Los maravillosos 20 y otras reflexiones

Hace un par de días escuchaba la reseña de un libro que no he leído pero del que ya tuve ocasión de ver la versión cinematográfica que se hiciera de esa obra. Es Carol, de Patricia Higsmith, una escritora que me encantó desde aquellos días que tuve ocasión de leer El talento de Mr Ripley. Lo que me llamó la atención del comentario fue a los cuántos años escribió Extraños en un tren (1950), una obra que también fuera llevada al cine por Alfred Hitchcok en su versión de 1951 y que conociera un remake de David Fincher recientemente (2018). Si nació en 1921 y su publicación fue en 1950, tenía 29 años. Una edad temprana que ya anunciaba lo que terminó por confirmarse: una exquisita autora que se especializó en la literatura policiaca.

Saber su edad, me hizo recordar algo que leí en La partícula divina (2014) de Leon Lederman y Dick Teresi y que parece ser común entre los físicos teóricos y experimentales: la temprana edad (por no decir en la plenitud de la juventud adulta), que tienen cuando alcanzan sus grados máximos de producción intelectual, cuando -apuntan ellos-: «los jugos creativos tienden a salir a borbotones muy pronto y empiezan a secarse pasados los 15 años, o eso parece» (p. 34),  una condición que casi no se menciona, ni destaca o reconoce en el caso de las humanidades y de las artes.

Einstein se dice tendría 20 años al desarrollar las bases de su teoría de la relatividad, Heisenberg, andaría en los 25 cuando su principio de incertidumbre comenzó a definir el rumbo de la física cuántica, en tanto que Bohr a los 28 años trazó su modelo atómico. Esto son apenas tres genios de la física que dejan constancia del grado de plenitud de un pensamiento que revolucionó  a las ciencias, antes de cruzar el umbral de los mágicos 30 años.

Sin duda en todas las áreas tenemos experiencias como estas, pero la racionalidad dominante ha hecho que solo para el caso científico se resalte la importancia de la juventud en el desarrollo del conocimiento. Incluso que sea cierto lo que Dora Friend Schnitman sostenga en uno de los capítulos del imprescindible Nuevos Paradigmas, Cultura y Subjetividad (1998), las llamadas ciencias blandas suelen demostrar a diario su dureza para cambiar y reconocer el avance o lo significativo de las cosas. 

Y no es que en la música, en la literatura, en el cine, esto no se dé. Claro que hay ejemplos. Tenemos a Beethoven quien para para cuando tenía 30 años y comenzará a perder su capacidad de audición, ya había provocado en Mozart expresiones de asombro. En la literatura Mary Shelley publica su Frankenstein a los 21 años. Orson Welles tendría 23 cuando transmite su radioteatro La Guerra de los mundos (1938) y demostrará el poder de la radio, para que después dirigiera la obra cumbre del lenguaje cinematográfico El ciudadano Kane (1941), con apenas 26 años.

En el caso de Latinoamérica, un Fito Paez a sus 29 años logra el éxito internacional con el albúm que para muchos es su obra maestra El amor después del amor (1992), pero ya antes era un reconocido artista. Nuestro laureado director Alfonso Cuarón realiza Solo con tu pareja (1991) apenas a sus 30 años. Y como estos, otros tantos, muchos de ellos viéndonos desde la oscuridad, pues los reflectores aun no le llegan. 

Hoy con el desarrollo de la tecnología es innegable la participación de jóvenes desarrolladores o inventores en la transformación del mundo, algo que no sólo es una suerte de signo de los tiempos, sino la posibilidad de repensar aquellas concepciones que solemos tener de quienes aún no han cruzado los 30 años. Lo que tampoco quita que el grueso de esta generación esté obligada a reinventarse o terminará por ser invisible en un momento histórico cada vez más apremiante para construir un futuro.

En fin, que aquel comentario de la Higsmith me trajo hasta aquí y cuando veo a mi hijo Aldo y otros estudiantes universitarios, me preguntó qué estarán haciendo para definir un proyecto de vida, de bienestar, decorosamente digno. Ejemplos los ha habido y seguirá habiendo, algunos -es cierto- sin duda han sido genios, pero igual otros a tiempo entendieron el lugar que podían tener en su mundo. 

Comentarios
  • Anónimo
    2019-03-22 1:29 PM

    @Maya Herrera López
    Gracias Maya por tus reflexiones, sin duda en esa etapa como apunta hay tensiones y alegrías, una suerte de vaivén vital que es necesario saber enfrentar. La familia, los amigos y uno mismo, deben ser los ingrediente para el fortalecimiento y para darle buena cara a la vida

  • Genaro Aguirre Aguilar
    2019-03-22 1:27 PM

    Maya:
    Se agradece la reflexión (más que comentario) que haces. Tu serie de apuntes enfatizando en una serie de condiciones que como venteañeros es importante valorar. Ahí la familia, los amigos, pero sobre todo la dignidad de la persona, debe ser una roca frente a los dilemas de esa etapa de vida

