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Proyecto: Investigación de la actividad anti-microbiana de extractos vegetales en la mastitis subclínica.

 

Introducción.

 

Buscar extractos curativos en plantas es una idea antigua, los humanos alrededor del mundo, desde la prehistoria han usado a las plantas como medicina natural. Casi la mitad de los medicamentos farmacéuticos que actualmente existen tienen su origen en extractos y principios activos hallados primero en las plantas y pocos se han usado como antimicrobianos dado que, desde la aparición y uso de antibióticos farmacéuticos a partir de los años 50, hizo prácticamente inexistente el uso de derivados de plantas para actividad antibiótica.

Se estima que hay entre 250 mil a 500 mil especies de plantas en el planeta, de las cuales un pequeño porcentaje (1 a 10 %) son usadas como alimento por humanos y animales y aún un porcentaje menor para propósitos medicinales. Desde Hipócrates ya mencionaba de 300 a 400 plantas medicinales, la Biblia ofrece descripción de aproximadamente 30 plantas curativas. Los árabes en la edad media describen plantas con propiedades curativas también y en América ya se tenía un vasto conocimiento de las plantas medicinales por las culturas prehispánicas, el cual fue destruido casi en su totalidad por los conquistadores, quedando sólo una parte de ese conocimiento en la actualidad. Las plantas tienen una habilidad casi ilimitada para sintetizar sustancias aromáticas, la mayoría de los cuales son fenoles y derivados de éste; la mayoría son metabolitos secundarios, de los cuales al menos 12 mil han sido aislados, lo cual sería menos del 10 % del total estimado. En muchos casos esas sustancias sirven como mecanismos de defensa de las plantas contra la depredación por microorganismos, insectos y herbívoros. Algunos, tales como los terpenos, le dan a las plantas olores; otros como quinonas y taninos son responsables de su pigmentación. Actualmente investigadores de varios países están incrementando la búsqueda y uso de antimicrobianos y otras drogas derivados de plantas, debido a varias causas; por un lado al incremento en la resistencia a los antibióticos farmacéuticos que existen en la actualidad, por otro debido a la gran cantidad de productos químicos naturales que se pueden obtener de las plantas con un gran potencial antibiótico y cuyas estructuras químicas podrían ser, eventualmente sintetizadas químicamente. Otro factor de interés es que, en los últimos años han desaparecido una gran cantidad de especies vegetales en el planeta, ha aumentado la lista de especies en peligro de extinción y por lo tanto existe el riesgo de perder de forma irreparable una amplia cantidad de estructuras químicas naturales potencialmente útiles en la medicina.

En la actualidad existe una disciplina de la ciencia conocida como etnobotánica o etnofarmacología, cuyo objetivo es utilizar y preservar el conocimiento de la gente autóctona acerca de las plantas y sus productos curativos. Los productos de las plantas, o fitoquímicos que han sido estudiados tienen efectos curativos, tanto en humanos como en animales, siendo poco el empleo y estudio sobre los animales. w

Los fitoquímicos con actividad antimicrobial conocidos son: fenoles simples y ácidos fenólicos; quinonas, taninos, flavonoides, flavonas, terpenoides y aceites esenciales; alcaloides, lecitinas y polipéptidos, entre otros. Estos fitoquímicos con actividad anti-bacteriana podrían ayudar al tratamiento de la mastitis.

La mastitis es una de las enfermedades más importante en la industria lechera, y cada año, a nivel mundial causa pérdidas de aproximadamente 35 mil millones de pesos anuales y representa el 26 % de los costos de las enfermedades (Pech et al., 2007). Por su parte Insua et al., (2008) mencionan una pérdida de 725 a 770 litros de leche, ya que un cuarto en lactancia puede reducir la producción láctea entre 10 y 20 % y en el trópico húmedo mexicano se reportan pérdidas por mastitis subclínica que varían desde 2,8 a 42 % que, además de afectar la glándula mamaria, la leche contaminada pone en riesgo la salud pública, debido a que se encuentra una gran variedad de bacterias, que pueden causar enfermedades (Ávila et al., 2002, Santiago, J. M. et al., 2012).

