Del mito y sus formas constituyentes

Roland Barthes, en su libro Mitologías (Siglo XXI, 2019), observa que todo mito es un habla, pero no cualquier tipo de habla, sino sólo aquella que tenga condiciones particulares para llegar a convertirse en mito. Asegura que el habla juega un papel importante, pues puede llegar a constituir un mecanismo comunicativo que favorece la configuración de un mito.

Tal consideración lo lleva a señalar que un mito «constituye un sistema de comunicación, un mensaje» (p. 199), razón por la cual llega a sostener que si se circunscribe el mito a un objeto o a un concepto, a una idea, se estaría errando en su análisis y comprensión; por lo tanto, lo más conveniente es reconocer al mito como un modo de significación, de un recurso que no se define por «el objeto de su mensaje sino por la forma en que se lo profiere: sus límites son formales, no sustanciales» (pp. 199-200).

Con otras palabras se diría, que tiene que ver con los usos socioculturales que, a través del habla como dispositivo estratégico en un sistema de comunicación, los hablantes y su comunidad de referencia, dan significación a un hecho de origen o histórico. El mito como tal, no se genera desde su materialidad sino desde su significación. De allí que -considere el autor- que cualquier cosa puede llegar a constituir un mito, al estar materializado por un objeto de referencia que circula a partir de la apropiación y resignificación que, mediante el habla y cualquier otra forma de comunicación, se le pueda dar.

Visto así el mito, podemos decir que toda sociedad humana, todo grupo social, todo sujeto perteneciente a una comunidad tiene a su disposición narraciones que conjugan lo real e imaginario o fantástico, para dar pie a relatos constituyentes de formas culturales que pueden o suelen transmitirse a lo largo de las generaciones. La trascendencia de esos relatos se vincula a creencias de origen que devienen en una sacralización histórica de hechos o personajes (dioses o héroes), que perviven en las tradiciones o costumbres históricas de los pueblos.

En la Antropología se dice que el mito es un componente cultural que justifica su existencia al contribuir a dar explicación sobre la existencia de grupos humanos, sus creencias y valores; «acontecimientos sagrados y primordiales ocurridos en el principio de los tiempos, entre seres sobrenaturales, y que dan cuenta de la cosmogonía, de la antropogonía y del origen de algo en el mundo como los elementos naturales y los pertenecientes a los derivados de la naturaleza humana»  (Taipe Campos, 2004, párr. 3).

A la luz del origen de los tiempos como de lo contemporáneo, puede decirse que «Los mitos también encierran modelos morales, al tiempo que tratan de aleccionar didácticamente», y aún cuando es cierto que «los aspectos religiosos ocupan un lugar sobresaliente en los mitos» (Universidad de Cantabria, 2017, párr. 2), no siempre ni necesariamente es así; por lo que hoy puede decirse es posible reconocer en ciertas figuras o personalidades los depositarios de una condición que puede ir de lo mítico a lo mitológico. Tal sería el caso de «los políticos, por ejemplo, [quienes] debidamente mitificados, sirven para alimentar y fomentar todo tipo de ideologías», para lo cual no debe perderse de vista que como dispositivo de significación, que una «ideología crea mitos que fomentan la identidad y las aspiraciones de los grupos sociales» (2017, párr. 2). Sin dejar de señalar que en tanto creencias, suelen ampararse en mitos conservados por la tradición, tan igual que aquellos cuentos populares que se conocen ancestralmente y donde la oralidad o el registro de hechos, ha sido el vehículo para su permanencia.

En su Tratado de historia de las religiones, Mircea Eliade (Ediciones Era, 2018), al hablar de la morfología y la función de los mitos, distingue mitos cosmo-antropológicos de los mitos de origen. En ese contexto, cuando refiere lo cosmogónico habla del origen del mundo y el papel que juegan las culturas, las tradiciones, las costumbres, el folclor y sus relatos en la permanencia y estructura de este tipo de mitos. Observa: «La cosmogonía proporciona el modelo, cada vez que se trata de hacer algo, con frecuencia «algo vivo», «animado» […], pero también «inanimado»» (p. 367), este mito se hace presente; por lo que, como mito, tiene cabida en tradiciones ancestrales, primitivas, originales; para más adelante señalar que un mito cosmogónico, además de modelo y justificación de la acción humana, «forma por añadidura el arquetipo de todo un conjunto de mitos y de sistemas rituales [el subrayado es del original] (p. 368). En ese sentido, en su estructura, el mito cosmogónico parte de la idea del caos, del desorden que imperaba antes de que el mundo fuera lo que es, para luego constituirse y emerger otro tipo de mito.

