Ciencia

Adaptación, la fórmula para convivir con la inteligencia artificial

  • Entraña riesgos, pero es una realidad que debemos enfrentar 
  • Coincidieron Guillermo Hoyos y Rafael Pérez, especialistas de la Universidad Veracruzana y Universidad Autónoma Metropolitana 

 

 

Guillermo de Jesús Hoyos Rivera, del IIIA-UV

 

Jorge Vázquez Pacheco 

Fotos: Omar Portilla Palacios 

 

14/05/2024, Xalapa, Ver.- La capacidad de adaptación es importante al enfrentar las novedosas y siempre cambiantes tecnologías, coincidieron Guillermo de Jesús Hoyos Rivera, del Instituto de Investigaciones en Inteligencia Artificial (IIIA) de la Universidad Veracruzana (UV), y Rafael Pérez y Pérez, académico en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) campus Cuajimalpa. 

La disertación se dio en la Mesa 3 “Entre libros y bits” del 6° Foro Editorial “El mundo digital en la industria editorial”, en el contexto de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2024.

 

Rafael Pérez y Pérez, académico en la UAM-Cuajimalpa

 

Guillermo Hoyos comentó sobre el lenguaje como sistema de comunicación verbal y las casi siete mil lenguas en el mundo, algunas sin expresión escrita; indicó que el GPT se ha diseñado para completar textos con una base probabilística, mientras que el ChatGPT es un mecanismo interactivo que funciona con base en el esquema de pregunta-respuesta y el dominio en que opera es el lenguaje humano. 

“El punto de partida es la naturaleza humana y las redes neuronales”, añadió, y los modelos de lenguaje de gran tamaño muestran limitaciones, carecen de inteligencia y conciencia.

 

Composición de las redes neuronales, modelo para la generación de IA

 

Para finalizar su participación enumeró los riesgos éticos, laborales, ambientales y sociales que provocan pérdida de perspectiva: “En todo caso, los libros son hermosos y yo continúo disfrutando de su olor, su textura y las sensaciones que transmiten”. 

Por su parte, Rafael Pérez aludió a una máquina que ya desde el siglo XIX era capaz de articular poemas en latín, así como la máquina de Christopher Strachey, que en la década de 1950 funcionaba mediante un programa que redactaba cartas de amor al estilo antiguo.

 

Desde mediados del siglo XIX se experimentaba con formas rudimentarias de IA

 

Pérez y Pérez dijo que es necesario formarnos ante la nueva realidad y discutir cómo enfrentar la inteligencia artificial, ello debe incluir habilidades interdisciplinarias, capacidad de adaptación y habilidades para el uso adecuado de generadores automáticos de narrativas.