- Aportan al mantenimiento del microclima húmedo de los bosques, destacó el investigador del Citro
- En México se tienen registradas mil 810 especies, la mayoría de ellas se encuentran en las selvas húmedas y bosques de niebla de las regiones de Los Tuxtlas, Uxpanapa y centro, de Veracruz
Paola Cortés Pérez
Fotos: Omar Portilla Palacios
07/04/2022, Xalapa, Ver.- Las epífitas son llamadas “ingenieras del ecosistema” porque aportan al mantenimiento del microclima húmedo de los bosques, subrayó Thorsten Krömer, investigador adscrito al Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV).
El científico dictó la conferencia “Plantas del aire, la vida fascinante de las epífitas”, como parte de las actividades del programa “Tardes de Ciencia”, impulsado por la Dirección General de Investigaciones (DGI) de esta casa de estudios.
Las epífitas son plantas que crecen sobre otras, generalmente usan los árboles como soporte para alcanzar mayores niveles de luz solar. Se dividen en vasculares, plantas que tienen raíces o conductos para transportar agua y nutrientes a sus órganos; y no vasculares, como musgos o líquenes.
“No debemos confundir a las epífitas con las plantas parasitas (muérdagos), las cuales sí dañan a los árboles”, destacó.
Hay 31 mil 311 especies distribuidas en 918 géneros y 79 familias de plantas; sin embargo, el 85 por ciento del total de las especies está incluido en cinco grupos: Araceae, Bromeliaceae, Orchidaceae, Peperomia y Pteridophyta.
Éstas plantas han desarrollado adaptaciones morfológicas debido a que carecen de acceso directo al suelo, así que muchas epífitas vasculares tienen medios para absorber, captar, almacenar agua o tolerar la sequía, como un almacén de agua en bulbos, roseta tipo tanque, tricomas foliares, la suculencia de hojas y tallos, entre otros.
La mayoría se distribuyen geográficamente en el Neotrópico. Colombia es el país más rico en epífitas con cuatro mil 620 especies. En México se tienen registradas mil 810 especies, la mayoría de ellas se encuentran en las selvas húmedas y bosques de niebla de las regiones de Los Tuxtlas, Uxpanapa y centro, de Veracruz.
Sin embargo, sus hábitats están en peligro por la deforestación, cambio de uso de suelo y fragmentación.
Importancia ecológica de las epífitas
Las epífitas, especialmente las vasculares, fungen como bioindicadores ecológicos, ya que son muy sensibles a cambios de microclimas en los bosques y de perturbación de las áreas.
Thorsten Krömer comentó que las plantas tienen mucha interacción con la fauna, como ranas, insectos, aves y murciélagos. Además, participan en el ciclado y la retención de agua y nutrientes que obtienen de los ecosistemas.
¿Qué perdemos si no las cuidamos? El investigador de la UV dijo que, al no haber más árboles, no habrá epífitas y con ellas refugios y nutrientes para insectos, anfibios, aves y murciélagos, que consumen sus frutos y el néctar de las flores.
Incluso, mencionó, hay grandes mamíferos que comen rosetas de bromelias, como el oso de anteojos y varias especies de monos.
Indicó que una manera de conservar este invaluable componente de la naturaleza es desarrollar una estrategia para conocer más sobre la ecología, así como identificar cuáles serían los sitios ideales para su conservación.
“Los científicos deben transferir su conocimiento a la comunidad y los actores políticos, con el fin de que se tomen decisiones adecuadas para su conservación y manejo.
”Podemos informarnos y compartir lo que conocemos con amigos y vecinos, evitar la compra de epífitas silvestres y promover su aprovechamiento sostenible.”
Concluyó que la conservación de epífitas en Veracruz requiere urgentemente la protección de los últimos fragmentados de bosque mesófilo, ya que un árbol puede albergar alrededor de 40 especies, de ahí que sea importante mantener árboles viejos dentro de un parche natural conservado.
Categorías: Ciencia, Sustentabilidad