En el caso de los mitos de origen o fundacionales, Eliade señala que son aquellos que narran y justifican una nueva situación que no existía o se encontraba en el origen de las cosas, del mundo mismo, por lo que este tipo de mito narra la génesis y evolución del mundo, la fundación de las ciudades, casi siempre gracias a la intervención o la voluntad de los dioses. En palabras de Néstor Godofredo Taipe Campos, este tipo de mitos, refieren a algún fragmento de una realidad, con el apunte que el mito original narra «también todos los acontecimientos primordiales como consecuencia de los cuales el hombre ha llegado a ser lo que es hoy; es decir, un ser mortal, sexuado, organizado en sociedad, obligado a trabajar para vivir, y que trabaja según ciertas reglas» (2004, párr. 8). En esta perspectiva, la mirada de Eliade reconoce a la pareja humana como la pareja «cósmica». Antes de ellos, no había existencia, ni tiempo ni objeto al imperara la nada, hasta su advenimiento y con ello el relato y constitución del mito.

Volviendo a Barthes, este semiólogo y filósofo, apunta que es posible concebir mitos particularmente antiguos, pero que no siempre serán eternos. Aquí, apunta que en virtud de ser la historia de la humanidad la que hace pasar «lo real al estado del habla», es el mismo ser humano quien «regula la vida y la muerte del lenguaje mítico» (2019, p. 200). En torno a esta condición, sostiene «lejana o no, la mitología sólo puede tener fundamento histórico, pues el mito es un habla elegida por la historia: surge de la «naturaleza de las cosas»» (p. 200). Sin embargo, aclara que esa habla en finalmente un mensaje, por ende, no siempre tiene que ser oral, ya que puede estar formada por «escrituras y representaciones». Aquí, hace una observación que es particularmente interesante a la luz del presente y lo que finalmente los medios de comunicación, electrónicos y digitales, pueden estar representando en la constitución de nuevos mitos: «el discurso escrito, así como la fotografía, el cine, el reportaje, el deporte, los espectáculos, la publicidad, todo puede servir de soporte para el habla mítica» (Barthes, 2019, p. 200).

Es justo frente a estas consideraciones, que se abre la posibilidad de dimensionar en términos de la actual modernidad y el papel que juega la cultura digital, repensar los mecanismos, los recursos, las estrategias que pueden estar definiendo nuevos mitos y otras mitologías; después de todo, como Barthes llega a mencionar en su libro de referencia, «la palabra mítica está constituída por una materia ya trabajada pensando en una comunicación apropiada» (2019, p. 201). He aquí una de las claves para comprender la ruta crítica en la constitución de mitos y creencias novedosas.

Para concluir, en el contexto de un objeto de estudio al respecto de los nuevos mitos, una pregunta resulta pertinente : ¿Qué papel juega la cultura digital en la constitución de sistemas y estrategias comunicativas para la constitución de figuras y relatos que contribuyen a la consolidación de mitos contemporáneos?

Fuentes de referencia

  • Barthes, R. (2019). Mitologías (5a. reimpresión ed.). Siglo XXI.
  • Eliade, M. (2018). Tratado de historia de las religiones (25a. reimpresión ed.). Ediciones Era.
  • Taipe Campos, N. G. (2004). Los mitos. Consensos, aproximaciones y distanciamientos teóricos. Gazeta de Antropología, 20, 1-25. https://doi.org/10.30827/digibug.7267
  • Universidad de Cantabria. (2017, 23 junio). El mito. Open Course ware. https://ocw.unican.es/mod/page/view.php?id=852#:%7E:text=Los%20mitos%20tambi%C3%A9n%20encierran%20modelos,que%20tratan%20de%20aleccionar%20did%C3%A1cticamente.&text=Durkheim%20percibi%C3%B3%20que%20la%20funci%C3%B3n,solidaridad%20y%20de%20identidad%20grupal.
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