La Universidad Veracruzana, en su condición de institución de educación superior, pública y estatal, es una universidad que tiene mucho de qué enorgullecerse, particularmente si se trata de confirmar -pese a la historia política local- haber logrado una autonomía que le ha permitido contar con un conjunto de órganos que han sido garantes de una independencia que fue consolidándose en los últimos 25 años; en particular el rol que ha jugado la Junta de Gobierno, instancia que se crea en febrero de 1997, después de haberse obtenido la autonomía universitaria en noviembre de 1996.
Es justamente una de esas las razones que llevaron a que los días 21, 22 y 23 de septiembre de 2022 se llevara a cabo el Coloquio La universidad pública frente a su actual momento histórico, evento académico en el que se tuvo ocasión de escuchar a un puñado de investigadores y académicos que llegaron a reflexionar, problematizar y provocar a una comunidad que se dio la oportunidad de dialogar sobre diversos tópicos vinculados a la enseñanza superior, sus tensiones y dilemas en estos tiempos.
El programa fue compuesto por conferencias magistrales, conversatorios y mesas de análisis, siendo la participación de exmiembros de la Junta de Gobierno, un puñado de invitados especiales que engalanaron esta celebración, quienes desde su expertiz sobre los tópicos propuestos en el programa académico, favorecieron dimensionar el ayer, el hoy pero también sobre el mañana de la educación superior.
Los doctores Jorge Martínez Contreras, Romualdo López Zárate, Fernando Serrano Magallón, Axel Didriksson, Alberto Olvera, entre otros destacados exmiembros de la JG, se dieron tiempo para participar en un evento que enfatizó en la naturaleza, importancia y sentido de la universidad y su autonomía; ello en un contexto apremiante y tras un periodo pandémico, que ha llevado a la universidad pública a vivir embates que colocan en riesgo y pueden llegar a vulnerar su autonomía.
Este coloquio abrió la posibilidad para abordar, desde diversos enfoques, los aciertos y desafíos que vive la educación superior: los problemas que suponen las desigualdades en la universidad; las trasformaciones que se le exigen; el problema del financiamiento, el contexto político por el que atraviesa, así como la experiencia estudiantil durante la pandemia, fueron algunas problemáticas que generaron debates, análisis, preocupaciones y temores.
Escuchar, dialogar con colegas, dio la oportunidad de recapitular y centrar mejor ciertas miradas, preocupaciones y ocupaciones que hoy caracterizan a la universidad, una institución que vive acechada y amenazada por agentes políticos o de otro tipo; por lo que nunca como ahora se requiere la concurrencia de una masa crítica dialogante, que levante la voz, pero también contribuya a enfrentar los retos que las universidades tienen.
Finalmente, si bien es cierto que por momentos prevaleció la incertidumbre, el desasosiego, la inquietud frente al futuro en buena parte de las narrativas planteadas por los invitados especiales, también hubo cabida a los anhelos, a lo esperanzador, con una certeza posible: la universidad no puede volver a ser lo que fue o ha sido, por lo que es preferible reconocer lo agotado de aquel viejo modelo centrado en la formación disciplinar y un esquema presencial, para dar cabina a una universidad que se atreva a pensar(se) y ver(se) cruzando puentes hacia lo inter y multicultural como principios de una innovación que está en curso; después de todo -se dijo- parece esta es una tendencia entre las universidades de clase mundial, así como la transformación de los modelos educativos, más orientado hacia lo mixto; en virtud de lo cual, se espera que la UV se sacuda viejas inercias y apueste por un cambio con rumbo y sentido. Y ahí, tenemos que estar toda su comunidad. Algo sobre lo que también su Junta de Gobierno es particularmente sensible.
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