Como parte de los trabajos preparatorios para la realización de una investigación en red sobre el desarrollo de competencias investigativas entre universitarios, recién me ha tocado revisar el instrumento que -tras una pesquisa realizada para definir las dimensiones teóricas del trabajo-, el coordinador de la red y responsable del proyecto, me hizo llegar para su revisión. El objetivo, construir el camino para su validación y la confiabilidad propia de todo instrumento de corte cuantitativo.
Pues bien, como parte de su constructo y contenido, se ha definido una serie dimensiones, categorías, variables e indicadores, cuya intención es analizar los saberes y habilidades básicas en investigación que deben desarrollar los estudiantes universitarios. Al respecto quiero destacar que una de las categorías sobre las que indaga el instrumento, está relacionada con la «Planeación de la investigación», en donde se interroga al estudiante en torno al papel que en un trabajo científico juega un protocolo de investigación, dejando entrever su importancia a la hora de planear y diseñar un trabajo investigativo. Incluso en el mismo instrumento, se considera al protocolocomo una suerte de guía o plan de acción en el que se define lo que se va a hacer en una investigación.
Refiero lo anterior ante la preocupación que supone encontrarme con trabajos recepcionales de jóvenes estudiantes de la FACICO, donde el protocolo o proyecto de investigación no fue desarrollado, trayendo como consecuencia un serio problema: no hay objeto de interés construido; lo que sin duda coloca al estudi
nte en una situación vulnerable por lo que ha dejado de aprender como por las debilidades que presenta su documento.
La razón de esta ausencia la ignoro, pues en cualquier libro de metodología suele hablarse de la necesidad de
elaborar un protocolo. Así, de la idea como materia prima, se avanza al planteamiento y delimitación del problema, a su justificación, a la definición de sus preguntas y objetivos, se pasa por su diseño metodológico para llegar a una fundamentación teórica. Es decir, los elementos mínimos que cualquier t
abajo recepcional, sin distinción de su modalidad, debe desarrollarse para que el estudiante pueda demostrar sus dominios disciplinares y las competencias investigativa básica que tuvo que haber adquirido durante sus años de estudio en la universidad; las
mismas las que tendrá que apelar si tiene la
aspiración para para ingresar a un programa de posgrado el día de mañana.
Razones como estas, mueven a la investigación que el cuerpo Académico Entornos Innovadores de Aprendizaje realiza junto con colegas de Colombia, Chile y España, quienes de la mano del Dr. Agustín Lagunes, han emprendido como empresa conocer las competencias investigativas básicas que desarrollan estudiantes de universidades de estos países, por lo que esperamos poder colaborar en el fortalecimiento de lo que parece una debilidad entre algunos estudiantes de la FACICO.
Sin duda un largo camino por andar, el mismo que hemos iniciado con esa investigación como con la otra: «La enseñanza de la investigación en las universidades veracruzanas. Esperemos pronto haya ocasión de sentarnos a planear, diseñar y decidir aquello que nuestros egresados deben saber para estar habilitados y estar en mejores condiciones de enfrentar sus trabajos recepcionales. Y sí, lo otro tendría que ver con que los profesores que asesoramos o impartimos clases de metodología o trabajo recepcional, reflexionemos un poco sobre aquello que caracteriza en lo mínimo a un trabajo de investigación. Nada cuesta.