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La universidad debe responder a las violencias que afecten a sus miembros

  • Leticia Cufré Marchetto, investigadora del CEEC, impartió la ponencia “Violencias cotidianas”, en el marco de la 2ª Semana de Universidad Segura 2018
  • La violencia es un vínculo entre personas que se caracteriza por la coerción, dijo

 

Leticia Cufré Marchetto, investigadora del CEEC

 

«Con mucha frecuencia, el miedo, la vergüenza o ciertas formas de distorsionar las lealtades nos callan: El miedo, porque seguimos sintiéndonos amenazados; la vergüenza, porque cada uno de nosotros en el momento de la agresión nos paralizamos o bien sentimos que no respondemos lo suficientemente bien

 

Claudia Peralta Vázquez

25/10/18, Xalapa, Ver.- Leticia Cufré Marchetto, investigadora del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CEEC) de la Universidad Veracruzana (UV), expresó que las universidades deben responder de forma responsable y solidaria a las violencias que afecten a sus miembros, durante su participación en la 2ª Semana de Universidad Segura 2018, donde impartió la ponencia “Violencias cotidianas”.

En la sala de videoconferencias de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI), donde se realiza este evento desde el 22 y hasta el 26 de octubre, la psicóloga clínica egresada de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, destacó que la violencia es un vínculo entre personas que se caracteriza por la coerción.

Sin embargo, la seguridad no sólo depende de las situaciones físicas y de infraestructura de las instituciones educativas y de la ley, sino también de que se cumpla.

Enfatizó que si las prácticas violentas están dirigidas a afectar la capacidad de pensar y de hablar sobre ellas, y si son modalidades de prácticas sociales que rompen lazos interpersonales y contacto social, se deben crear las condiciones para reflexionar continuamente y restablecer los vínculos dañados, empezando por generar espacios para que estas posibilidades se realicen.

“En el caso de la UV, no sólo debería ser un espacio protegido del humo del tabaco, sino también de esta modernidad de relaciones interpersonales, es un objetivo a lograr.”

Mencionó que con mucha frecuencia, el miedo, la vergüenza o ciertas formas de distorsionar las lealtades nos callan: “El miedo, porque seguimos sintiéndonos amenazados; la vergüenza, porque cada uno de nosotros en el momento de la agresión nos paralizamos o bien sentimos que no respondemos lo suficientemente bien”.

Al hablar sobre las lealtades distorsionadas, comentó que éstas convierten los derechos en favores y nos impiden visualizar el costo de los secretos.

En la plática transmitida por videoconferencia a los campus Veracruz y Coatzacoalcos, resaltó que para despejar el clima de malestar que nos impide expresarnos, es necesario precisar los límites espaciales, materiales y simbólicos de nuestra pertenencia a la Universidad.

En este sentido, cuestionó que si un universitario sufre una agresión fuera de la universidad, ¿hasta qué punto ésta debe implicarse o no y cómo? Y agregó: “¿Hasta qué punto la Universidad protege de la barbarie y de la modernidad a los universitarios cuando están fuera de sus aulas?”.

Respecto a esto, aseveró que la aspiración de lograr una universidad segura está en relación con la identidad y la identificación de sus miembros; por lo tanto, la institución debe brindar la confianza de que responderá responsable y solidariamente a las violencias que afecten a sus miembros.

“Necesitamos de esto para sentirnos seguros y confiar en nuestra institución y en nuestros compañeros.”

La Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuyos estudios están orientados hacia las prácticas sociales violentas en la producción social de subjetividades, subrayó que tras situaciones de violencia individuales y colectivas, en desastres socionaturales y de posguerra, las huellas y cicatrices siguen produciendo efectos como: dolor, depresión, rabia, miedo y deseos de venganza.

“Lamentablemente esas huellas pueden llegar a reproducir situaciones no deseadas”, apuntó.

La autora de dos libros y múltiples artículos, también reflexionó sobre la posibilidad de implementar en el ámbito universitario algunas estrategias de intervención que se han aplicado en comunidades que sufren violencia de diversos tipos, entendidas como modalidades del vínculo interhumano.

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