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Iglesia, relevante en mitigar la violencia en Michoacán: Salvador Maldonado

 

  • “Ha trazado y desarrollado un conjunto muy amplio de programas eclesiásticos que aglutinan distintas actividades como la implementación de refugios y centros de escucha”, mencionó el investigador de El Colegio de Michoacán
  • “Numerosos sacerdotes han expuesto su vida para salvar la de personas que han sido amenazadas por el crimen organizado”, afirmó en el Instituto de Investigaciones Histórico Sociales

 

Salvador Maldonado Aranda, investigador de El Colegio de Michoacán durante su charla

 

Texto y fotos: Carlos Hugo Hermida Rosales

16/08/2022. Xalapa, Ver. “La iglesia ha tenido un papel muy relevante en mitigar la violencia que azota a distintas regiones del estado de Michoacán, y para este fin ha trazado e implementado un conjunto muy amplio de programas eclesiásticos que aglutinan diversas actividades”, mencionó Salvador Maldonado Aranda, docente de El Colegio de Michoacán, al impartir una conferencia en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana (UV).

En este evento organizado por el Cuerpo Académico “Estudios Socio-Históricos del Cambio Político”, el catedrático discutió el texto  “El papel de la iglesia en contextos de violencia. El activismo religioso frente al crimen en Michoacán”; la moderación estuvo a cargo de Juan Ortiz Escamilla, titular de la Dirección General de Investigaciones.

Maldonado Aranda compartió que, entre las acciones que la iglesia realiza está la colaboración en mesas de trabajo con autoridades estatales en las que se tratan temas de seguridad y justicia, la implementación de refugios, centros de escucha y escuelas del perdón y reconciliación.

Además brinda atención mediante la pastoral social en el sistema carcelario, a víctimas de violencia y de desplazamientos forzados; aunado a esto numerosos sacerdotes han expuesto su vida con el objetivo de salvar a personas que han sido amenazadas por el crimen organizado.

“Durante la década de 1960, las migraciones rurales alteñas habían conquistado gran parte del territorio michoacano de la costa y la sierra, y expulsado a pueblos indígenas de sus tierras para usarlas  en el cuidado extensivo de ganado y cultivo de amapola y mariguana”, relató Salvador Maldonado.

De esta forma se expandió el narcotráfico y que derivó en violencia de todo tipo; desde entonces la iglesia comenzó a atender la situación y originó una convivencia tensa con narcotraficantes y jefes locales.

Sin embargo, el actual predominio del crimen organizado transformó las relaciones de la iglesia con la violencia; los sacerdotes que levantan la voz son motivo de amenazas y aislamiento, y ante esta situación no hay respuesta de la autoridad civil, que muchas veces se encuentra coludida con estructuras delincuenciales.

El historiador manifestó que para erradicar la violencia, se deben comprender sus orígenes, y citó a la filósofa Pía Lara, que propone no entenderla como un impulso irracional de las pasiones del hombre, sino en términos de un daño moral, en donde la responsabilidad y el sufrimiento no pueden estar desligados.

“De esta forma es posible estrechar la distancia entre el sufrimiento de quien padece una acción, y la responsabilidad de quien la genera”, afirmó.

 

Juan Ortiz Escamilla, titular de la Dirección General de Investigaciones presentó al ponente

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