Es curioso, pero este 2020, EMINUS la plataforma institucional de la Universidad Veracruzana, está cumpliendo sus primeros 20 años de vida, pues fue para inaugurar el nuevo milenio, cuando como parte de sus procesos de innovación, la UV implementó una plataforma que, de entonces a la fecha, es un recurso para la educación distribuida más eficaces con los que puede contar la comunicad universitaria, al contar con una serie de herramientas que permiten diversificar tareas académicas, en línea que pueden vincularse desde el salón de clases; por lo que resulta ser un recurso que favorece la innovación y la diversificación de actividades o tareas relacionadas con lo educativo.
Quizá haya sido por fortuna, pero en su versión 4.0, EMINUS observa algunas mejoras, especialmente en su salón virtual y el espacio de colaboración, dos herramientas que han sido particularmente oportunas para enfrentar el reto que la comunidad universitaria tiene en el contexto de la crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus, el mismo que ha obligado a suspender actividades académicas presenciales en prácticamente todo el mundo.
En este contexto, la inversión que ha hecho la UV para mantener una plataforma educativa como esta, así como el trabajo de formación y capacitación que en lo pedagógico ha realizado en los últimos años para contribuir al fortalecimiento de las competencias docentes, ha sido significativo, pues como institución comprometida con la innovación desde finales de los 90 cuando implementó su Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), ya buscaba responder al reto y necesidad de incorporar a sus procesos pedagógicos las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
A partir de aquellos años, millones de bit disertaban sobre la necesidad de promover la incorporación de las TIC’s (con su tilde y el plural para completar el acrónimo en aquellos años) al mundo educativo, buscando con ello innovar, pero sobre todo, para transformar las prácticas docentes, centrando su interés en procesos de transformación para colocar el aprendizaje en el centro de sus objetivos; para lo cual, el profesorado debería desarrollar una serie de competencias, entre las que se destacan la pedagógica y la digital.
En ese contexto, es que la Universidad Veracruzana como parte de su política innovación y capacitación del profesorado, ha implementado un programa de formación docente que ofrece cursos o talleres vinculados a lo pedagógico como a lo disciplinario; lo que idealmente supondría una planta docente habilitada para el empleo educativo de las tecnologías.
Lo anterior se confirmar al revisar los cursos pedagógicos registrados en su página de PROFA (Programa de Formación Académica), en donde se clasifican y enlistan para su Nivel Básico: EMINUS como recurso didáctico para el proceso educativo, Diseño de ambientes de aprendizaje basados en tecnología educativa, Introducción a la tecnología educativa, Herramientas TIC para docentes, Las redes sociales aplicadas a la enseñanza; en su Nivel Intermedio: EMINUS básico V.3.0 para el aprendizaje multimodal, Uso de la Biblioteca Virtual, Diseño de proyectos basados en objetos de aprendizaje, para el Nivel Avanzado. Sin dejar de señalar el paquete de diplomados, en donde puede destacarse, Tecnologías de la información y comunicación para el aprendizaje y Proyectos virtuales y distribuido.
En ese contexto, considero que la UV ha hecho una importante inversión para proveer de condiciones para transformar o reinventar el proceso de enseñanza-aprendizaje-evaluación, ha venido respondiendo a los requerimientos de organismos nacionales e internacionales que exigen innovar y transformar las prácticas educativas; por lo que toca a su comunidad docente, mostrar esas competencias disciplinares, pedagógicas y digitales que en los últimos años hemos venido adquiriendo y desarrollando. En donde tendría que destacar la habilidad para distinguir lo que las diversas plataformas y medios tecnológicos permiten a un docente para gestionar y mediar en los aprendizajes a través del uso de recursos tecnológicos en distintos formatos.
De allí que sea importante reconocer las «bondades» de EMINUS y lo digo reconociendo que la suerte que tengo de trabajar con otras 4 plataformas educativas me permite distInguir el potencial de la UV, que no siempre ni necesariamente se reconocen en otras, siendo las más comunes MOODLE o BLACKBOARD; cuanto más si habla de las meeting room como serían los casos de Zoom, Skype y WeBex, por ejemplo.
Es oportuno señalar que cuando hablo de plataformas que tienen como objetivo la configuración de espacios de trabajo académico en línea, se distingue por proveer a los docentes y estudiantes de una serie de herramientas que permiten la programación y realización de actividades asincrónicas, mientras que las salas de reunión, son -preferentemente- para eso, para realizar actividades dialógicas en tiempo real o sincrónico; por lo que resultan ideales para conversatorios virtuales y no sólo para exposiciones on line.
