- José Ignacio Hernández y Francisco Javier Ávalos egresaron del programa educativo de Arqueología
- La nueva modalidad de titulación deja una ventana abierta para llevar a cabo de manera rápida y eficaz los futuros procesos de titulación
Karina de la Paz Reyes Díaz
07/08/2020, Xalapa, Ver.- José Ignacio Hernández Juan y Francisco Javier Ávalos Cruz fueron los primeros estudiantes en titularse virtualmente de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (FAUV) y adquirir el título de licenciados en Arqueología.
Respecto al acontecimiento, María Antonia Aguilar Pérez, directora de dicha entidad educativa, expuso: “Para la Facultad es muy significativo este logro pues es el reflejo de un trabajo en conjunto; por un lado, el esfuerzo y tenacidad que ante la adversidad significó para los estudiantes la culminación de sus trabajos recepcionales, también el seguimiento que por parte de su Directora y lectores tuvieron para alcanzar su meta”.
No menos importante, dijo, es la labor del equipo administrativo de la Facultad, el cual permite que se puedan llevar a cabo éstos y otros actos similares.
“Todo es producto de una cadena en apoyo a los estudiantes: de horas de estudio, de jornadas intensas de trabajo de campo, de planeación de cursos, acuerdos de academias, gestiones administrativas, todo para que alcancen la meta que se propusieron al elegirnos como su opción para formarse profesionalmente.”
Por su parte, Virginia Arieta, profesora de la FAUV e investigadora adscrita al Instituto de Antropología de la UV (IAUV), compartió que uno de los mayores retos de este proceso fue que en marzo, cuando inició la contingencia en México, nadie –o por lo menos ninguno de los involucrados en este proceso de titulación– pensó que sería tan largo el periodo de resguardo.
Abundó que Francisco y José Ignacio desde 2018 desarrollaban muchas de sus actividades académicas correspondientes al área de formación terminal en el IAUV, como prestadores de servicio social, becario (en el caso de Ignacio) y finalmente como tesistas. Ello generó una comunicación constante y permanente.
“A pesar del imprevisto, pienso que la naturaleza de dicho intercambio ayudó una vez que se inició el confinamiento, pues pudimos mudar la comunicación –con la misma fluidez– a otros medios sin que ello perjudicara cualitativamente su trabajo. Destaco que su interés y compromiso fueron clave para un desarrollo y conclusión exitosa”.
La académica también expuso que la titulación virtual no representó ningún reto. Definitivamente fue un escenario distinto que ninguno imaginaba, dijo, pero fueron cambios e imprevistos que se enfrentaron con resultados exitosos y con los que los recién egresados se encontrarán regularmente ahora que son profesionistas.
Para Virginia Arieta las titulaciones de Francisco y José Ignacio son el reflejo de varios asuntos positivos para la institución: en primer lugar, denota la fortaleza de la FAUV y el funcionamiento óptimo en el engrane de sus diferentes niveles, desde la Dirección y Secretaría Académica, la Academia de Arqueología, el profesorado, pero sobre todo del estudiantado.
“Esto ha sido nuevo para todos, por lo que la comunicación y trabajo coordinado ha sido fundamental para que los estudiantes logren sus metas en los tiempos requeridos y comprometidos con la UV.”
En su opinión, también es muestra del vínculo armónico y fructífero que existe actualmente entre la FAUV y el IAUV. Además, remarcó que los logros de ambos estudiantes representan buenas noticias en medio del escenario pesimista que vivimos.
“Muestra que estas generaciones son capaces de afrontar retos y dificultades para los que nadie estaba preparado. Esa es la actitud que necesitamos y debemos apoyar e impulsar como académicos.”
El sitio olmeca de Antonio Plaza
El trabajo recepcional de José Ignacio Hernández Juan tiene por título “El sitio olmeca de Antonio Plaza, Veracruz. Un acercamiento al contexto arqueológico del Monumento 1 (El Luchador)”, cuya presentación fue el 20 de julio.
El estudiante compartió que uno de los principales motivos que lo impulsaron a desarrollar tal tema fue que en el sitio de Antonio Plaza y en la región de Capoacan –ubicada en el municipio de Minatitlán, en el sur de Veracruz– no se habían realizado investigaciones arqueológicas sistemáticas, hasta 2017 con la llegada del Proyecto Arqueológico Antonio Plaza-Capoacan (PAAPC), dirigido por Arieta Baizabal.
“Había muchas interrogantes por resolver, entre ellas las incógnitas en torno de la escultura conocida como El Luchador, ya que debido a sus características particulares ha generado polémica sobre su autenticidad; por tal razón, la realización de un análisis sobre el contexto arqueológico en donde según las fuentes se cree que fue encontrada, es de suma importancia para la clarificación de hechos y la contribución significativa al conocimiento de la arqueología regional.”
