- De marzo a julio de 2020, concretaron avances en sus proyectos de investigación y tesis de licenciatura
- Dicha acción es resultado del convenio entre la UV y la institución sudamericana
Claudia Peralta Vázquez
13/07/2021, Xalapa, Ver.- Cuatro estudiantes del programa educativo (PE) de Ingeniería Ambiental realizaron una estancia de movilidad de marzo a julio de 2020, como resultado del convenio de vinculación entre la Universidad Veracruzana (UV), a través de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ), y la Universidad Adventista de Chile (Unach).
Durante esos cuatro meses, Ana Laura Román Rodríguez, Jareny Flores Zamudio, Eliot Azael García Olivares y Alexa María Hernández Quintero iniciaron diversos proyectos de investigación bajo la dirección de profesores de esa universidad, situada en Chillán, en la región de Ñuble.
Aunque retornaron a México antes de lo planeado como consecuencia de la pandemia por Covid-19, ello no frenó su intención y algunos lograron concluir sus actividades prácticas en ese periodo.
Ana Laura Román, de noveno semestre, trabajó en la extracción, caracterización y microencapsulación de sesquiterpenlactonas provenientes de hojas de laurel (Laurus nobilis).
Debido a que la labor experimental se vio interrumpida por la pandemia, optó por continuarlo de manera bibliográfica, es decir, a través de un artículo científico de revisión en el que se destacan las características inflamatorias que tienen las sesquiterpenlactonas.
El proyecto consistió en la extracción de dichas moléculas de la planta del laurel, pues de acuerdo con datos científicos contiene una alta cantidad de ellas. Por tanto, realizaron extracción, identificación y microencapsulación para poder introducirlas a una matriz alimentaria.
La microencapsulación, entre otras cosas, sirve para proteger sus características bioactivas ya que la molécula actúa como antiinflamatoria, por lo cual tiene un impacto benéfico en el cuerpo humano.
También tiene una capacidad citotóxica que ayuda a prevenir la inflamación y curar algunas enfermedades crónicas, gástricas, inclusive de cáncer.
“En Chile desarrollamos la parte práctica de un proyecto de investigación que consiste en extraer, identificar y cuantificar una molécula llamada sesquiterpenlactona de las hojas de chamico (Datura ferox) y achicoria (Cichorium intybus)”, dijo Jareny Flores.
Lamentó que por la pandemia no haya podido concluirla en ese país, sin embargo, actualmente continúa el proyecto en la FCQ-UV, donde realiza el mismo trabajo sólo que basado en hojas de aguacate (Persea americana).
“Esta movilidad representa mi proyecto de titulación, así como un acercamiento con el mundo de la investigación.”
De octavo semestre, Eliot Azael García se enfocó en la evaluación de las propiedades funcionales de la proteína de garbanzo Alfa-INIA, una variante producida sólo en ese país. De todas las legumbres es una de las tres más consumidas junto con la lenteja y el chícharo.
Este trabajo es dirigido por Marcela Jarpa Parra, directora del área de investigación de la Unach, y su objetivo principal es desarrollar un artículo científico.
Detalló que las propiedades funcionales son todas las características relacionadas con la textura de los alimentos, capacidad de retención de agua, aceite y espumante.
En tanto, Alexa María Hernández, quien cursa el noveno semestre de la carrera, analizó las propiedades funcionales de proteínas vegetales a partir de leguminosas, en este caso de la arveja (Pisum sativum), conocida en México como chícharo.
Inicialmente, sólo evaluó la capacidad espumante para introducirla en matrices alimentarias.
El proyecto del cual busca realizar un artículo científico a partir de todos los datos obtenidos y analizados fue dirigido por Marcela Jarpa, quien supervisó todas las prácticas realizadas en el laboratorio.
Liliana Domínguez Cañedo, directora de la FCQ, recordó que, en 2019, en representación de la UV formalizó este acuerdo con el rector de la Unach, Mauricio Comte Donoso, a fin de favorecer el desarrollo de actividades de docencia, investigación, extensión y difusión de la cultura, así como servicios de apoyo técnico y tecnológico entre ambas instituciones.
Dicho acuerdo surgió de la vinculación con el profesor Sergio Benavides Valenzuela, académico de esta institución.
Dio a conocer que los cuatro estudiantes viajaron respaldados por la UV a través del Comité Pro-Mejoras, que cubre traslado (ida y vuelta) y un seguro médico; mientras que la Unach colaboró en el financiamiento del hospedaje.
Al felicitarlos, Domínguez Cañedo señaló que gracias al Comité Pro-Mejoras se brinda este apoyo de hasta 15 mil pesos para una estancia nacional; y de 25 mil para la internacional.
Aunque les tocó una época complicada por la pandemia, la experiencia para los jóvenes valió la pena, “desafortunadamente continuamos en contingencia, pero aún hay opciones de seguir saliendo con las medidas sanitarias adecuadas”.
Puntualizó que entre los beneficios de estas estancias de movilidad destaca la culturalización, capacitación en el manejo de ciertas herramientas instrumentales que quizá no se tengan en la FCQ, la internacionalización y manejo de uno o dos idiomas.
“En este tipo de estancias no se les pide un promedio mínimo a cumplir, es el interés y ganas que le pongan a la gestión.”
Cabe citar que con dicho acuerdo ambas partes facilitan el intercambio de estudiantes con el fin de realizar pasantías o estadías de pregrado; promover la movilidad estudiantil de licenciatura y posgrado; favorecer el intercambio de personal académico para participar en eventos de actualización académica.
Asimismo, el intercambio de personal académico en estancias sabáticas para desarrollar proyectos conjuntos de docencia, investigación, posgrado, extensión y difusión de la cultura y consolidar los programas de posgrado; apoyar y promover la realización de actividades conjuntas de investigación, con especial interés en aquellas ligadas a los programas de posgrado; y actividades de educación a distancia, entre otras.
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