  • Maya Herrera López
    2019-03-22 9:39 AM

    Hace casi un año yo entre a este dichoso gremio de veinteañeros y me gustaría compartir mis reflexiones al respecto:
    20 años. Se dicen más rápido que un suspiro y se sienten como tal. Scott Fitzgerald, autor del «Gran Gatsby» nació un 24 de septiembre. Linda McCartney, periodista, activista y artista falleció un 24 de septiembre. La vida es así; efímera, pasajera, inicia y termina cuando menos te lo esperas.
    Para mi los cumpleaños son un tiempo de introspección, es tiempo de detenerse y preguntarse ¿Qué ha cambiado? ¿Qué ha mejorado? ¿Qué es lo que has hecho para crecer? Pero este año es distinto, los 20 son algo mágico que hemos estado esperando, en especial durante esa, injustamente, corta época cuando uno aún puede contar su edad con los dedos de las manos, cuando los 20 se ven como algo lejano y misterioso, una edad que te proveerá todas las respuestas y de total seguridad. Curioso ¿no? Esta edad es probablemente aquella dónde más preguntas sin respuesta me han surgido, dónde la seguridad es una mera ilusión pues con el paso del tiempo te das cuenta que las cosas cambian constantemente, que nada es eterno, y que esta bonito y esta bien.
    Hoy, más allá de preguntarme qué es lo que ha cambiado, qué es lo que ha mejorado o qué es lo que he hecho para crecer, me gustaría enumerar aquello que he aprendido a lo largo de dos décadas:
    1. El amor es el que me proporciona mi condición de ser humano, sin amor, la humanidad no podría existir ni un día más.
    2. Los libros han sido y serán mis más fieles compañeros durante el resto de mi vida.
    3. Mi familia es mi roca.
    4. Hay que trabajar duro para lograr lo que se quiere.
    5. Mis amigos son una de mis más grandes fuentes de inspiración y fortaleza, rodeate de personas que te hagan crecer y querer ser mejor, los grandes logros se cumplen con un gran equipo.
    7. No se vale sacrificar tu integridad física y emocional por nada y nadie.
    6. Reírse es la mejor terapia.
    8. Siempre se puede aprender algo de todas las personas y de todas las situaciones, nadie aparece en tu vida «por que sí»
    9. Mis mascotas son la fuente más pura e incondicional de amor.
    10. Siempre hay que estar orgulloso de la persona que eres y de dónde vienes.
    11. Esta bien disfrutar la soledad.
    12. Vivir para ti y para ayudar a los demás es la forma más bonita que he encontrado de vivir.
    13. Ser amable con todos es una de mis máximas.
    14. Detenerse a disfrutar el momento es una de las cosas más importantes para apreciar de verdad la belleza de la vida.
    15. Creo fervientemente que todas las personas tienen bondan en su interior.
    16. Nunca salir de casa sin lentes.
    17. Nunca hay que dejar de disfrutar y ver las cosas con los ojos de tu niño interior.
    18. Las cosas se encuentran en un cambio constante; sobre todo las personas y es válido.
    19. Siempre hay que estar dispuesto a escuchar y abierto al diálogo.
    20. La felicidad como camino, no como meta.

    Estoy muy agradecida por la vida que me ha tocado vivir, por las personas que forman parte de ella, por cada corazón roto y metida de pata en el camino, por cada palabra de aliento y ganas de salir adelante, por cada carcajada y canción cantada, por cada abrazo de mi mamá y chistes de mis hermanos, por cada mirada de complicidad con mis amigos y por cada lección aprendida. He sido afortunada.
    Hoy, con 20 años, puedo decir con orgullo, que aquella pequeña, ansiosa y emocionada por crecer, estaría feliz de ver la persona que «soy» hoy.

  • Genaro Aguirre Aguilar
    2019-03-21 2:29 PM

    Muchas gracias por tus comentarios Heyssel. Y si, la referencia que haces a TED y a Benitez es una ensenanza de un chavo cercano a nuestra realidad

    @Heyssel Tovar

  • Heyssel Tovar
    2019-03-21 2:26 PM

    Hace unos meses tuve una charla con una persona cercana sobre el hecho de que grandes pensadores, científicos de exactas; particularmente del área física matemática han tenido grandes aportaciones antes de los 30, se dice que es el periodo de vigencia de tu aportación a la humanidad… yo me siento aliviada y presionada porque sólo me restan 5 años y unos cuantos meses…JAJA… aunque por su puesto puede haber excepciones.
    Por otra parte, platicando con el Dr. Genaro sobre un chavo de éxito cercano a la comunidad (Aaron Benitez), se comentó sobre la plataforma TED en la que Benitez ha participado y en la cual podemos tener acceso a los grandes pensadores de todas las edades. En el caso particular de Aaron, habla sobre «Hackear» la vida; es decir, usar la fórmula de éxito de los grandes pensadores e innovadores a lo largo de la historia para llegar al éxito.
    A título personal, yo lo sigo en su Facebook y Blog, donde postea muy valiosas reflexiones que sirven de guía para introducirte en el mundo profesional, así como para mejorar habilidades y compartir experiencias.
    Saludos! me encantó el post… excelente para la reflexión.

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