En el caso de EMINUS, la disposición de una serie de herramientas, permite programar actividades escolares sincrónicas como asincrónicas. En este caso, por ejemplo las herramientas para el cumplimiento de actividades como de presentación de productos para su evaluación, favorecen la administración y el seguimiento del proceso de aprendizaje, en lo individual como grupal; sin dejar de mencionar el potencial de los foros, pues además de facilitar la participación de aquellos que en el aula permanecen con bajo perfil, permite el diseño de actividades asíncronas ligadas a la consulta de fuentes de referencia en diversos formatos, para que luego se dialoguen o discutan según lo decida el profesor a través de las instrucciones que para la participación del foro se hace. Oportuno es señalar que algunas participaciones pueden vincularse a una sesión virtual o a la entrega de alguna actividad o producto a evaluar, por lo tanto, en el foro también también pueden evaluarse participaciones.
En su actual versión, el empleo del salón virtual o el espacio de colaboración, permiten contar con una pizarra virtual (que ya se tenía en la versión 3.0), pero hay una sala de chat, para realizar notas compartidas, así como la posibilidad de compartir videos desde canales especializados en la distribución de este tipo de contenidos. En el salón virtual, también se cuenta con la posibilidad de hacer encuestas. Oportuno es señalar que el chat puede ser una buena herramienta para conversar con los jóvenes que no tienen micrófono en el dispositivo que emplean o simplemente no quieren hablar. Por lo que como docentes se pueden hacer preguntas para que sean comentadas y luego descargar el hilo de la conversación en formato de notas, evidencia de trabajo en línea que, en ocasiones envío por correos a los estudiantes, para que tengan a la mano información manejada en la sesión virtual.
En el contexto de la comunicación formal o institucional, el correo electrónico es importante, para el envío de mensajes en grupo o bien para comunicarse individualmente. Es una herramienta que facilita también la atención personalizada. De allí que se haya sugerido abrir grupos en EMINUS para el trabajo tutorial, pues además del registro de la evidencia, tiene como herramienta el reporte seguimiento del proceso vivido por los estudiantes, por lo que se cuenta también con datos estadísticos que arroja la propia plataforma.
En fin, que desde el inicio de este periodo, hemos desarrollado actividades virtuales que bien pueden entrar en el terreno de la pedagogía transmedia, ya que EMINUS por las herramientas con las que cuenta favorece ese tipo de actividades que permiten al estudiante migrar o pasar, a través de hipervínculos, a otras plataformas, sitios o recursos educativos en diversos formatos, según lo disponga el profesor. Algo que por su propio diseño EMINUS permite, lo que no puede hacerse en un meeting room al no ser propiamente plataformas educativas, sino salas de reuniones.
Espero para la siguiente entrega compartir la experiencia que, por ejemplo en Análisis cinematográfico, vengo haciendo con los estudiantes desde el inicio de este periodo.
En tanto, un reconocimiento a la Universidad Veracruzana por la inversión que ha hecho para que sus docentes y estudiantes contemos con esta plataforma, la que sin duda falta por mejorar o integrar algunas herramientas (por ejemplo compartir escritorio, tal como en la versión que se piloteó y algunos llegamos a ver, pero que tenía un problema que, por ahora, no se resolvió), pero en su versión 4.0 cumple en esta coyuntura pandémica. Lo que tendríamos que resolver estudiantes y profesores es un asunto que no es obligado para la universidad, sino para sus agentes educativos: incorporar las TIC a nuestras tareas académicas. Algo sobre lo que están llamando la atención en esta coyuntura sanitaria algunos especialistas es que la educación no volverá a ser igual ni la misma.
Que sí hay variables o factores que tendríamos que analizar para dimensionar lo que hoy se vive en la educación, ni duda cabe, pero ya vendrá la ocasión de sentarse a investigar. reflexionar y construir conocimiento al respecto, para que los tomadores de decisiones gestionen o ejecuten. Pero por ahora, nos toca dar viabilidad académica a nuestras responsabilidades como universitarios (docentes y estudiantes). Y ahí, el uso de las TIC está y ha llegado para quedarse. Quien no lo piense y asuma así, estaría equivocado.
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