Línea de tiempo o de cómo contar una historia

El pasado 28 de diciembre falleció Armando Manzanero y con ello, el cierre de uno de los capítulos más importantes de la cultura mexicana, al ser quizá el último de los compositores que formaron parte de la llamada Época de Oro de la canción popular.

Su muerte, provocada por el Covid-19, llenó de luto a México, a tal grado que el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, aquel día terminó por ser diferente en sus conferencias mañaneras; pero también, hizo que algunos programas de TV, incluido los informativos, modificaran su programación.

Escribo esto casi cuatro meses después, porque fue justo tras la muerte del ilustre yucateco, cuando en una de las redes de mensajería instantánea, uno de mis hermanos compartió el vínculo a un programa homenaje que ese día realizó Rodrigo de la Cadena: Armando Manzanero 1935-2020, hoy disponible en YouTube, emisión que inicia con una breve reseña de la vida del cantautor, para luego dar voz al creador de canciones como “Esta tarde vi llover”, “Adoro”, “Voy apagar la luz”, “Por debajo de la mesa”, entre un puñado de canciones que han formado parte del repertorio de trovadores y cantantes, en todas partes del mundo.

A partir de ese programa, en casa, nos dimos a la tarea de ver tumbados en cama, otros tantos programas que hoy quiero sacar a colación como una experiencia que me lleva a agradecer a quienes disponen de su tiempo para compartir algunas producciones encaminadas a reconocer y recobrar, desde la memoria y las bases de información digitales de las que hoy se dispone, trayectorias musicales de compositores y cantantes.

Es así que hemos visto las líneas de tiempo de Manuel Alejandro, José Luis Perales, Julio Iglesias, Raffaella Carrá, José José, Rafael Pérez Botija, Jeanette, Camilo Sesto, Rapahel, entre otras que por ahora no recuerdo; lo que no sólo nos ha permitido a Silvia y a mi volver sobre la nostalgia, sino conocer más sobre los pasajes de vida de algunos cantantes y compositores que han sido una referencia en nuestra educación sentimental.

Y hoy hablo de estas líneas de tiempo, porque si algo he de reconocer como académico, es la calidad en el manejo informativo que puede llegar a encontrarse en algunas de estas producciones, un ejercicio de síntesis no siempre hecho por un profesional, pero sí por quienes se han ido familiarizando con la planeación, diseño y realización de productos audiovisuales con una arquitectura narrativa adecuada al público al que se dirige.

En especial la estructura y el tratamiento informativo, así como los recursos de los que se valen para ilustrar cada una de sus producciones, nos viene bien a quienes queremos hablar acerca de cómo es posible abordar históricamente un tema, en el contexto de un trabajo académico; es algo que en lo personal he terminado por reconocer, pues la experiencia vivida en el consumo de estos trabajos, muestran de una manera evidente y clara lo que en ocasiones digo a mis estudiantes: piensa en los cuentos de la abuela para narrar la historia, los antecedentes, la evolución del problema que quieres investigar; con la certeza que, es muy probable, que las abuelas de mis estudiantes no tengan como costumbre narrar historias como las que a un servidor y a mis hermanos nos contaba doña Elda en nuestro años de infancia.

En fin que si debo agradecer a estos youtubers, sería en particular a quien concluye sus líneas de tiempo con el nombre de “Carlos”, porque bien puede ser una referencia confiable para que sus producciones sirvan como material didáctico en el abordaje de un tópico como es la importancia de una línea de tiempo en el recuento de un pasado, los antecedentes, la evolución o la historia de un problema que nos demanda volver sobre los pasos, para recapitular sobre él.

Esto en el contexto de un acercamiento histórico-referencial al objeto de interés, como el que suelo plantear y requerir a mis estudiantes; el tratamiento en aula formal, ya corre por parte de la creatividad y el oficio del propio docente.