Sobre el reto de enseñar investigación

Estamos iniciando un nuevo periodo escolar a nivel universitario. Y cómo siempre, las expectativas e incertidumbres están presentes entre aquellos agentes que damos sentido a lo educativo: el profesorado y los alumnos. Al respecto, como docentes, tenemos ante nosotros la oportunidad de contribuir a la formación de nuestros estudiantes, o bien para todo lo contrario: provocar el desbarrancamiento de ilusiones. 

alex

En nuestro caso, las expectativas como las dudas, están dadas por el tipo de experiencias educativas que imparto: investigación. Esto porque suelen ser cursos en donde los oficios disciplinarios no bastan, hay que sumar «dosis» pedagógicas y didácticas como para encontrar los caminos que entusiasmen, emociones o por lo menos interesen a los estudiantes, quienes lo mismo van entrando a la universidad o ya están en ella, pero poca oportunidad -quizá-, se han dado para dimensionar el papel que en sus profesiones suelen tener estas experiencias formativas.

Y es que por el otro lado, tampoco los profesores nos hemos dado a la tarea de generar un espacio de diálogo para poder construir o definir ese tipo de competencias investigativas básicas de las que tanto se habla en la literatura últimamente, pero las que debieran estar provistas de ese toque pertinente, propio de la disciplina como del perfil profesional del egresado de aquellos programas en donde laboramos.

De allí que -a veces- nosotros los profesores también solamos confundirnos. Por ejemplo, anidar en nuestros imaginarios o doxas docentes, que la enseñanza de la investigación en ciencias sociales o comunicación (en nuestro caso particular), no hay más que una: que el estudiante desarrolle saberes y aprenda algunas destrezas para enfrentar los objetos de investigación científica. Y lo que suele ser un error más: asumir que todo está dicho en la literatura, y especialmente en un solo libro.

Es decir, sin matiz alguno, partimos de un canon académico que muchas veces en lugar de abonar en el camino de la enseñanza de la investigación, lo entorpece. Ni eso tendría que ser la investigación, ni todo lo que está dicho en los libros resuelve el dilema que plantean preguntas como ¿Qué enseñar de la investigación y sus metodologías?, ¿Cómo hacerle para involucrar a los estudiantes en procesos de aprendizaje efectivo? y ¿Para qué enseñar a investigar a un egresado de X disciplina?

En fin, que aquí estamos, iniciando nuevamente esta aventura que pretende generar ambientes de aprendizaje en torno a la investigación social y en comunicación. Una vez más hemos dedicado tiempo para planear y diseñar recursos educativos que esperemos contribuyan a mediar en nuestra tarea docente.

Bienvenidas sean pues las ganas e incertidumbres.