Hace poco tiempo pensaba lo afortunado que puede llegar a ser una persona cuando tiene la enorme oportunidad de ser parte de un momento histórico que le brinda la ocasión de admirar momentos históricos que suponen un punto de inflexión, de ruptura, de un giro en la historia… de un momento en el tiempo.
Un ejemplo es ser parte de una generación que se atrevió a celebrar «con bombo y platillo» un cambio de época, como cuando pasamos de un siglo a otro, de un milenio a otro. Antes, los malos augurios y un pensamiento mágico, circunscribían la vida de las personas quienes, frente al nuevo tiempo, se cobijaban en temores propios de aquellos momentos. Otro profundamente significativo fue cuando el rostro de la geopolítica cambió para erigir una nueva ordenanza global, un punto de ruptura que devine en otras formas de pensar y ser.
Pues bien, en este sentido, también me considero parte de una generación que ha tenido la dicha de disfrutar la magia de algunas personalidades que, en el deporte, han contribuido a hacer de él, una experiencia diferente.
Así, en el béisbol, en el fútbol, en el tenis, en el box, en el basquetbol, en el automovilismo, al hacer un recuento de nombres, debo reconocer lo afortunado que he sido, al disfrutar la grandeza de algunos deportistas que marcaron toda una época, muchos de los cuales, alcanzaron logros o marcaron récords, que difícilmente puedan superarse.
Si bien he ido perdiendo la costumbre de ver peleas de box, cómo no presumir de haber seguido la trayectoria de Sugar Ray Leonard, un boxeador amateur que se lució en las olimpiadas de Montreal, donde ganó un oro, para luego pasar al profesionalismo y demostrar una estilizada técnica ligada a una agilidad como poco se ha visto. Por supuesto que no debo dejar de mencionar a nuestro JC Chávez, también dueño de una serie de atributos que lo llevaron a ser campeón en distintos pesos. Junto a ellos otros tantos que el espacio no me da para destacarlos.
Si del Rey de los Deportes se trata, debo decir que no únicamente me tocó ver a Fernando Valenzuela, quien a sus 20 años alcanzó 19 triunfos en su primera temporada en grandes ligas, haciendo del tirabuzón, el recurso que caracterizó su trayectoria deportiva y con ello, la llamada fernandomanía. Y a propósito de pícheres, como olvidar al Expreso de Refugio, Texas, Nolan Ryan con lanzamientos de poc más de 100 millas de velocidad y que lo llevó a tirar 7 juegos sin hit ni carreras. Ni qué decir de quienes hacían de la bola de nudillos, un lanzamiento que cuestionaba a la misma física. Hoy Phillip NIekro merecidamente está en el salón de la fama. No sé si vaya a ocurrir lo mismo con un lanzador como Shohei Otani, el pitcher japonés que emplea la bola de tenedor para demostrar que la jiribilla de este lanzamiento, hace ver la suya a los bateadores.
Aun cuando poco recuerdo de Edson Arantes Do Nascimento, Pelé, sí puedo presumir que tuve la fortuna de ver al argentino de la melena enrizada haciendo maravillas con un balón pegado a una zurda prodigiosa, como también a ese otro coetáneo que hoy ha marcado estos tiempos futboleros y de apellido Messi; así como lo llegó a marcar la Naranja Mecánica en los 70 y la invención que hizo del fútbol total.
Y así, pudiéramos pasar lista al tenis con mujeres y hombres que hicieron del deporte blanco, un espectáculo: Martina Navratilova, Chris Evert, Steffi Graf, Mónica Seles; lo mismo en el caso de Ivan Lendel, Jonh McEnroe, Björn Borg, Jimmy Conors, Mats Wilander, Stefan Edberg, entre un puñado de tenistas que hicieron pensar en los 80 como una época mítica. Lo mismo ocurriría en el basquetbol con Michael Jordan, Karin Adur Jabbar, Larry Bird o Magic Johnson.
Pero también atletas: de Carl Lewis, el Hijo del viento, a Usain Bolt; de Florence Griffith-Joyner a Merlene Ottey y nuestra Ana Gabriela Guevara. Y qué decir de la gimnasia: de Nadia Comaneci a Biles, pasando por Nastia Liukin, Svetlana Khorkina o Mary Lou Retton. Ni olvidarse de la especialista en pértiga: Yelena Isinbáyeva. Incluso el automovilismo: desde Nelson Piquet, Gilles Villeneuve, Alain Prost, Ayrton Senna o NIki Lauda hasta lo que ocurre hoy con nuestro Checo Pérez.
Este recuento no pudiera cerrar sin hacer referencia a uno de los momentos memorables en el patinaje sobre hielo, con aquella presentación que en Sarajevo 84 hicieran los ingleses Jayne Torvill y Christopher Dean, quienes lograron una de las presentaciones más sublimes que -se dice- hicieron que algunos de los millones que siguieron su presentación, derramaran lágrimas. La calificación fue perfecta, pero lo mejor, el estado emocional al que condujeron. Y yo los vi, por lo que agradezco al destino la fortuna que me permitió ser testigo de esta presentación. Aquí debajo se los dejo.
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