La innovación en la educación debe ser asumida por los profesores, no por los tecnólogos

Por  Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Rodolfo Calderón Vivar, miembro del equipo fundador del Sistema de Enseñanza Abierta y colaborador en  el proyecto de multimodalidad educativa de la Universidad Veracruzana

Hace poco más de un año, en nuestro contacto en las redes, la maestra Esperanza Aurora Hakim Vista tuvo a bien enviarme un artículo del profesor argentino Hugo M. Castellanos, director del sitio virtual “Síntesis Educativa”, intitulado Mentiras y fantasías de la capacitación docente en TIC, en el que menciona como durante años, en ese país sudamericano, los cursos de formación en tecnología informática aplicada a la educación han sido, por lo general, un gran fracaso pese a las estadísticas que anualmente se dan a conocer por parte de las autoridades del país hermano.

El artículo comienza con la anecdótica visita el expresidente Clinton a Argentina, en donde en una ceremonia política le presentaron cifras e indicadores alegres los políticos encargados de la educación de ese país, para presumirle el gran desarrollo de las plataformas tecnológicas y de la capacitación de docentes en el uso de las nuevas tecnologías. El clásico oropel de los funcionarios  que estadísticas generan realidades que no existen a base de simples conteos de equipos, cursos y profesores capacitados, sin dar pie a corroborar el impacto real de tal despliegue tecnológico en los  centros escolares,

Los cursos de allá, impartidos por lo general por especialistas en tecnología educativa enfocados más hacia la parafernalia informática que a la metodología pedagógica, son  fallidos desde el diseño de los contenidos, las estrategias didácticas y la evaluación de los mismos. Dice Hugo M. Castellanos:

“(…)En tales circunstancias, la conciencia de los tutores parece aliviarse aplicando el recurso de acompañar la inevitable felicitación final con algunas recomendaciones «críticas» en una vena cordial, «para que la próxima vez te salga mejor». Lo cierto es que pocas veces hay una próxima vez, o en todo caso nadie lo sabe, porque tampoco se hace un seguimiento de esos docentes que el sistema registra automática y generosamente como «capacitados».(…)”

Se da un juego de simulaciones en las que  finalmente la innovación  no es más que  una palabra   demágogica en el ámbito de la educación argentina, eso sí adornada con un sinnúmero de expertos que anualmente se reúnen en congresos de diversa índole en donde no cesan de alabar los grandes avances que la tecnología procura al quehacer docente en los diferentes niveles de estudios argentinos.

El asunto, según Hugo M. Castellanos, es que el uso de las TICs en la educación se han convertido más que nada un señuelo de los políticos para presumir en su discurso que realmente la educación está a la vanguardia mundial, sin procurar que se diseñen programas evaluatorios del desarrollo y mantenimiento de todo ese aparataje que con un cosoto millonario lucen las diversas escuelas argentinas. Es decir, no hay informes veraces de su eficacia y eficiencia en los centros escolares donde se aplicación.

La falla en la capacitación de los profesores para el uso de los nuevos ambientes de aprendizaje es un sino que se traslapa en casi todos los países de habla hispana. Y quizás en el mundo. La educación virtual no ha resultado panacea profetizada por gurús diversos durante los últimos años. Las universidades que se han orientado hacia el desarrollo de cursos virtuales mediante el desarrollo de costosos plataformas tecnológicas no han aumentado sus matrículas de manera significativa. Y en parte tiene con ver con los fallidos cursos de capacitación orientados más hacia lo operativo informático que hacia la creación de una pedagogía real de la educación tecnologizada.

Es más, los más recientes intento de generar un campo fértil para el desarrollo de la aplicación de la tecnología en la educación son los MOOCs (Cursos Abiertos Masivos en Línea) ya no provienen directamente de las instituciones oficiales de educación, sino de sitios  libres generados en el mundo para incitar el crowd-sourcing (una especie de motivación al trabajo experto de manera libre y desde distintos puntos del planeta) afiliado de profesores realmente involucrados en el uso de la tecnología y su aplicación del conocimiento para dar capacitación en una especie de mercado libre de la educación mundial. George Siemmens, el padre del colectivismo, opina que los MOOCs es la nueva cara del neoliberalimo en la educación virtual, ante el fracaso de las universidades por generar sus propios proyectos institucionales. Detrás de ellos hay múltiples inversionistas, proveedores de tecnología, que sin embargo, tampoco han encontrado el auge que esperaban en ese nuevo nicho educativo como puede apreciarse en esta gráfica de Les Schmidt, citada por Jordi Anell, en su artículo intitulado «Los MOOCs ¿en el abismo de la desilusión?:

Creo que el artículo de Hugo M. Castellanos, director del sitio virtual “Síntesis Educativa”, intitulado Mentiras y fantasías de la capacitación docente en TIC, debe mover a la reflexión no solo a los maestros sino también a los políticos en cuanto al uso de las TICs en nuestros diferentes niveles educativos. En parte, por lo que he observado, muchos políticos enfocan parte de las acciones de sus gestiones a precisamente hacer preeminente el uso de las TICs en nuestras escuelas o en los nuevos proyectos a realizar, dado de que se ha convertido en una moda redituable.

Sin embargo es una moda que no se evalúa. Hasta el momento, y desde hace años y tal como pasa en Argentina, al menos en Mèxico y en nuestro estado, el impacto de las TICs sigue siendo reducido.

