- Fontalvo Buelvas, de la Facultad de Biología de la UV, y Marcela Dumani Echandi, de la Universidad de Costa Rica, participaron en un webinario sobre seguridad y soberanía alimentaria
- El evento se llevó a cabo a través de la plataforma Zoom y en el marco del Día del Agricultor Costarricense, que se celebró el 15 de mayo
América Latina produce dos veces y media el alimento que requiere su población entera; sin embargo, es una región muy golpeada por la desnutrición y la malnutrición
Claudia Peralta Vázquez
26/05/2020, Xalapa, Ver.- Para celebrar el Día del Agricultor Costarricense, designado el 15 de mayo en ese país, Juan Fontalvo Buelvas, de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV), y Marcela Dumani Echandi, de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Costa Rica, participaron en un webinario sobre seguridad y soberanía alimentaria.
La charla organizada por la Red de Agroecología de Costa Rica y el Huerto Agroecológico de la UV, fue transmitida el pasado martes 19 de mayo, a través de la plataforma de Zoom.
Juan Fontalvo destacó la actividad campesina o agricultura familiar a pequeña escala, indicó que por medio de ésta se produce más del 80 por ciento de los productos que consumimos actualmente; es decir, los campesinos son quienes aportan la mayor cantidad para nuestra alimentación diaria.
Por tanto, con el fin de volver a una seguridad alimentaria en nuestros territorios, es fundamental apoyar a las granjas pequeñas y a la economía local; no obstante, para ello se requiere de mucha educación ambiental.
Se refirió a la actual decadencia de la seguridad y soberanía alimentaria, problemática de carácter multidimensional generada por la pobreza, exclusión social, uso de agroquímicos, incursión de la producción a gran escala, el consumismo y el capitalismo.
Dijo que hoy en día, el sistema agroalimentario ha propiciado la producción a gran escala, el desperdicio de alimentos, generación de residuos y contaminación a base de muchos agroquímicos.
De ahí parte la necesidad de cuidar, reconocer y valorar la labor de los campesinos, así como sus pequeñas granjas y parcelas que con una transición agroecológica pueden llegar a ser motores de la economía local y de la seguridad alimentaria de nuestros pueblos.
Precisamente, con el afán de buscar y proponer soluciones a esta situación, la agroecología se considera una ciencia pluriepistemológica y científica que impulsa los agroecosistemas desde una visión ecológica; es decir, desde pequeños huertos de producción para el autoconsumo hasta agroecosistemas más amplios.
Añadió que la inseguridad alimentaria tiene que ver con los sistemas agroalimentarios actuales basados en el consumismo, en la producción de alimentos ultraprocesados con falta de nutrimentos importantes.
Este modelo de capital también ha promovido que los alimentos no lleguen a los pueblos y no haya acceso a los pequeños territorios.
La agroecología también es un movimiento político, social y ambientalista que motiva el desarrollo rural, labor, práctica, retos y desafíos del sector campesino.
Mencionó además el impulso de la agricultura sustentable, paradigma hacia el cual debemos conducirnos partiendo de los sistemas convencionales.
“Desde una manera técnica, la agroecología promueve lo que son prácticas agrícolas–agroecológicas que, desde toda esta visión holística, trata de poner sobre la mesa una serie de alternativas para poder luchar contra modelos hegemónicos.”
Dentro de esta complejidad, fortalece además la resiliencia socioambiental, el conocimiento campesino, la “recampenización”, la defensa de las semillas y las ecotecnologías, salud alimentaria, huertos familiares, economía solidaria, mercados locales, post-extractivismo, agricultura urbana, por citar algunos.
Al abordar la importancia de la soberanía y la seguridad alimentaria, Marcela Dumani aseveró que la problemática de la satisfacción del hambre y la malnutrición tiene otras dimensiones que no dependen solamente de la producción y la disponibilidad de los alimentos.
Agregó que estos últimos tienen un papel fundamental en la identidad individual y grupal, incluso más importante que la función de supervivencia.
Por tanto, comprender el concepto de seguridad alimentaria y nutricional en el contexto latinoamericano y su transformación a través del tiempo, plantea la necesidad de la revisión de la historia de la región.
Lamentó que haya habido una aculturación alimentaria pues ahora se produce en función del mercado y no de la cultura y necesidades de los pueblos.
Dicha pérdida ahora tiene repercusiones muy serias en el estado nutricional de las poblaciones, ya que cada vez más se ha cambiado comida por mercancías alimentarias.
Dijo que América Latina produce dos veces y media el alimento que requiere su población entera; sin embargo, es una región muy golpeada por la desnutrición y la malnutrición.
Por tanto, el alimento es la principal relación que el ser humano ha establecido con la naturaleza y de ahí se derivan otros contactos sociales, económicos, políticos, culturales y ambientales, que repercutirán en la seguridad y en la soberanía alimentaria y nutricional, y por consiguiente en el estado nutricional de los pueblos y en su salud.
En su charla, la académica también habló del surgimiento –en 1974– del primer uso del término de seguridad alimentaria; a principios de los años noventa, del concepto de seguridad nutricional; y en 1996, del de soberanía alimentaria.
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