas, con una mejor preparación. Recuerden que el voto es libre y secreto, como derecho universal y humano. El intento vale la pena.