- Valeria Ramírez Robles cursó la Licenciatura de Ingeniería Química
- En la Unach elaboró una película comestible a base de quitosano, sulfato de cobre y zinc
- El pasado 15 de enero presentó los resultados de la investigación con la que obtuvo su título profesional
Claudia Peralta Vázquez
18/03/2021, Xalapa, Ver.- Como parte de su formación profesional y académica, Valeria Ramírez Robles, egresada de la Licenciatura en Ingeniería Química de la Universidad Veracruzana (UV), realizó una estancia en la Universidad Adventista de Chile (Unach), en 2019.
En esa institución la joven desarrolló una investigación basada en la elaboración de una película comestible, a la que tituló “Solubilidad, permeabilidad al vapor de agua y actividad antimicrobiana de películas de quitosano con sulfato de cobre y sulfato de zinc”.
Los resultados del estudio dirigido por Liliana Domínguez Cañedo y Sergio Benavides Valenzuela, por parte de la UV y Unach, respectivamente, los presentó el 15 de enero de este año, dentro de su examen profesional.
Comentó que siempre tuvo la idea y motivación de realizar una estancia en otro país, pero a raíz de que investigadores de Chile visitaron la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) se concretó esta oportunidad que duró tres meses, entre julio y octubre de 2019.
Valeria Robles dio a conocer que Chile es uno de los principales exportadores de salmón, por lo que la mayoría de las investigaciones en la Unach están enfocadas hacia ese producto.
La decisión de elaborar la película comestible obedeció al incremento de la competitividad actual de la industria alimentaria, pues conlleva una gran pérdida de alimentos al no cumplir con los estándares de calidad.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), al menos un tercio de los productos más perecederos de frutas y hortalizas se desperdicia, lo que equivale a 1.3 mil millones de toneladas al año, y causa grandes pérdidas económicas. Por tanto, la función de las películas es proteger al alimento.
Explicó que éstas se definen como una delgada capa que proporciona una barrera a la humedad, al oxígeno y al movimiento de solutos al alimento.
Además de considerarse una buena alternativa, son amigables con el medio ambiente al ser elaboradas a base de un biopolímero que se obtiene a partir de los esqueletos de crustáceos, especialmente de los camarones.
“A partir de las cáscaras de crustáceos se obtiene la quitina y tras otro proceso llamado ‘desacetilación’ se logra el quitosano.”
También, se obtiene de algunos insectos, hongos y algunas algas.
Estas películas, además de ser 100 por ciento biodegradables porque se obtienen de una fuente natural, tienen la capacidad de extender el periodo de vida de anaquel de distintos alimentos y su preservación. Asimismo, mantienen su calidad e inocuidad para obtener productos frescos y más accesibles.
“La investigación en Chile fue una gran experiencia, sin duda fue una oportunidad de mejora y aprendizaje, me abrió la mente y las bases para decidir qué quiero hacer con mi formación académica”, aseveró.
Destacó que los resultados obtenidos de esa investigación realizada en un laboratorio de proteínas y alimentos, fueron favorables y las películas se sometieron a distintas pruebas como: espesor o grosor, y solubilidad, para comprobar qué tan solubles son en soluciones ácidas.
La de permeabilidad al vapor de agua consistió en analizar qué cantidad atravesaba la membrana, pero la más importante fue la de actividad antimicrobiana, para lo que se emplearon las bacterias: Escherichia coli y Staphylococcus aureus.
“Esto se hizo con la finalidad de saber si la visión de sulfato de zinc y de cobre incrementaba la actividad antimicrobiana de la película.”
Valeria Ramírez, oriunda de esta ciudad, resaltó el apoyo recibido por parte de maestros y alumnos de esa institución situada muy cerca de la ciudad de Chillán.
“Para mí fue un tema nuevo, interesante, un área extra aparte de la carrera, creo que los alimentos y los aspectos ambientales complementan a la química.”
También agradeció el respaldo de la FCQ, al financiar sus boletos de avión, y dijo sentirse orgullosa de haber egresado de este programa educativo.
“Estoy fascinada con mi carrera, es muy completa, tiene mucho campo laboral y abarca varias áreas, estoy contenta de haberla elegido.”
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