- Carlos M. Contreras Pérez y Ana G. Gutiérrez García consideran que el confinamiento posiblemente determinó cambios en hábitos higiénico-dietéticos
- Ante el apremio de la alta contagiosidad del virus, otros temas y patologías han quedado en segundo plano, aseguran
José Luis Couttolenc Soto
16/09/2021, Xalapa, Ver.- Debido a que durante la pandemia de Covid-19 la mayor parte de los estudios realizados han estado dirigidos hacia aspectos epidemiológicos para identificar la naturaleza del virus, su prevención y tratamiento, poco se han estudiado cambios de hábitos de higiene y alimentación, por lo que investigadores de la Universidad Veracruzana (UV) decidieron llevar a cabo un estudio que permitiera establecer qué ha sucedido con la salud en relación a los niveles de lípidos.
Carlos Manuel Contreras Pérez y Ana Gloria Gutiérrez García, investigadores adscritos al Instituto de Neuroetología, señalan que el objetivo de su trabajo de estudio fue verificar la hipótesis de que en la pandemia se registraron cambios en los hábitos que pudieron producir alteraciones metabólicas, por lo que fue necesario analizar el perfil de lípidos a lo largo de los 18 meses recientes.
Contreras Pérez, quien desde hace varias décadas cultiva la neurofarmacología de los trastornos afectivos, expresó que para esta investigación, que tiene por nombre “Colaterales de la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 (Covid-19)”, previa autorización utilizó la base de datos del laboratorio de análisis clínicos de la Clínica Universitaria de Salud Sexual y Reproductiva (CUSRS), “porque es un magnífico laboratorio equipado con instrumentos modernos, eficientes y precisos, además del buen orden que tienen en sus archivos con apoyo de la informática. Fue un estudio prácticamente ciego, en el que tuvimos mucho cuidado en respetar la privacidad de los participantes”.
Precisó que normalmente las alteraciones en el perfil de lípidos ocurren en personas adultas, por lo que el rango de edad de los participantes fue de 30 años en adelante, sin distinción de género; se establecieron tres rangos por edad y sexo, y se obtuvo el perfil de lípidos de usuarios del servicio de septiembre de 2019 a julio de 2021.
Dada la naturaleza de los datos, los investigadores aplicaron un ANOVA (método estadístico) de tres vías, teniendo como factor el cuatrimestre, el sexo y rango de edad. Tras un mes de análisis, en el segundo cuatrimestre de 2020 encontraron “una clara alteración en el perfil de lípidos consistente en aumento plasmático de colesterol y de la lipoproteína de baja densidad (LDL), con un consecuente aumento del riesgo aterogénico, es decir, un aumento en la posibilidad de desarrollar aterosclerosis y sus consecuencias (hipertensión, infartos y hemorragias)”.
Para el siguiente cuatrimestre observaron un aumento en los triglicéridos y la lipoproteína de muy baja densidad (VLDL), lo cual hace probable un aumento en la posibilidad de desarrollar patologías indeseables ajenas a la infección con consecuencias directas del coronavirus SARS-CoV-2. “Se trata de un efecto colateral de la pandemia con repercusión en los hábitos higiénico-dietéticos; afortunadamente, a lo largo de los siguientes cuatrimestres los datos del perfil de lípidos se normalizaron”, aseguró el investigador.
Contreras Pérez, quien es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel 3, considera que ante el desconocimiento de la duración de la pandemia, es necesario adquirir y mantener buenos hábitos higiénico-dietéticos; realizar ejercicio en espacios ventilados; no confundir el apetito con el tedio, “estamos en pandemia no de vacaciones, por lo que las dietas no tienen por qué cambiar”; no ingerir grasas saturadas y procesadas para evitar el riesgo aterogénico, que se refiere a la posibilidad de desarrollar ateroesclerosis y sus consecuencias: hipertensión arterial, infartos y otras patologías, “ya con el Covid-19 no necesitamos más”.
Para concluir, refirió que el home office nos ha dejado mucho tiempo libre, “es por ello que nos salimos de nuestra línea de investigación y la curiosidad manda, los autores del estudio somos un médico y una psicóloga, miembro del SNI Nivel 2, ambos neurobiólogos muy curiosos”.
Por su parte, la coordinadora de los Servicios Auxiliares de Diagnóstico de la CUSRS, Cirenia Hernández Trejo, expresó que el laboratorio de análisis clínicos de la clínica universitaria trabajó en colaboración con Contreras Pérez, otorgándole las facilidades necesarias para el análisis de la información obtenida de los usuarios que se realizan allí el perfil de lípidos; dijo que el análisis que efectuaron los investigadores “es un logro importante, porque nos da mayor información sobre los usuarios que estamos atendiendo”.
Reiteró la disposición de la clínica para trabajar en colaboración, a fin de apoyar en la salud de la comunidad universitaria y público en general.
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