- El investigador del Inecol, dictó la ponencia “Arturo Gómez Pompa y la ecología tropical: la pasión por la selva”
- En el marco del foro en honor al investigador mexicano, organizado por el Citro
Claudia Peralta Vázquez
29/11/18, Xalapa, Ver.- Arturo Gómez Pompa, asesor y precursor del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV), y Profesor Emérito de Botánica de la Universidad de California Riverside, en Estados Unidos, desencadenó una pasión por la selva húmeda, especialmente por la sierra de Los Tuxtlas, afirmó Sergio Guevara Sada, investigador del Instituto de Ecología (Inecol), en el marco del Primer Foro “Aportes del Dr. Arturo Gómez Pompa a la ciencia mexicana”, realizado los días 26 y 27 de noviembre.
Gracias a sus esfuerzos, hoy en día esta región es una de las más conocidas desde el punto de vista ecológico, geográfico e hidrológico, que forma parte de la Red Mundial de Reservas de Biosfera del Programa sobre el Hombre y la Biosfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Al destacar su trayectoria y aportaciones, el especialista enfocado en la línea de investigación “Reservas de biosfera y ambiente urbano”, resaltó que a Gómez Pompa se le debe la instalación de la Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas, adscrita al Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Gracias a sus acciones y a las de otros investigadores, esta región se convirtió en una de las primeras áreas naturales creadas en México para la investigación científica, ecológica e inventario de la biodiversidad.
Añadió que como resultado de todos los trabajos realizados, en 1972 fue publicado el libro La selva tropical húmeda como un recurso no renovable, que en esa década generó toda una polémica y actualmente continúa siendo un referente de la ecología tropical.
“Para Arturo Gómez Pompa, Los Tuxtlas siempre representaron un espacio para trabajar, reposar, pensar y reflexionar.”
En 1976 se dio a conocer un libro más sobre la regeneración de las selvas, que a la fecha es todo un clásico en América Latina y hasta hace pocos años fue empleado en Brasil para animar proyectos de restauración.
Otro de sus impulsos se relaciona con la Fundación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en 1970; del Programa Indicativo de Ecología Tropical; y su participación en la creación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera de la UNESCO, y Reservas de Biosfera, en 1974.
“Gracias a ello, la ecología tuvo una escuela propia de desarrollo, conocimiento y planteamiento.”
También empujó proyectos importantes sobre: la flora en Veracruz, flora de México, el Uxpanapa, los camellones chontales, entre otros.
Su legado tiene que ver con la contribución a la formación de la escuela mexicana de ecología tropical, así como la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sustentable en reservas de biosfera, señaló.
Mencionó además la creación en la década de los sesenta de la Comisión de Estudios sobre la Ecología de Dioscóreas, institución que tuvo una importancia novedosa y rentable, pues trataba de determinar dónde estaban las especies más productivas y cómo podían explorarse sin alterar la estructura de las selvas húmedas del sureste mexicano.
Asimismo, detectaron la distribución de varias de las especies que en ese momento se consideraban productivas y atractivas para las compañías farmacéuticas en la extracción de diosgenina.
“Ahí laboró Gómez Pompa y ese fue el gran caldero donde se juntaron muchas voluntades etnobiológicas, agronómicas, ecológicas y productivas”, finalizó el investigador.
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