- El tema se reflexionó en el I Coloquio Internacional “Alimentación en México y América Latina. Problemáticas actuales y alternativas a futuro”
Karina de la Paz Reyes Díaz
Fotos: Omar Portilla Palacios
24/08/2022, Xalapa, Ver.- Para muchas personas, lo que se comía antes es mejor, pero no se debe generalizar, hay variables importantes a tomarse en cuenta: tiempo, espacio, ambientes, genética, migraciones, adaptación, entre otras, planteó Margarita Meza Manzanilla, investigadora del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV).
“Lo que hay son muchos libros comerciales donde los saberes de las poblaciones antiguas se han malinterpretado y se han generalizado. Muchos de estos libros no toman en cuenta los estilos de vida que las poblaciones antiguas tuvieron, solamente hablan de los alimentos.”
La antropóloga física participó en el segundo día de actividades del I Coloquio Internacional “Alimentación en México y América Latina. Problemáticas actuales y alternativas a futuro”, organizado por el Instituto de Antropología en colaboración con el Centro de Investigaciones Tropicales, también de esta institución, y el Proyecto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología “Metáforas en el arte de narrar y sembrar milpas, cafetales y montes en el centro de Veracruz”, que se desarrolló los días 22 y 23 de agosto.
“La alimentación antes de la agricultura” fue el título de la conferencia; como introducción al tema, precisó que desde 2014 algunos investigadores han propuesto retomar la dieta “paleo” o “arcaica”, es decir, lo que las personas comían antes de establecer la agricultura –algunos lo fechan hace 200 mil años y otros hace 10 mil–.
En ese entonces, los seres humanos se dedicaban a la recolección, caza y pesca.
Refirió que Clark Spencer Larsen, al estudiar a los primeros pobladores sostiene que, por ejemplo, cuando inicia la agricultura, el comer determinados granos domesticados provocó de forma continua y repetitiva algunos tipos de caries que anteriormente no se presentaban. Incluso, documentó la disminución de la estatura.
La propuesta de retomar la dieta paleo viene de investigadores de Estados Unidos, España, Francia, incluso de México, y citan como básico revalorarla para enfrentar diversas problemáticas que se padecen actualmente, entre ellas la diabetes y obesidad, así como la pérdida de diversidad biocultural.
La académica detalló estudios y análisis que al respecto se realizan e insistió en que la propuesta de regresar a los alimentos de los primeros pobladores no toma en cuenta otros factores, como la adaptación a los recursos naturales del entorno que aquellas personas experimentaron ni la genética de los grupos, tampoco el ambiente ni los estilos de vida.
“El movimiento que tenían los grupos de cazadores recolectores, la inversión de tiempo que hacían para conseguir cada recurso, la división que tenían para obtenerlos –a lo que tenemos ahora como actividades–, es lo que debemos tomar en cuenta cuando se asocia que comer en la antigüedad era más sano.”
Enseguida participó Sofía Larios León, también investigadora del Instituto de Antropología, con el tema “La milpa en las estrategias de vida de indígenas y mestizos de la sierra de Los Tuxtlas”.
Se trató de un estudio comparativo de tres lugares de aquella región: Ocozotepec (habitada por población zoque popoluca), Coxcoapan (una combinación de indígenas y mestizos) y Capulteotl (una colonia con población mestiza).
Habló de la incursión de programas gubernamentales desde 1970 para incentivar la agricultura, cómo mantuvieron sus policultivos y han logrado conservar 11 variedades de maíces nativos, pero también enfrentan la disminución del cultivo, actualmente.
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