Pero para la estadística y para el lucimiento en informes anuales, el número de computadoras y la indicación de ser modelos recientes, hace lucir dichos documentos sin que el impacto real en la educación sea notable. Hace falta evaluación al respecto.

En 1996 Clinton ofreció como oferta de campaña que al terminar su periodo como presidente la mayorìa de los profesores norteamericanos utilizaran las nuevas tecnologìas para iniciar una nueva era de la educación norteamericana basada en la educación en línea. No lo logró.

Desgraciadamente esa área de educación se ha convertido en mito esplendoroso que sin embargo, generar numerosos dividendos sobretodo a proveedores de tecnología.

En aras de ese mito hemos descuidado la importancia de la relación profesor-estudiante en función de la construcción del conocimiento. Nos hemos olvidado de la importancia del desarrollo y cultivo de la pedagogía en función de la excesiva programación y diseño propio de los expertos en informática que, de la noche a la mañana, se han convertido en los garantes de la calidad de la educación.

Bajo esos criterios informàticos se presta mas atención al diseño y al aparato en sí que a las interacciones profesor-estudiante-conocimiento para impactar en lo real.

Y peor aún, al tratar de incidir en la calidad de la educación se da mayor importancia a la aptitud que a la actitud. Llenos de papeles de grados y posgrados diversos, hoy los profesores están mas ocupados en cursos de capacitación que nunca, sin que esto incida notablemente en el mejoramiento del aprendizaje de los estudiantes. Nos estamos llenando de expertos en tecnologìa, maestros y doctores en diversas disciplinas, y estamos perdiendo la formaciòn de profesores que motiven al aprendizaje de sus alumnos. En el momento que un polìtico avispado se de cuenta que no es en el uso de aparatos y el desarrollo de aptitudes tecnológicas como se mejorará la calidad de la enseñanza sino en el desarrollo de buenos ambientes de aprendizaje, altamente motivadores para construir conocimiento entre estudiantes y profesores y ciudadanía, en ese momento ese político iniciará una revolución educativa de gran impacto no solo a nivel estatal sino nacional.

Insisto, hemos dejado que los informático llenen de bonitos efectos nuestras pàginas en la WEB con supuestos avances tecnológicos que no conducen a resultados significados, y hemos desdeñado el papel de profesores para darle la dimensión correcta de la tecnología, la de ser simplemente medios, fierros diría yo, de apoyo para la interacciòn profesor-estudiante.

En el momento que vuelvan a ser los profesores los que conduzcan esa área de innovación en nuestras escuelas, se acabarán las exageraciones y mitos que su uso ha generado los tecnòlogos para crear una parafernalia cibernética que ha tenido magros resultados. Mientras tanto, seguirán existiendo esos profetas mentirosos de la tecnologìa, como los que describe el artículo que hemos leido del caso argentino, capaces de seguir engañando a políticos que como Clinton se convencen que realmente en Argentina todos los profesores ya usaban las TICs ampliamente en sus niveles educativos, como Estados Unidos no pudo lograrlo, ni lo ha logrado, en casi veinte años de profecìas permanentes, en foros y congresos, de que la educaciòn virtual es el futuro de la educación en el mundo.

Considero que el futuro de la educación es más que nada multimodal, en donde la combinación de cursos presenciales, semipresenciales y no presenciales es el territorio a recorrer por los educandos del siglo XXI, escogiendo ellos en que ambientes pueden desarrollar sus aprendizajes, sin que se les impongan modas o modalidades sin la plena libertad de tener otras opciones. En ese horizonte de educación multimodal caben todos los profesores, sin más requisitos que ser poseedores de la experiencia y sabidurías disciplinares suficientes para establecer interacciones afectivas y efectivas en el aprendizaje de los estudiantes. Eso es lo primordial, lo demás es accesorio, ya que en la medida que decidan en que ambiente de aprendizaje realizar sus actividades docentes tendrán que ajustas sus habilidades y competencias tecnológicas a las mismas, y no como sucede ahora, donde de manera excluyente, se está pretende homogeneizar en el uso de las herramientas de las TICS a todos los docentes, mediante cursos de capacitación, por lo general, bastante deficientes, pretendiendo que el futuro de la educación es virtual. Craso error.

En todo caso, lo que procede, es la capacitación de los docentes como educadores en el uso de herramientas multimodales aplicables a distintos ambientes de aprendizaje, no únicamente los no presenciales.

Para ver el artículo original sobre el cual realizamos estas reflexiones, por favor haga click en: http://sintesis-educativa.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=358:mentiras-y-fantasias-de-la-capacitacion-docente-en-tic&catid=5:notas&Itemid=2

Para ver la opinión de Siemmens sobre los MOOCs, ver: http://www.elearnspace.org/blog/2013/07/08/neoliberalism-and-moocs-amplifying-nonsense/

Sobre el artículo de Jordi Anell, acerca del presente y futuro de los MOOCs, ver: http://elbonia.cent.uji.es/jordi/2013/07/21/mooc-el-abismo-de-la-desilusion/

Sobre un caso de aplicación fallida de MOOC en una universidad , ver: http://www.forbes.com/sites/georgeanders/2013/07/19/udacitys-san-jose-stumble-the-perils-of-failing-fast/

Sobre lo que es la educación multimodal y una perspectiva de aplicación, ver:  http://www.uv.mx/blogs/sea/2013/08/01/de-unimodal-a-multimodal-una-transformacion-en-proceso-en-la-educacion-superior-en-mexico/