- El embajador de México en China ofreció conferencia magistral en el 4º Seminario Internacional de México y las Economías de la Región del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico
- Las actividades continuarán el viernes 27 a partir de las 9:00 horas, a través del canal de YouTube del Ininee
Susana Castillo Lagos
26/11/2020, Xalapa, Ver.- José Luis Bernal Rodríguez, embajador de México en la República Popular China desde 2017, ofreció una conferencia magistral en la primera jornada del 4º Seminario Internacional de México y las Economías de la Región del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC), en la cual destacó la importancia que tiene la academia para profundizar y repensar la relación entre ambas naciones.
Bajo el título “Los retos del TMEC y los efectos de la Covid-19 en la cuenca del Pacífico, el evento inició la mañana del jueves 26 de noviembre y continuará el viernes 27 a partir de las 9:00 horas. Es organizado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), el Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales (Ininee) y el Centro de Estudios APEC- Ininee/Michoacán, con el respaldo del Consorcio Mexicano de Centros de Estudio del APEC –presidido durante el periodo 2020-2021 por Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad Veracruzana (UV), con Aníbal Carlos Zottele, coordinador del Centro de Estudios China-Veracruz (Cechiver), como secretario Técnico.
Las actividades, que pueden seguirse por el canal de YouTube del Ininee, fueron inauguradas por Odette Virginia Delfín Ortega, directora del Ininee; América Ivonne Zamora Torres, coordinadora del Centro de Estudios APEC-Ininee Michoacán; Aníbal Zottele, y Marco Antonio Landavazo Arias, coordinador de la investigación científica de la UMSNH, en representación del rector Raúl Cárdenas Navarro.
Enseguida y desde Beijing, José Luis Bernal disertó sobre la “Perspectiva de las relaciones México-China” y dijo que éstas deben analizarse tomando en cuenta los cambios en la economía, sociedad y política exterior de nuestro país, y la transformación productiva y social registrada por la nación asiática en las últimas décadas.
Así es como “debemos considerar la visión desde México de lo que es hoy la República Popular China y abandonar la visión estática que ha prevalecido en el pasado; la relación bilateral ha cambiado de manera dinámica y cualitativa” a la par de los procesos internos de cada uno de estos países.
En 40 años China se convirtió en la segunda potencia mundial y sigue en ascenso; en la actualidad, detalló, es considerada la economía más grande del planeta en términos de paridad de compra, con la más alta participación en el comercio internacional y con una capacidad de innovación que la hace líder en diversos sectores de punta.
Otro aspecto a destacar es que a pesar de la desaceleración global por la Covid-19, China mantiene un crecimiento económico positivo y es muy probable que sea el único país a nivel mundial en lograrlo.
Aunado a ello, sus índices de desarrollo humano son favorables, ha logrado erradicar la pobreza de más de 700 millones de personas (de los casi mil 400 millones de habitantes que tiene); “esto nos da una idea del tamaño de su clase media, de su capacidad de consumo y de la transformación profunda que ha sufrido su sociedad”.
Tal contexto debe ser el punto de partida para entender la relación de México –o de cualquier otro país– con China y reflexionar cómo hacerlo “de manera más eficiente y competitiva; cómo aprovechar las constantes oportunidades que su crecimiento y la apertura de su gran mercado brindan; cómo derivamos lecciones de política pública para modificar las pautas de nuestra propia actuación; cómo se entenderá y dará respuesta a la nueva narrativa china, dada su creciente influencia en los asuntos internacionales”.
En la actualidad México es el segundo socio comercial de China a nivel internacional (y el primero en América Latina), la segunda fuente de importaciones y el tercer mercado de exportaciones. La agenda bilateral contempla, desde 2013, una asociación estratégica integral “promoviendo inversiones, comercio, turismo y conectividad; asegurando un diálogo político fluido y apoyando los intercambios académicos, los vínculos entre pueblos y la cooperación técnica y científica”, puntualizó.
El diplomático mexicano explicó los ejes en torno a los cuales se atiende tal asociación y al concluir compartió las tres áreas que hoy son prioritarias en la relación bilateral: mitigar la pandemia de Covid-19, colaborar en materia de ciencia, tecnología e innovación y dar seguimiento a los capítulos tradicionales de cooperación técnica en áreas clave como administración de recursos hídricos, preservación de la biodiversidad, medidas contra desastres naturales, combate al cambio climático, ciencia aeroespacial y erradicación de la pobreza (en la actualidad se trabaja en cerca de 120 rubros).
Bernal Rodríguez también se detuvo en las vulnerabilidades globales por la pandemia, como son los servicios de salud y redes de protección social, el impacto a la globalización, el incremento de la brecha tecnológica (al interior y entre los países), la dislocación de las cadenas de valor, profundización de conflictos geopolíticos y retrocesos en acuerdos internacionales para el desarrollo.
Reiteró que en los últimos meses el diálogo México-China se centró en profundizar la relación para enfrentar la emergencia sanitaria, así como en intercambiar mejores prácticas para mitigarla y evitar la expansión de los contagios.
También se enfocó al suministro de insumos sanitarios, medicamentos y equipo, para lo cual la comunicación directa entre gobiernos e instituciones de salud, empresas e investigadores, hizo posibles los envíos en una época en la que prácticamente se suspendió el traslado de personas y mercancías, mediante el establecimiento de un puente aéreo aún vigente.
“Queremos atender de manera integral la relación con China y a través de ésta atender mejor las necesidades de los mexicanos ahora y hacia el futuro, así como anticipar los enormes retos que la nueva realidad depara”, expresó.
Al respecto, planteó la necesidad de explorar los escenarios alternativos y repensar el futuro en términos sociales, económicos, políticos y de alianzas estratégicas, labor en la que los investigadores, científicos sociales y sector educativo en todos los niveles tienen un papel fundamental.
“Nos hace falta más acción, nos reclaman a quienes estamos en la función pública, pero nosotros también decimos ‘nos hace falta más reflexión’; dependemos unos de los otros y estoy seguro de que en esta tarea vamos a seguir aprendiendo del trabajo colectivo de todos ustedes, que son quienes están reflexionando.
”Agradezco la oportunidad de comentar estas líneas generales de la relación bilateral y conocer sus trabajos para seguir enriqueciendo, desde la academia, lo que quienes estamos en la política pública debemos poner en práctica”, concluyó.
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