Investigación cuanti y cuali: su enseñanza en un contexto pandémico

Mucho se ha escrito, disertado y compartido con relación al proceso extraordinario que vivimos los universitarios en el contexto de la pandemia global que ha provocado el Sars-Cov 2, a partir de la decisión que tomó la autoridad sanitaria y la educativa, para tomar como referencia la Jornada Nacional de Sana Distancia, y considerar al confinamiento hogareño como una estratégica medida para contribuir a disminuir el impacto del Covid 19, el nuevo coronavirus que ha dejado en entredicho a los sistemas de salud de decenas de países, así como desnudado al neoliberalismo capitalista en algunas de sus premisas básicas: una modernidad ligada al consumo, la lacerante asimetría social y el acceso diferenciado a recursos o medios que favorezcan ser parte de la Sociedad de la Información y del Conocimiento. 

En ese contexto, la Universidad Veracruzana implementó una serie de políticas y medidas encaminadas a generar condiciones para que docentes y estudiantes pudiéramos dar continuidad al trabajo que veníamos haciendo en cada una de nuestras experiencias educativas. Tal es el caso de las experiencias que en este periodo imparto, dos de las cuales ya he tenido ocasión de reseñar en este mismo espacio, pero ahora quisiera hablar de una que, me ha dado particular satisfacción, por la manera en que el 99 % del grupo entendió la responsabilidad y actitud para llevar a ambientes virtuales un proceso educativo tradicionalmente presencial. 

Me refiero a Investigación cuantitativa y cualitativa en Comunicación, cuyo objetivo de aprendizaje es que el estudiante desarrolle habilidades, conocimientos y actitudes en torno a la planeación y diseño de proyectos de investigación en comunicación, para lo cual se parte de la idea de pensar a la investigación como un eje transversal que debe contribuir a la formación integral del estudiante, en donde de acuerdo a los principios del Modelo Integral y Flexible (MEIF), se promueven tres tipos de saberes: los teóricos, los heurísticos y los axiológicos; pero además, al ser una experiencia educativa, la investigación también se posibilita como una estrategia pedagógica en términos de ser un recurso propiamente formativo.

Si a ello le sumamos la necesidad de promover ambientes de aprendizaje diversos, diferentes, tenemos entonces en las llamadas TIC recursos para mediar en el aprendizaje de los estudiantes; lo que se viene diciendo desde hace por lo menos 20 años, pero que sólo en el contexto de esta crisis de salud, muchos profesores terminamos por dimensionar e implementar en nuestras actividades de docencia.

En el caso nuestro, el empleo de EMINUS en su versión 4.0 ha venido a confirmar la pertinencia de una plataforma propia que ofrece una serie de herramientas para diseñar itinerarios de aprendizaje que favorezcan la adquisición de tales saberes. Y ello -precisamente-, es lo que percibo ha entendido este grupo, quien a los largo de cada una de las sesiones sincrónicas virtuales, a excepción de un par de estudiantes, estuvieron todos, lo mismo para el cumplimiento de actividades que para la participación en los foros que abrimos, como en las sesiones de conversación que se implementaron en Zoom o bien para emplear algunas plataformas sugeridas en el contexto de la entrega de sus evidencias de aprendizaje.

Y es que como se lo he dicho a varios colegas, a diferencia de lo que ocurre tradicionalmente con esta experiencia educativa en lo presencial, en la primera semana de abril, ya habíamos concluído el diseño de un proyecto cuantitativo, siendo que casi siempre había sido hacia finales de ese mes; lo que habla del trabajo de autogestión, autoregulación y colaboración que posibilitó este grupo, pues los proyectos eran en equipo.

Si bien semanalmente íbamos abordando algún contenido, compartiendo fuentes de referencia en diversos formatos para el manejo de información y la adquisición de conocimientos, al cierre de esa semana, los estudiantes tenían que presentar gradualmente el avance preliminar de cada apartado para que antes de la siguiente clase, los equipos ya tuvieran su retroalimentación para dar continuidad al proceso heurístico de habilitarse en la planeación y diseño de ese proyecto. El planteamiento del problema y su marco epistémico (con hipótesis y la operacionalización de sus variables), la justificación en lo académico y personal, la fundamentación teórica (su esquematización y articulación conceptual), el diseño metodológico (paradigma, enfoque, poblacion, muestra y su tipo) y las fuentes de referencia, fueron los elementos básicos que estos estudiantes aprendieron a decidir y fundamentar teóricamente para el enfoque cuanti. 

La eficacia en el manejo del tiempo que permitió este equipo, facilitó abordar los contenidos de la segunda parte del curso, relacionado con el enfoque cualitativo, pero además,  destinar algunas sesiones para hablar también del diseño mixto en proyectos de investigación, decidiendo que el segundo de los proyectos fuera precisamente desde este tipo de diseños. Al final, como evidencia de aprendizaje ha sido la elaboración de un cartel científico, del  que tuve ocasión de hablar en una de las sesiones virtuales, empleando -especialmente- como material didáctico un cartel que ilustrar la pertinencia de saber diseñar carteles científicos a partir de los datos de un proyecto de investigación.

Si esto fuera poco, propuse a los estudiantes que, en lo individual, alaboraran una historieta donde ellos recapitularan la experiencia que han tenido en el contexto de esta pandemia, para lo cual están empleando una plataforma que tengo contratada para la elaboración de este tipo de productos educativos. Construcción del objetivo de estudio, estado del conocimiento, marco epistémico, justificación, fundamentación teórica, diseño metodológico mixto, técnicas de investigación y fuentes de referencia, fueron los elementos básico que compuso un proyecto revisado en Word, pero entregado en cartel científico. Interesante es hablar también que desde el proyecto cuantitativo, se habló sobre la importancia de saber emplear las fuentes de referencia, además del empleo de un gestor de referencia en línea, así como contar con el Manual APA en línea, para resolver dudas al respecto de la forma de trabajos sus fuentes.

En fin, concluyo mis cursos de la mano de la generosidad de los estudiantes, quienes apenas en la segunda semana de confinamiento, tuvieron la oportunidad de ver un video donde un colega les habla de una experiencia que seguro no habían vivido, pero que en momentos de contingencia, ya otras comunidades estudiantiles habían vivido, sea por guerras, tsunamis, terremotos, entre otras catástrofes naturales. «Nos podemos equivocar pues no estábamos preparados para eso», se les decía el video, pero «debemos tomarnos de la mano para hacerlo y enfrentar juntos la contingencia». 

Mis estudiantes, como seguramente muchos a lo largo y ancho del país, lo entendieron.

Gracias especiales a todos ellos.