Los medios frente a la alternancia

 

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Los medios masivos de información que gocen a cabalidad de libertad política, ejerzan el oficio con responsabilidad y mantengan el pluralismo y el sentido democrático como principios y valores editoriales, seguramente no padecerán los cambios que implica la alternancia. Sin embargo, los medios masivos de información que sean, precisamente, lo contrario, sufrirán el estiaje que significa la alternancia como la ocurrida en Veracruz.

La máquina del fango, utilizando el término que acuñó Umberto Eco en su última novela Número cero, es la prensa más abyecta que subsiste basada en el amago, la extorsión y las campañas de desprestigio para someter a los actores políticos incómodos a la lógica del poder.

Resulta curioso que esos intereses aviesos, por los cuáles se compromete una línea periodística, den un giro radical frente a la dichosa alternancia. Nacen, crecen, se mantienen y fenecen los medios masivos de información, como proyectos de coyuntura política bajo el esquema de lo que denomina José Carreño Carlón como fondos reptiles.

El Estado mexicano ha prohijado una diversidad de relaciones que le permiten mantener cooptada a la prensa con prebendas, desde estímulos fiscales para regularizar deudas acumuladas hasta asignación discrecional de igualas periódicas y canonjías de índole diversa.

El encono que mantuvieron blindando con descaro a un proyecto político hoy concluye, y sacan con premura banderas blancas.

Los medios que así manifiestan su azoro, en respuesta desesperada a la alternancia, restan crédito a su credibilidad, si es que aún tenían algo de ella frente a un ejercicio ya subyugado a los intereses políticos dominantes.

Entendemos una prensa cargada ideológicamente pero no cerrada a la expresión varia. Complica en este panorama el entendimiento de una prensa dedicada a labores de tinterillo, chismorreo, sicariato informal y ataque en pandilla, como el clásico y burdo evento artificial que boletinan y filtran a medios aunque sólo haya presenciado la chamba un solo reportero.

La renta de generadores de opinión, equivocada estrategia de comunicación política ante el escaso impacto de las columnas, tal vez funcionó en un esquema de información aldeana limitada cualitativa y cuantitativamente.

El contexto actual es diferente ante la abundancia de medios que producen información y, en consecuencia, debilitan a los más tradicionales.

En las guerras de lodo hay múltiples actores y poderes que ahora pasan a calidad de damnificados.

Los medios masivos de comunicación tienen un reto mayor en esta ley darwinista: la alternancia les obliga a definir si su quehacer ofrece responsabilidad social sobre todas las cosas; o simplemente se demuestra que cierto periodismo se diluye a causa de tan baja estofa moral y exigua estética.

Sí, la burbuja mediática parece que se reventó en tiempos de la alternancia.

Publicado originalmente en La Jornada Veracruz