La IA ha llegado para quedarse.
Nos referimos a la IA y el tipo de uso que le puede dar en el ámbito del quehacer investigativo, como de la propia enseñanza de la investigación educativa y disciplinar. Sin ninguna duda, estamos siendo testigos de una revolución que obliga a tomar decisiones que favorezcan políticas para el uso responsable, ético e incluyente de tal tecnología, como también de aquellas decisiones que deben tomar las comunidades epistémicas y académicas en la generación de las mejores condiciones para que esta tecnología asiste y favorezca en la práctica de la investigación como en el aprendizaje de ella del estudiante universitario.
Si bien es cierto la consolidación de tal tecnología viene precedida de un importante debate, lo cierto es que -como suele ocurrir- en la práctica, el usuario común se ha hecho de ella, por lo que siendo docentes y estudiantes al ya estarlas empleando, lo mejor es trazar las rutas para que se tenga claridad en cuanto al tipo de uso que se le pueda dar.
En ese terreno, ha sido particularmente significativo la forma en que las comunidades académicas y los propios desarrollares, vienen promoviendo un diálogo que acompaña -en muchos casos- al mejor uso de la IA con fines educativos. No son pocos los informes, las obras, las propuestas que circulan en comunidades de práctica, lo mismo en redes sociales que en comunidades de usuarios de servicios de mensajerías.
Fue en una de ellas donde tuve ocasión de establecer vínculos con un colega docente, quien ha tomado la decisión de hacer de la IA un recurso que favorezca la labor docente como el propio aprendizaje estudiantil; para lo cual ha desarrollado una serie de asistentes inteligentes que he decidido incorporar a mis clases de experiencia recepcional; para lo cual, he tratado se ir definiendo una hoja de ruta que les permita usar pero también pensar en la forma en que la estamos empleando.
Si bien los debates están en curso, entre aquellos que se asumen apocalípticos y los integrados, o como los llama Carlos Magro, los fetichistas solucionistas vs los catastrofistas digitales, es un hecho que la Inteligencia Articicial Generativa (IAG) ha llegado para sacudir -una vez más- la imaginación y las prácticas educativas. Por eso hemos iniciado con el ChatGPT para jugar -desde un contexto empírico- a la hora de definir el tema, reflexionar sus motivos y desarrollar las primeras ideas.
A partir de aquí, el uso del primer asistente al que Ramón Besonías Llevame la contraria, en donde el estudiante tiene ocasión de interactuar con el asistente para probarse a sí mismo qué tanto sabe de un tema que ha decidido indagar. Lo que allí saben o no, es calificado, provocando estados emocionales diversos al darse cuenta que una IA se puede aprovechar para exhibir lo que hace falta que aprendan. Por eso, la necesidad de fortalecer los conocimientos disciplinares, para lo cual la consulta de fuentes especializadas se hace necesario, por lo que pasamos al empleo de Humata o Research Rabit,
Otro asistente empleado es Detector de mentiras, en donde se le da la instrucción al estudiante para que indague en aquellas redes digitales que suele emplear para la consulta de algo y, con el empleo de la IA, puedan darse cuenta de la facilidad con que los productores de contenidos pueden sorprenderlos en su ignorancia, al emplear falacias de distinto tipo que suelen ignorar cuando confían, creen, de apropiarse de una información que no es verídica y mucho menos legítima para comprender o explicar un problema o fenómeno de interés disciplinario o personal.

Aquí el profesor le toca mediar en el ejercicio subrayando la importancia de las fuentes especializadas y la forma en que la IA puede asistir en la localización y empleo de fuentes especializadas. Allí están Consensus por ejemplo, lo mismo que el ChatPDF. Pero corresponde al docente conocerlos y promover estratégicamente aquella actividad que favorezca el reconocimiento de la importancia de un pensamiento crítico y reflexivo por parte del estudiante, para dejarse acompañar críticamente por las IA generativas en su investigación académica.
La generosidad de este colega, que suele hablarnos desde la enseñanza media y media superior, llega a tal grado que lo mismo en YouTube que en su blog académico, nos comparte todo lo que crea para apoyar su docencia y la de sus colegas, incluido el aprendizaje de los estudiantes. De allí que el asistente Cómo saber que no soy humano, resulta ser un excelente apoyo para hacer de lo lúdico una experiencia gozosa mientras se aprende, pues este recurso interactúa con el estudiante a partir de la generación de un nombre, un perfil ficticio que se adapta al contexto del diálogo. Así, el estudiante puede reconocer y dimensionar la importancia de su razón más allá de la emoción a que suele conducir mucho contenido que conducen, para darse cuenta quién puede estar detrás de lo que consume como información. Toca docente que enseña a investigar, aprovechar la experiencia para dialogar sobre la importancia de las autorías intelectuales en el empleo de fuentes confiables y legítimas.
Finalmente, cuando se avisó que el ChatGPT desarrollaría una versión para apoyar la investigación, él decidió diseñar un asistente al que llamó Deep researche low cost, el que dice su autor: «Analiza grandes cantidades de información. La IA puede revisar estudios científicos, artículos, libros y bases de datos en tiempo récord. Encuentra conexiones. No solo lee, sino que detecta patrones, tendencias y relaciones que quizás pasamos por alto» (2025, párr. 2).
Como es posible reconocer, la creatividad, el oficio, la imaginación y generosidad de un colega ha hecho posible que los temores frente al empleo de la IA para la enseñanza y el aprendizaje, sigan siendo dilemas que nos lleven a reflexionar, pero también a decidir sobre el tipo de uso que se le puede dar. En su blog y canal de YouTube podemos encontrar muchos materiales, pero también reflexiones, análisis, propuestas didácticas que favorecen nuestra enseñanza, pero que toca a cada uno de nosotros, saber cómo podemos apropiarnos de un trabajo hecho, en el contexto de lo que requerimos que nuestros estudiantes aprendan… incluidos el cómo. Y allí sus asistentes como otras muchas herramientas de IA hoy están disponibles. Hay que desprenderse de algunas certezas y temores para potenciar su empleo.
Y eso corre por cuenta nuestra.
Comentarios
Sin duda alguna los recursos son interesantes y de mucha utilidad. Es cierto que el debate sobre los usos se encuentra abierto pero no creo que logremos nada intentando prohibir o ignorar su existencia, las IA y particularmente las generativas han llegado a irrumpir el escenario educativo y parece no hay vuelta atrás.
Saludos estimado Dr. Genaro, gracias por compartir sus reflexiones.
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