Ciencia

Desinformación sobre autismo provoca diagnóstico tardío

  • Si se detecta a tiempo se pueden garantizar resultados y evolución óptima en el tratamiento, indicó Roberto Lagunes Córdoba, del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UV 
  • Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un trastorno prevalente en el 67% de la población 

 

Roberto Lagunes Córdoba, investigador del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UV

Roberto Lagunes Córdoba, investigador del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UV

 

Claudia Peralta Vázquez 

Fotos: César Pisil Ramos

28/05/2024, Xalapa, Ver.- El trastorno del espectro autista (TEA) es una afectación del desarrollo cerebral cuyo tratamiento garantiza mejores resultados cuando la intervención terapéutica se da de forma temprana, es decir, alrededor de los 18 o 24 meses de edad, dio a conocer Roberto Lagunes Córdoba, investigador del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la Universidad Veracruzana (UV). 

La estimulación y una terapia psicológica complementada con medicamentos para el control de la ansiedad, dijo, son factores que inciden en una mejor atención y progreso del paciente, pero de inicio se requiere de un diagnóstico certero para determinar las áreas cerebrales más afectadas. 

Roberto Lagunes, quien actualmente trabaja en la construcción y desarrollo de instrumentos de evaluación y medición, con una línea secundaria de psicología de la salud, en la que se incluye el TEA, señaló que este término proviene de la palabra griega eaftismos, cuyo significado es “encerrado en uno mismo”, y siempre ha sido difícil de definir. 

Tradicionalmente, ha sido complicado, porque prevalecen aspectos diferentes en cada persona, aunque el consenso actual es que la mayoría presenta dificultades en la comunicación, es decir, les cuesta trabajo hablar y expresar sus necesidades, deseos y temores.

También hay trastornos en la socialización, pues muchos de ellos, aunque no todos, prefieren estar solos porque les cuesta trabajo acercarse a los demás y confiar en ellos. Inclusive, dirigir la mirada hacia otras personas puede representar una experiencia estresante. 

Tienen conductas estereotipadas o repetitivas, por ejemplo: el aleteo, movimiento constante, repetición de una palabra de forma insistente, o tomar y golpear un objeto. “En casos más serios, pueden golpearse la cabeza contra la pared o en el piso”. 

En síntesis, estas situaciones se consideran y analizan para poder llegar a un diagnóstico, pues cada autista es diferente. 

“Cuando alguna o todas estas manifestaciones influyen y dificultan la vida cotidiana y la relación con los demás, podríamos estar hablando propiamente de un TEA”, destacó el investigador del IIP. 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de un trastorno prevalente en alrededor del 67% de la población, y se reporta un caso de autismo en cada 160 niños.

En México, uno entre cada 120 o 130 niños y niñas padecen autismo

En México, uno entre cada 120 o 130 niños y niñas padecen autismo

 

En México no hay datos viables; sin embargo, una investigación de 2016 habla de una prevalencia de 0.87%. “Estaríamos hablando de uno entre cada 120 o 130 niños y niñas, que coincidiría con estadísticas mundiales, mientras que en Estados Unidos se habla de uno entre cada 59 niños”. 

Roberto Lagunes expresó que hoy en día se visibiliza más el autismo porque vivimos en una época donde se tiene acceso a información, redes sociales y solemos percatarnos fácilmente de lo atípico en las personas. 

A pesar de ello, diversas situaciones, como carecer de una definición precisa del trastorno, provocan que su diagnóstico sea tardío. 

Se puede decir que profesores, cuidadores o demás personas que intervienen con niños no están capacitados para valorarlo. 

“Insisto, muchas veces la justificación para estas conductas enmascara la posibilidad de diagnóstico, de tal manera que se hace tardíamente, en muchos casos cuando los periodos más sensibles para la ayuda ya pasaron.”

Autismo en mujeres es más difícil diagnosticar
En el caso de las mujeres es todavía más complicado debido a los roles tradicionales o patrones culturales persistentes, por eso suelen justificarse ciertas pautas de comportamiento como el aislamiento o dificultad comunicativa. 

“Se presta para justificar que una niña no quiera jugar pesado o sea más aislada, por eso el diagnóstico se hace tardíamente; a veces llegan a la universidad teniendo la idea de que pasa algo con ellas, sus deseos de aislamiento, dificultades de comunicación y conductas repetitivas.” 

Primero, se requiere un diagnóstico de un especialista debidamente calificado. Se puede hablar de paidopsiquiatras, psicofisiólogos o neurólogos pediatras, todos ellos con capacitación específica para diagnosticar el autismo y determinar las esferas cerebrales más afectadas. 

En muchas ocasiones, los pacientes necesitarán apoyo farmacológico para controlar la ansiedad, concentrarse y ser más receptivos a la terapia, pero eso sólo es una parte.

La desinformación origina un diagnóstico tardío de autismo

La desinformación origina un diagnóstico tardío de autismo

 

La psicoeducación juega un papel importante con apoyo de los padres y familiares, puesto que supervisarán una serie de ejercicios, normas de comportamiento, técnicas para el control de la respiración y de la ansiedad que les permitan controlarse y funcionar de la manera más adecuada. 

De igual forma, niños y niñas deben aprender a mirar a las personas a los ojos, y a expresar sus necesidades. 

“Hay gente sensible a los sonidos fuertes y pueden perder el control, es necesario –de acuerdo con el diagnóstico– enseñarles técnicas de control para que no huyan y griten.” 

En los hombres, la llegada de la pubertad es otra situación que debe enfrentarse por la carga hormonal, que es una condición perfectamente normal, pero puede exacerbar muchas cosas. Por ejemplo, si de por sí tenía conductas agresivas, las hormonas que se disparan en esa etapa contribuyen a un mayor nivel de descontrol.

Aporte desde el IIP-UV
Comentó que al interior del IIP, un egresado de doctorado desarrolló un cuestionario para hacer un primer diagnóstico de niñas y niños con autismo en estancias infantiles públicas o privadas. 

Fue elaborado de tal manera que las cuidadoras, con una formación de nivel técnico, pueden responder una serie de preguntas muy sencillas y con ello tener la sospecha de que hay una situación que debe ser reportada a los padres y personal de la propia estancia para hacer un estudio más profundo. 

El investigador señaló que con frecuencia este sector de la población sufre bullying y acoso escolar. “No es que quieran tener conductas repetitivas o estar encerrados en sí mismos, su propia naturaleza les hace ser así”, observó. 

Por todo lo anterior, Lagunes Córdoba externó un llamado a la construcción de una sociedad más inclusiva, basada en la educación, respeto y apoyo a los niños, niñas y población autista.