- Deisy Iris Jácome enfocó su proyecto de titulación en construir un diagnóstico feminista con trabajadoras sexuales trans que ayude a la sensibilización de las y los profesionales de la salud
- Como parte del trabajo de campo asistió a reuniones, eventos y actividades cotidianas para documentar sus experiencias
Paola Cortés Pérez
Fotos: César Pisil Ramos y cortesía Deisy Iris Jácome
12/02/2024, Xalapa, Ver.- Deisy Iris Jácome Sánchez, egresada de la Maestría en Estudios de Género (MEG) de la Universidad Veracruzana (UV), trabajó y capacitó a personal de salud de Xalapa y de algunas localidades aledañas en atención a mujeres trans trabajadoras sexuales, resultado del diagnóstico feminista.
Lo anterior como parte de su proyecto de titulación del posgrado, “Trans*formando el ‘cis-tema’ de salud: un diagnóstico feminista con mujeres trans*trabajadoras sexuales como estrategia para la sensibilización del personal de salud”.
Deisy Iris Jácome dijo que el objetivo fue construir un diagnóstico feminista con trabajadoras sexuales trans sobre los desafíos que enfrentan para acceder a servicios de salud, el trato que han recibido por parte de profesionales de distinta índole y cómo esto impacta en su calidad de vida.
“El tema surgió durante la pandemia mientras documentaba sobre temas provocativos relacionados con la salud y cómo afectaron estas enfermedades a los sectores minoritarios, como las identidades trans y particularmente las mujeres trans que se hicieron presentes al construir la población a estudiar.”
A lo largo del trabajo con mujeres trans pudo contactarse con una red que trabaja por los derechos humanos de este grupo poblacional en la ciudad de Xalapa. Les propuso participar y aceptaron porque se documentarían sus procesos de resistencia y la discriminación que experimentan todos los días.
“Necesitan registrar y documentar sus acciones con rigor y crítica sobre lo que viven para poder ser un elemento de cambio y de denuncia.”
El diagnóstico feminista, explicó, partió de un trabajo etnográfico que se llevó a cabo en poco más de dos años, consistió en observación participante, es decir, asistió a reuniones, eventos y actividades cotidianas para documentar sus experiencias.
Después invitó a 11 personas a formar parte de un grupo focal y, sistemáticamente, les formuló preguntas y realizó entrevistas semiestructuradas a profundidad para solventar lo que la observación y las entrevistas no pudieron abordar.
Los datos obtenidos de estas técnicas de investigación fueron categorizados en cinco dimensiones, en las que fueron consideradas sus trayectorias familiares y laborales, las experiencias con el sistema punitivo y carcelario, su estado de salud biopsicosocial y sus estrategias de cambio.
“Esto nos permitió trabajar y capacitar a profesionales de la salud sobre los mecanismos que reproducen –dentro de la institución– la discriminación por su identidad de género y su trabajo.”
Entre los resultados obtenidos, Deisy Iris Jácome dijo que está la propuesta de capacitar al personal de salud para ser sensible y reflexivo al reproducir la idea de que el género es asignado por el cuerpo, ya que de éste deriva el discurso biomédico y hacia otras esferas sociales.
La universitaria implementó sesiones de sensibilización con profesionales de la salud de distintas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, del programa de VIH del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la ciudad de Xalapa y de la clínica de salud rural de la localidad Pacho Viejo.
Lo anterior, debido a que se les estigmatiza por considerar que tienen alguna anormalidad o padecen de sus facultades mentales, lo que es reproducido por el sistema punitivo al utilizar estos argumentos que centran la identidad en el cuerpo para vigilarles y no para atentar contra esta norma de género.
Además, el trabajo sexual es una actividad comercial no regulada y esto atrae a la delincuencia. Con respecto a la persecución y criminalización por el consumo de sustancias ilegales, en México la violencia ha afectado sus vidas en tanto que algunos de sus clientes les ofrecen o se las solicitan, lo cual las vulnera.
“El personal de salud debe ser responsable en atender y brindar servicios respetuosos con perspectiva de género y de derechos humanos, para no reproducir estereotipos al momento que alguna mujer trans trabajadora sexual acuda a ellos.
”Todas estas dimensiones generan un estigma de vigilancia y disciplina que afecta su calidad de vida y el de sus compañeras trabajadoras sexuales, familias y comunidades.”
Por último, apuntó: “Este trabajo es una reflexión que describe en que el cistema, con ‘c’ de cisgénero, impacta en la vida de las mujeres trans trabajadoras sexuales por su identidad de género con el estigma, la persecución y la criminalización de la actividad a la que se dedican no solamente en Xalapa sino en todo el mundo”.
Este trabajo registra y acompaña al mismo tiempo las diversas estrategias de resistencia, organización política-ciudadana y creatividad democrática para visibilizar su lucha, sus memorias y su demanda para abrir brecha en la transformación social.
La corresponsabilidad de este trabajo incluye una estrategia de sensibilización con personal de salud, a fin de que participaran en un espacio donde reflexionen la importancia de transversalización de la perspectiva de género como parte de una política pública en salud desde una visión de los derechos humanos.
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