La investigación consistió en la realización de un análisis cerámico y geoespacial de los materiales recolectados por el PAAPC durante las temporadas de campo 2018 y 2019.
José Ignacio realizó la propuesta de una tipología cerámica y su análisis comparativo a un nivel regional, específicamente con las capitales olmecas de San Lorenzo, Veracruz, y La Venta, Tabasco, a fin de obtener un fechamiento relativo y observar si el sitio tuvo –debido a su ubicación geográfica– comunicación, intercambio y comercio con las capitales olmecas.
Él propuso que el sitio 1 Antonio Plaza pudo haber tenido una ocupación durante algún momento del periodo preclásico.
A partir de los resultados derivados del análisis de los materiales cerámicos, logró llegar a las siguientes consideraciones: que se puede señalar que el sitio Antonio Plaza se trata de un asentamiento ubicado estratégicamente sobre una isla, la cual está rodeada por planicies aluviales, que en temporada de lluvias son inundadas por los desbordes de los ríos Coatzacoalcos, Coachapa y Uxpanapa.
Asimismo, que el aprovechamiento de los ríos pudo facilitar el transporte y las vías de comunicación, intercambio y comercio con otros sitios de la región olmeca. Ello se pudo corroborar a través del resultado del análisis comparativo regional, ya que logró identificar dentro del sitio un total de 32 tipos de materiales cerámicos, de los cuales 26 se relacionan con la tipología de San Lorenzo y seis con La Venta.
También pudo observar que el sitio tuvo una ocupación importante durante el periodo preclásico inferior (1800-1000 a.C.) y una continuidad hasta el preclásico medio (1000-400 a.C.); incluso, que volvió a ser ocupado y rehabilitado durante el periodo clásico tardío-terminal (700- 900 d.C.).
“Con estos resultados se puede corroborar que la escultura de El Luchador fue hecha por la sociedad olmeca de este sitio durante algún momento del periodo preclásico, ya que los resultados del análisis del material cerámico fechan relativamente al sitio de Antonio Plaza durante los periodos preclásico inferior y medio.”
Sitio arqueológico Los Mezcales, Colima
Francisco Javier Ávalos Cruz presentó el trabajo recepcional “Análisis geoespacial del sitio arqueológico Los Mezcales, Colima”, el 16 de julio. Lo que lo motivó a desarrollar tal investigación fue el interés que tiene por implementar nuevas herramientas tecnológicas en el ámbito arqueológico.
Para su trabajo utilizó Sistemas de Información Geográfica (SIG) para el procesamiento de datos arqueológicos georreferenciados y, a su vez, hizo una interpretación del paisaje, del espacio geográfico y de la relación sociedad-entorno.
Su trabajo consistió en realizar un análisis geoespacial del sitio arqueológico ya citado, mediante SIG. Se centró en conocer la relación de la sociedad prehispánica que se estableció en el sitio y su entorno ambiental durante el periodo epiclásico (650 d.C.-1000 d.C.).
Para ello, elaboró mapas tridimensionales, modelos digitales de terreno, así como mapas de calor, hidrológicos, de altimetría, entre otros. Es más, propuso que se le dé continuidad a este estudio mediante un proyecto cuyo enfoque sea excavar las áreas que puedan dar más información, como son las cercanas a los conjuntos arquitectónicos, la plaza y las unidades habitacionales.
También citó conclusiones a las que se llegó: que un factor condicionante para que los antiguos habitantes se establecieran en esta área fue la alta presencia de arroyos que corren por todo el escenario geográfico de la región y los nichos ecológicos que se forman por el corrimiento de estos afluentes.
Asimismo, que la enorme cantidad de material pétreo que se encuentra en estos arroyos también resultó altamente atractiva para los habitantes, ya que utilizaban esta materia prima para la construcción de sus recintos.
Que por las dimensiones espaciales que abarca el sitio, la magnitud de sus cuerpos arquitectónicos, la estructuración urbanística y su patrón de asentamiento, pudo inferir que se trató de una sociedad compleja la que ahí habitó, y tuvo que haber estado gobernada por una élite con un reconocido poder político-religioso.
Por último, dijo que Los Mezcales pudo haber sido un sitio supeditado por el gran centro rector contemporáneo de La Campana.
Tanto Juan Ignacio como Francisco Javier externaron su alegría por este logro personal, profesional y familiar. “Creo que fue una muy buena estrategia por parte de la UV implementar esta modalidad de titulación pues la seguridad de todos es una prioridad”, dijo el primero.
“Esta nueva modalidad de titulación de parte de la UV nos deja una ventana abierta para llevar a cabo de manera rápida y eficaz los futuros procesos de titulación, por lo que sería interesante seguir haciendo uso de ella”, añadió el segundo.
Ambos externaron su agradecimiento a las personas involucradas en sus procesos de titulación, desde el ámbito administrativo hasta el académico, y naturalmente a su familia por el apoyo incondicional para lograr una meta más de su vida.
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