Por supuesto que cuando se está por cerrar un periodo escolar, los estados emocionales que vive tanto el estudiante como el propio profesor, tienen travesías como puertos de llegada diferentes. Quizá el estrés, la incertidumbre, incluso el resultado final del proceso. Desde el punto de vista del estudiante, terminar su trabajo (como sea pero terminarlo, aunque muchos procuran hacerlo bien) para acreditar (aunque haya a quienes igual les dé); mientras que en el profesor calificar el «titupuchal» de trabajos finales (si es que los revisan, porque hay quienes solo lo firman) o promediar a partir de la revisión del historial del aprovechamiento estudiantil a que se ha dado seguimiento permanentemente.
En el caso de una evaluación sabemos de lo importante que es un proceso de aprendizaje, por lo tanto, el estudiante va cumpliendo de a poco a poquito con entrega de avances, según las etapas de que conste el producto final, integrado en una sola evidencia de aprendizaje lo hecho a lo largo del curso.
Pues bien, en este contexto, valdría la pena señalar que cuando hablamos de un programa por competencias, el profesor que diseña su programa de asignatura o experiencia educativa , sabe del arduo trabajo que es procurar la revisión y retroalimentación de los productos que gradualmente va recibiendo de los estudiantes. He aquí que las cosas se van al extremo, cuando en la práctica en un grupo de 40 estudiantes debemos promover el trabajo colaborativo, pero igual ponderar los procesos individuales. por ende, integramos grupos de trabajo colaborativo pero igual vamos promoviendo individualmente la presentación de ciertos productos que pensamos convenientes.
Justo ahora que termino de revisar los trabajos finales de un grupo de la facultad de comunicación, he sido consciente de lo hecho por ellos pero igual lo que fui procurando a lo largo de este periodo. Si sumamos que di 3 retroalimentaciones 6 equipos y cada uno de los cuales me entregó 4 guiones, sin dejar de mencionar que por cada guión había un promedio de 3 cuartillas por trabajo, más los 4 productos individuales y cuyo promedio de 2 páginas, es importante sacar cuentas como para atrevernos a imaginar lo que esto supone. Uppps, el asunto no es fácil.
Creo que sobre todo ello, bien vale la pena hablar o reflexionar colegiadamente, pues en algunas ocasiones esto se desconoce por parte del resto de la sociedad, incluso de algunas autoridades que tiene rato no se paran frente a un grupo para dimensionar los retos educativos de hoy. He aquí una más de las razones que nos llevan a la organización del Primer Encuentro de Comunicación y Docencia, Veracruz 2014, que se celebrará en septiembre próximo en la UV, campus Veracruz.