• La docente de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla participó en el Sexto Congreso Internacional de Estudiantes de Arquitectura y Urbanismo de la UV
• Es fundamental que la academia promueva que las viviendas sean diseñadas con criterios de responsabilidad ambiental, planteó

Julia Mundo Hernández, docente de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Carlos Hugo Hermida Rosales

Fotos: Luis Fernando Fernández

30/03/2023, Xalapa, Ver.- “Las casas influyen en gran medida en la salud, bienestar y seguridad de sus habitantes, por lo que se deben construir y adecuar de la mejor manera posible a fin de satisfacer sus necesidades”, declaró Julia Mundo Hernández, académica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) en el Sexto Congreso Internacional de Estudiantes de Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana (UV).

Al impartir la conferencia “La certificación Well y la vivienda saludable”, la docente mencionó que el ambiente afecta la manera en cómo nos sentimos y percibimos la vida y el modo en que nos comportamos, por lo que contribuye a nuestra forma de ser.

Puntualizó que la vivienda es una parte fundamental del ambiente de las personas, pero que no sólo se debe identificar con la envoltura física de la casa, ya que se expande al asentamiento en que se encuentra, que es capaz de reflejar las expectativas de seguridad, confort e higiene de sus residentes.

El ser humano pasa el 90% de su tiempo en espacios edificados –principalmente en su hogar–, y una casa con baja calidad constructiva-ambiental contribuye a que sus moradores sufran diversos tipos de accidentes como caídas, electrocuciones e incluso intoxicaciones o muertes por incendio.

La conferencia congregó a estudiantes, docentes e investigadores en la Facultad de Arquiectura

Julia Mundo comentó que entre las principales afectaciones que presentan las viviendas deficientes, se encuentran la ausencia de ventilación, el exceso de ruido, la falta de acceso regular al agua potable, y una iluminación no adecuada.

Compartió que de acuerdo con el International Well Building Institute –institución que certifica edificios en un enfoque orientado a la salud de las personas–, una vivienda saludable requiere una ventilación e iluminación adecuada, agua potable constante, además de un confort térmico y acústico que actúen como agente de bienestar de sus moradores.

“Las viviendas deben facilitar la interacción social, y desde la academia es fundamental promover que sean diseñadas con criterios de responsabilidad ambiental, y que a su vez ofrezcan autonomía y comodidad a sus ocupantes”, concluyó.