Los formatos digitales en el aprovisionamiento de saberes

Dicen quiénes se dedican al estudio del conocimiento y las formas en que se produce o adquiere, que todo ser humano posee atributos y está en condiciones de adquirir información que vaya enriqueciendo, fortaleciendo sus saberes, esos que se alimentan de experiencias prácticas y cognitivas que va observando toda persona.

Con otras palabras, se diría que un niño, un joven, un adulto, alguien de la tercera edad pasa por vivencias diarias que, desde su condición de sujeto epistémico, pueden terminar por ser lugares desde los cuales recrear formas de conocimiento siempre que tales experiencias hagan de la apropiación de contenidos, de la reflexión y el análisis, una práctica común en toda persona.

Decimos esto y no queda más que reconocer que hoy existen múltiples vías a través de las cuales como personas tenemos un contacto con el mundo para saber de él, vivirlo, representarlo y nombrarlo; razón por la cual es importante que, como sujetos epistémicos, vayamos abonando en ese sujeto de conocimiento que todos podemos ser, desde aquellos que se forman académicamente, hasta quienes hacen de la empiria un espacio para la recreación de saberes que hoy son reconocidos.

Es en esta perspectiva que suelo sugerir a mis estudiantes que hagan todo aquello de lo que puedan disponer y esté en sus manos para hacerse de información que favorezca sus aprendizajes, pero sobre todo, de aquellos saberes vinculados a su disciplina, particularmente cuando tiene ante sí, el reto de planear una investigación.

Y es que nunca como ahora, la posibilidad de acceder a contenidos que abonen a la comprensión, el entendimiento o explicación de un fenómeno o problema, pasa por soportes digitales que van de la imagen, al texto y el sonido. Esto gracias a la forma en que las redes sociales, por ejemplo, han pasado a ser medios a través de los cuales las comunidades usuarias (académicos, investigadores, universitarios, colectivos, organizaciones, etc.) ponen a circular información valiosa. Y ni qué decir a través de plataformas como YouTube, donde la producción y distribución de materiales en videos, ha pasado a ser un medio generador de información que informe o promueva aprendizajes.

Así, si desde consumo de contenidos podemos apropiarnos de información ligada al problema o fenómeno que estamos investigando, estamos en el camino de ampliar los horizontes desde los cuales reflexionar, analizar, cuestionar un objeto de interés disciplinar. Por ello, un género como es el documental, desde siempre ha estado a la mano del académico o investigador, si quiere explorar o conocer datos o resultados de investigaciones que se han realizado por parte de alguna comunidad epistémica, que decide producir un trabajo para que circule en estos formatos

Pero no solamente la información distribuida por tales medio o canales es susceptible de pasar a ser conocimiento, también aquello que, a través de plataformas streaming, como público, podemos consumir: documentales, seriales televisivos, películas, podcast han pasado a ser soportes, formatos o recursos digitales que facilitan un manejo informativo que entretiene, pero también enseña, forma y educa.

Lo mismo en una serie que se avoca a explorar, a mostrar, a explicar algún caso extraordinario que merece ser puesto en común a través del género televisivo. Incluso películas que dan tratamiento a historias donde el tema, el personaje, permite al público reflexionar o cuestionarse sobre el tono que, en el tratamiento a la historia, el director le da a su trabajo.

En fin, que a un clic puede estar aquella información que demanda nuestra labor académica como investigativa, así como aquella que cubra las expectativas de un estudiante universitario. El detalle, como siempre, está en los detalles: desde qué mirada y capacidad de razonamiento podemos resignificar una información valiosa, en medio de tanta basura que circula en las redes como también en las plataformas digitales y los servicios de streaming. Esa es otra historia, de la que esperamos poder hablar pronto, pues pareciera en estos días, el pensamiento crítico, muchas veces brilla por su ausencia.