- Declaró que este reconocimiento es un alto honor dentro de su vida académica
- “La clave de la enseñanza es la motivación”, expresó en entrevista
“El trabajo académico no implica una labor de oficina o de producción de objetos, es un trabajo humano con muchos vaivenes y siempre brinda una reflexión”
Claudia Peralta Vázquez
Foto: César Pisil Ramos
22/05/2022, Xalapa, Ver.- Alfonso Rodríguez Pulido, catedrático de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana (UV), recibió el Premio al Decano 2022 del Área Académica Técnica, por sus 42 años de trayectoria docente colmada de experiencias, aprendizajes y vivencias.
A propósito de este reconocimiento, declaró que representa un gran honor en su vida académica, sin embargo, cambiar y motivar la vida de un alumno es su mejor recompensa.
Rodríguez Pulido obtuvo esta distinción el pasado 16 de mayo, en un evento encabezado por el rector de la UV, Martín Aguilar Sánchez, y en el que se enalteció la labor de los docentes universitarios.
Comentó que la decisión tomada por el jurado evaluador le trajo varios sentimientos, pues implica una alta responsabilidad para cualquier profesor; a pesar de que han transcurrido cuatro décadas de labor profesional ininterrumpida, aún no ha tenido el pensamiento inmediato de optar por la jubilación.
“El trabajo académico no implica una labor de oficina o de producción de objetos, es un trabajo humano con muchos vaivenes y siempre brinda una reflexión.”
Consideró que el apoyo familiar ha sido fundamental en este camino transitado y en el que los diplomas no son tan importantes como el agradecimiento de los alumnos, con quienes inesperadamente se reencuentra después de 20 años y recuerdan con cariño y aprecio sus enseñanzas.
“Me parece que esos son los principales premios, no tanto los diplomas, sino cuando se cambia la vida de alguien en el sentido de que ellos deciden tener una vida profesional o no tenerla, uno nunca lo hace para que te lo reconozcan, se hace porque es una necesidad humana.”
Alfonso Rodríguez Pulido, oriundo de Comalcalco, Tabasco, y formado en esta casa de estudios, resaltó que la carrera de Arquitectura requiere de destrezas y habilidades que no siempre caben dentro de las estructuras pedagógicas.
Consideró que existe un exceso de planeación académica que termina por asfixiar a los estudiantes y no les permite manifestarse como personas talentosas, situación que ha notado durante su trayectoria académica.
Afortunadamente, a lo largo de este tiempo le ha tocado trabajar en la parte heurística de la disciplina, en el sentido de aprender y entender las cosas relacionadas con el mundo.
Por ello, sabe que la clave de la enseñanza es la motivación, el hecho de conmover y convencer a los estudiantes de que con pasión pueden lograr sus objetivos.
El Doctor en Arquitectura y Urbanismo por la Universidad Complutense de Madrid, subrayó la importancia de obtener una formación profesional, es decir, la que se adquiere al egresar de una licenciatura, “se requiere que la propia institución de educación superior brinde ciertas herramientas para poder incidir poco a poco en el terreno profesional”.
El profesor, quien ha participado en diversos proyectos arquitectónicos como la ampliación del Centro de Alta Especialidad “Dr. Rafael Lucio” y del Centro de Rehabilitación e Integración Social de Veracruz (Crisver), y la restauración del Palacio de Gobierno, dijo que el estudiante también debe tener un equilibrio en su formación, entre la parte racional y sensorial.
Lamentó que en la actualidad, al interior de las universidades el papel de los docentes se transforme al de oficinista cuando antes tenían mucho conocimiento y lo transmitían, “había profesores, ahora son facilitadores”.
En este sentido, manifestó la necesidad de apoyar al estudiante para que tenga la noción de generar conocimiento propio, “no es que se les dé todo masticado, pero cuando menos podemos provocar que investiguen o averigüen de una forma determinada”.
Como docente, una de sus propuestas tiene que ver con el desarrollo del pensamiento disruptivo, pues las cosas no pueden verse ni hacerse de la misma manera que antes, “hay que cambiarlas porque las soluciones deben ser distintas, la forma de construir, los materiales de construcción, etcétera”.
Así también, se ha exagerado en la parte de la teoría pura y filosófica que termina por confundir a los universitarios al no tener una aplicación concreta, puntualizó.
Aseguró que el camino profesional es un asunto de persistencia, pasión, ganas y voluntad, y no de pensar en convertirse en los mejores arquitectos; lo recomendable es que aprendan a comprender el mundo a partir de lo que hacen.
“Tener un coche, una oficina o mucho dinero, eso no debe ser el objetivo central.”
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