- Las proyecciones serán los días lunes y miércoles, del 12 al 28 de agosto, en el Aula Clavijero
Roberto Ortiz Escobar
10/08/19, Xalapa, Ver.- El Departamento de Cinematografía de la Universidad Veracruzana (UV) invita al ciclo El cine de 1969, conformado por siete producciones realizadas en ese año por cinco países, con proyecciones los días lunes y miércoles comprendidos del 12 al 28 de agosto, en el Aula Clavijero, ubicada en Juárez número 55, en el centro de la ciudad.
Butch Cassidy (Butch Cassidy and the Sundance Kid), de George Roy Hill, película exitosa en cuyo reparto central estuvieron los galanes del momento Robert Redford y Paul Newman, se exhibirá el lunes 12.
Aunque se ubica genéricamente como western, se convirtió en un clásico del cine estadounidense al reunir muchos elementos a su favor: un guion ingenioso, personajes y sucesos reales tamizados por un aura romántica, y un humor y acción efectivos. Los personajes eran Butch Cassidy (Newman) y Sundance Kid (Redford), dos pistoleros asaltantes de bancos y trenes a fines del siglo XIX y principios del XX.
Al dueto actoral se agregó Katharine Rose, como Etta Place, y la acción briosa fue secundada por un humor relajado que mitificaba a dos bandoleros circunscritos en la ilegalidad. De ahí que la cinta cuajara escenas memorables, como la del final de encuadre fijo en color sepia o aquella del trío en bicicleta con la canción Raindrops are falling on my head, de Burt Bacharach.
El tono crepuscular de Butch Cassidy rebeló que un género clásico como el western no debía continuar los mismos esquemas de sus inicios y apogeo en Hollywood. Fue tal la repercusión de la cinta que en su momento recibió cuatro Oscar, 10 Premios BAFTA y un Globo de Oro. La popularidad de Newman y Redford los llevó a participar en otra cinta de Roy Hill, cuatro años después (El golpe/The Sting, 1973).
Los malditos (La caduta degli dei / Götterdämmerung, Italia-Alemania del Oeste, 1969, de Luchino Visconti) se proyectará el miércoles 14. Podría considerarse de carácter histórico, en tanto recreación de eventos lamentables en la Alemania del ascenso nazista como el incendio del Reichtag en 1933 y la “Noche de los cuchillos largos” en 1934.
Si bien los hechos históricos están ahí, el director logró una confección suntuosa sobre la decadencia grupal, inspirada en la poderosa familia del acero Krupp, que vivió en años previos a la Segunda Guerra Mundial. En la ficción cinematográfica, la familia se apellida Essenbeck y describe a sus miembros minuciosamente, instalándolos en un escenario decadente donde las escenografías, el vestuario y el maquillaje articulan presencias a punto de la desintegración –en parte– por la efectiva manipulación del poder político de la época, al que urgía la integración del acero a la economía de guerra.
Los malditos rubrica con maestría a un director interesado en los cambios históricos y los procesos decadentes de ciertos estratos sociales. La elección de su repertorio actoral no pudo ser mejor: Dirk Bogarde e Ingrid Thulin (de lánguida presencia), a la que se sumó el veinteañero Helmut Berger en un rol de patología espectacular.
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