Uno de los dilemas a los que se enfrenta un docente cuando es responsable de acompañar en el proceso de aprendizaje a un estudiante que requiere acercarse a la investigación en ciencias sociales y humanidades, es distinguir con suficiencia las características que definen en lo ontológico, epistemológico y teórico a los enfoques metodológicos o modelo de investigación.
Y es que si bien en la literatura se habla mucho de reconocer la importancia de contar con una experiencia investigativa para favorecer la creación de ambientes de aprendizaje más eficientes, lo cierto es que como parte de sus competencias disciplinarias, un docente debe tener claridad en cuanto a las propiedades de un objeto de estudio y el lugar que ocupa el investigador como un sujeto epistémico, dos variables básicas para problematizar la forma en que deben abordarse los contenidos que demanda la formación disciplinaria y profesional de un universitario en materia investigativa, donde reconocer la complejidad de las problemáticas o fenómenos sociales, debe ser un punto de inflexión.
Dimensionar el papel de la investigación como recurso pedagógico en la formación de un joven, debe ser un lugar desde el cuál pensar la forma en que los docentes podemos abonar a la comprensión del papel que juega la investigación en la formación curricular de un universitario. En ese contexto, no basta lo metodológico también se requiere situar o conocer el papel que ha jugado la filosofía en la definición de tendencias y postulados que sobre lo paradigmático y sus enfoques caracterizan al quehacer científico en las ciencias humanas. Es decir, la dimensión ontológica y epistemológica en la construcción del conocimiento.
Con otras palabras se diría, reconocer la necesidad de acercarse a la filosofía de la ciencia para pasar del sentido común a un ejercicio reflexivo que permita dar seguimiento al pensamiento científico contemporáneo. Si bien es imprescindible partir de autores clásicos como Comte, Durkheim, lo mismo que Husserl, Schutz o Weber para comprender la forma en que la realidad y el lugar del sujeto guarda en las premisas de los enfoques positivistas o fenomenológico, respectivamente, no podemos descartar a quienes desde las ciencias exactas o las naturales, han discutido también las formas tradicionales en que solía concebirse la objetividad científica.
En ese contexto, cómo dejar de revisar a Wittgenstein, Lakatos o Feyerabend, quienes sacudieron a las ciencias con postulados teóricos que impactaron en la forma en que se concebía la realidad en su dimensión ontológica, epistemológica, teórica, incluso axiológica. Ahora bien, vistos desde este lado del sistema mundo, puede ser obligado revisar las tesis de Boaventura De Sousa Santos, Renato Ortiz o Hugo Zemelman, Humberto Maturana o Francisco Varela, quienes desde una epistemología diferente, abogan para una transdisciplinariedad que repercuta en las formas de abordar el saber científico para construir conocimientos.
Precisamente correspondió a Ludwg Wittgenstein asumir una postura particularmente importante en el devenir del quehacer científico, cuando desde una posición reveladora, sostuvo que el propio científico nunca ve pasivamente el mundo, sino que lo observa desde una posición activa, donde sus expectativas teóricas, su supuestos culturales, el lenguaje y sus atributos, entre otros aspectos, inciden en su forma de observar, por lo tanto, nunca puede sustraerse de su condición de sujeto cognoscente, histórica y socialmente determinado. He ahí un ángulo de la complejidad en la relación del sujeto con el objeto de conocimiento. Lo que debe estar en la base de la problematización de quien busca facilitar el aprendizaje de la investigación a nivel superior.
Comentarios
Estimado Dr. Genaro, disfruté mucho la lectura, me detuve a releer y a disfrutar cada uno de los párrafos, que remiten a la vivencia de los estudiantes y de quienes formamos y nos estamos formando en este proceso de investigación, la dinámica que se genera supera por supuesto la teoría que se presenta en los libros de metodología de la investigación en donde muchas veces pareciera que la investigación es un proceso sencillo y lineal, en donde seleccionas teorías, métodos e instrumentos, sin embargo, descuidamos la esencia que conlleva a lo que usted menciona, el investigador como sujeto epistémico, los procesos de reflexión en torno a las dimensiones filosófica, ontológica y epistemológica en la construcción del conocimiento, que permita transitar de la información a la construcción del conocimiento.
Un gusto leerlo, y agradecerle estos espacios que nos permiten reflexionar y valorar nuestro quehacer cotidiano en el proceso de formación en investigación.
Gracias por tu comentario Eduardo.
Este espero sea el primero de unos tres textos que espero compartir con ustedes, colegas interesados en estas reflexiones. Y sí, hace falta un camino por andar, donde lo subjetivo es primordial problematizarlos para comprender los difusos caminos de la investigación.
Saludos
Me parece pertienente la aportación que nos regala doctor, considero que, quienes tenemos la oportunidad de dar acompañamiento en procesos de investigación, tenemos no solo la responsabilidad de conocer lo epistemológica, metodológico sino también un basto conocimiento sobre los paradigmas desde los cuales se habla o articula el discurso científico. Coincido con las palabras de sus últimos párrafos cuando debemos reconocee las subjetividades que nos atraviesan. Un abrazo querido maestro.
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