La mastitis bovina es una enfermedad infecto-contagiosa de la glándula mamaria, en la cual se produce inflamación de la glándula como respuesta a la invasión de diferentes tipos de bacterias, hongos, levaduras y hasta algunos virus, a través del canal del pezón. Sin embargo, las bacterias de los géneros Staphylococcus, Streptococcus, Corynebacterium y algunas bacterias Gram negativas son responsables de más del 90 % de los casos clínicos y subclínicos. La enfermedad puede cursar como subclínica (la de mayor prevalencia en un hato). La mastitis subclínica se caracteriza por la presencia de un microorganismo en combinación con un conteo elevado de células somáticas en leche, esta puede desarrollar fácilmente una inflamación y no tener tratamiento (Gallegos y Moncada, 2011). Este tipo de mastitis no presenta cambios visibles en la leche o ubre. Apenas se percibe una reducción en el rendimiento de la leche, siendo alterada su composición por la presencia de componentes inflamatorios y bacterias (Gallegos y Moncada, 2011). Esta presentación de la enfermedad es la más persistente en el ganado lechero; Ocurre frecuentemente, y puede conducir a grandes pérdidas económicas no solo por la reducción de la producción, también por los elevados conteos de células somáticas presentes en los tanques de leche (Ariznabarreta et al., 2002). En la práctica, los casos de mastitis subclínica con frecuencia no son detectados rápidamente, o pueden incluso no ser reconocidas por el ordeñador (Wellenberg et al., 2002). Para identificar estos casos de mastitis se hace necesario las técnicas de laboratorio como la medición del conteo de células somáticas y el cultivo bacteriológico (REDVET, R. 2007).

La mastitis clínica, es aquella con alteraciones macroscópicas de la leche y síntomas palpables de la ubre y, a veces, de tipo sistémico en todo el animal. Clásicamente se la ha definido como una enfermedad polifactorial, porque el riesgo de infección depende de la genética de la vaca; del tipo, número y patogenicidad de las bacterias presentes y, fundamentalmente, de las condiciones del ambiente, del manejo en general y del manejo del ordeño en particular. Una correcta limpieza de los pezones post-ordeño previene y puede aliviar la mastitis; pues la infección intramamaria se inicia y mantiene con la contaminación de la piel del pezón por un agente patógeno, para luego ingresar por el canal del pezón y multiplicarse en el tejido secretor lácteo. La reducción de la población bacteriana en la piel del pezón disminuye la probabilidad de la aparición de mastitis y reduce los riesgos de complicaciones más severas en el curso de la misma, así como reduce el dolor y aumenta la comodidad del animal (Izak, 2006).

Creando una relación entre las plantas con propiedades medicinales y el tema de la mastitis, se pueden mencionar ciertas plantas con características especiales, cuyos componentes esenciales pueden ayudar tanto en la prevención como en la resolución de la mastitis; entre estas tenemos a la menta japonesa (Menthaarvensis), al eucalitpo (Eucalyptusglobullus), wintergreen (Gaultheriaprocumbens) y al aloe vera (Aloe barbadensis) (Garuda, 2011;Silveira et al; 2011; Ruiz, 2012).

Las propiedades antibióticas de algunas plantas se han conocido y también se han usado en el tratamiento de los animales.

 

Justificación.

 

El empleo de productos naturales es una alternativa al uso de antibióticos, entre los múltiples problemas que los antibióticos farmacéuticos causan están la contaminación de la leche por sus residuos los cuales provocan problemas asociados al proceso de elaboración de yogurt y queso; provocan la creciente aparición de casos de bacterias multirresistentes, además causan efectos secundarios como son los desórdenes gastrointestinales. Adicionalmente la leche y la carne se ven directamente afectados conteniendo residuos antibióticos. Por otro lado los antibióticos no han reducido la incidencia de mastitis. Problemas asociados con la resistencia y su ineficiencia son reales en los casos de mastitis causada por coliformes y Staphyloccocus aureus. En la agricultura orgánica, el uso de antibióticos tampoco es deseable.

Por lo tanto se plantea el uso de extractos vegetales como productos anti-microbianos para el tratamiento de la mastitis subclínica en vacas de doble propósito  como una alternativa sustentable y ecológica.